Pedro Echeverría V.
1. El triunfo electoral de Mauricio Funes, del Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador, representa enormes esperanzas para los pueblos de América Latina. El candidato de la derecha y de los EEUU, Rodrigo Ávila, de Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), había sido conocido como un destacado partidario de la represión y los asesinatos del pueblo. Por esos motivos el pueblo salvadoreño espera mucho de Funes y del FMLN que se transformó de guerrilla radical a partido con claras definiciones socialdemócratas para poder ser aceptado por el Estado en el proceso electoral.
2. La socialdemocracia de los viejos Bernstein y Kaustky, que logró una gran fuerza al caer la Primera Internacional por los años 1876 y a la muerte de Marx en 1883, tuvo como características esenciales las luchas por reformas pacíficas y evolutivas en el interior del sistema capitalista usando el parlamento, el sistema electoral burgués y la gestión de cargos dentro del gobierno. En tanto Marx y Engels, junto a los anarquistas lidereados por Bakunin, buscaban cambios revolucionarios radicales con la conquista del poder o la autogestión por la clase obrera y el pueblo explotado, los berstenianos luchaban por simples reformas que pudieran “mejorar” al sistema capitalista.
3. Funes, el presidente electo en El Salvador el pasado domingo, no fue guerrillero pero como destacado periodista fue siempre simpatizante del FMLN. Él escogió la vía electoral y parlamentaria para llegar al gobierno y lo ha logrado, por eso quizá no pueda exigírsele más de lo que puede dar. Pero los problemas económicos del pueblo salvadoreño: miseria, desempleo, migración, falta de inversiones, tendrán que obligarlo ha “hacer posible lo imposible”. Por eso las dos tareas básicas ineludibles de Funes tendrán que ser: 1. lograr cambios constitucionales profundos y 2. Estrechar alianzas con Venezuela, Bolivia y Ecuador.
4. Sin embargo en su discurso de triunfo electoral Funes dijo: “Lo repito, mi gobierno estará animado por el espíritu de la unidad nacional que exige dejar de lado ya, en este mismo instante, la confrontación y el revanchismo”; luego planteó: “Gracias al mandato que me ha otorgado el pueblo salvadoreño me convierto, sin lugar a dudas en el presidente electo de todos los salvadoreños”. Por su política exterior dijo “Fortaleceré las relaciones internacionales e implementaré una política exterior independiente, basada en la protección y fomento de los intereses nacionales. La integración centroamericana y el fortalecimiento de las relaciones con Estados Unidos serán aspectos prioritarios en nuestra agenda de política exterior”.
5. Para crear la economía más dinámica de América Latina dijo: “Construiré una economía eficiente y competitiva y promoveré la creación de una amplia base empresarial; por eso “invito a todos los empresarios medianos, grandes y pequeños, a que contribuyan a la construcción de un nuevo país”. Subrayó: “El régimen económico establecido por la Constitución de la República es la propiedad privada, ésta y la seguridad jurídica tendrán el mayor respeto y serán objeto de atención especial. La estabilidad macroeconómica y el ejercicio fiscal responsable serán objetivos que se realizarán con transparencia y fieles a las instituciones democráticas”.
6. La declaraciones anteriores, analizadas estrictamente, hacen pensar que nada importante cambiará en El Salvador; sin embargo todavía hay que esperar algunas semanas para poder adelantar un juicio válido. Obama, por un lado y Chávez/Lula por otro, son importantes fuerzas de atracción política para este país centroamericano con un sin número de broncas, principalmente de pobreza y de miseria de más de la mitad de su población. Seguirá estando en la mesa de análisis y de reflexión la estrategia guerrillera, luego electoral de FMLN, sobre todo en estos años en que el imperialismo norteamericano busca comerse a las socialdemocracias como Chile y Brasil.
7. En la presente década los problemas de Latinoamérica se resumen en el papel que ha venido manteniendo el bloque de América de Sur encabezado por Chávez/Lula frente a los poderosos intereses de los EEUU en la zona. Con excepción del gobierno cubano, que tuvo como origen su revolución armada en 1959, los demás presidentes ahora antimperialistas, han asumido el gobierno a partir de procesos electorales. ¿Quiere decir esto que la vía más aceptada por las izquierdas en los últimos 15 años es la electoral? Lo que sucede es que todavía no termina el ciclo para poder evaluar esta nueva realidad porque el imperio aún no se rinde y las políticas socialdemócratas o populares no terminan de desarrollarse.
8. Los grandes negocios internacionales y yanquis siguen interviniendo en la región (con Obama lo harán con mayor insistencia) ofreciendo inversiones y asociaciones con el fin mediatizar a países y hacer buenos negocios con los gobiernos socialdemócratas de Brasil, Uruguay, Chile, Argentina y Paraguay. Los EEUU no dejan de intervenir en la zona buscando romper la unidad que se va aglutinando alrededor de Chávez/Lula que, por cierto, han buscado diversificar mercados para sus productos encontrando en el chino y el europeo otras alternativas comerciales diferentes al mercado yanqui. Lo cual demuestra que nada es fácil en esta coyuntura en que los mercados y la política de bloques están presentes.
9. Los EEUU continuarán usando a los gobiernos de Calderón (México), Uribe (Colombia), García (Perú) y a los pequeños países de Centroamérica como punta de lanza de sus políticas en América Latina. Son gobiernos de derecha, militaristas y enemigos de los movimientos sociales; pero encajaron muy bien en el gobierno de Bush y buscan congraciarse con el gobierno de Obama. Lo que todavía no puede adelantarse es cómo responderá Obama a esas políticas que parecen haber alejado más a los EEUU de los países sudamericanos. No es porque se hayan despertado esperanzas de los pueblos de América hacia el nuevo gobierno yanqui de Obama; sin embargo hay que esperar el rumbo de su política en América.
10. Obama ha seguido una política muy parecida a la de Bush en Afganistán, Irak y Palestina, pero en América todavía no decide nada sobre la suspensión del bloqueo económico hacia Cuba instalado en 1962 y acerca de su posición frente a Venezuela, Bolivia u otros países que buscan romper la dominación estadounidense en la región. De todas maneras hay que aplaudir y apoyar el triunfo electoral del FMLN, pero de ninguna manera debemos dejar de observar, en primer lugar esa rica experiencia que va de la guerrilla a lo electoral y en segundo lugar lo que sucede con los gobiernos socialdemócratas que caminan de la izquierda a la centroizquierda para luego convertirse en un aparato de poder al servicio del capital. ¡Qué cosas!
1. El triunfo electoral de Mauricio Funes, del Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador, representa enormes esperanzas para los pueblos de América Latina. El candidato de la derecha y de los EEUU, Rodrigo Ávila, de Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), había sido conocido como un destacado partidario de la represión y los asesinatos del pueblo. Por esos motivos el pueblo salvadoreño espera mucho de Funes y del FMLN que se transformó de guerrilla radical a partido con claras definiciones socialdemócratas para poder ser aceptado por el Estado en el proceso electoral.
2. La socialdemocracia de los viejos Bernstein y Kaustky, que logró una gran fuerza al caer la Primera Internacional por los años 1876 y a la muerte de Marx en 1883, tuvo como características esenciales las luchas por reformas pacíficas y evolutivas en el interior del sistema capitalista usando el parlamento, el sistema electoral burgués y la gestión de cargos dentro del gobierno. En tanto Marx y Engels, junto a los anarquistas lidereados por Bakunin, buscaban cambios revolucionarios radicales con la conquista del poder o la autogestión por la clase obrera y el pueblo explotado, los berstenianos luchaban por simples reformas que pudieran “mejorar” al sistema capitalista.
3. Funes, el presidente electo en El Salvador el pasado domingo, no fue guerrillero pero como destacado periodista fue siempre simpatizante del FMLN. Él escogió la vía electoral y parlamentaria para llegar al gobierno y lo ha logrado, por eso quizá no pueda exigírsele más de lo que puede dar. Pero los problemas económicos del pueblo salvadoreño: miseria, desempleo, migración, falta de inversiones, tendrán que obligarlo ha “hacer posible lo imposible”. Por eso las dos tareas básicas ineludibles de Funes tendrán que ser: 1. lograr cambios constitucionales profundos y 2. Estrechar alianzas con Venezuela, Bolivia y Ecuador.
4. Sin embargo en su discurso de triunfo electoral Funes dijo: “Lo repito, mi gobierno estará animado por el espíritu de la unidad nacional que exige dejar de lado ya, en este mismo instante, la confrontación y el revanchismo”; luego planteó: “Gracias al mandato que me ha otorgado el pueblo salvadoreño me convierto, sin lugar a dudas en el presidente electo de todos los salvadoreños”. Por su política exterior dijo “Fortaleceré las relaciones internacionales e implementaré una política exterior independiente, basada en la protección y fomento de los intereses nacionales. La integración centroamericana y el fortalecimiento de las relaciones con Estados Unidos serán aspectos prioritarios en nuestra agenda de política exterior”.
5. Para crear la economía más dinámica de América Latina dijo: “Construiré una economía eficiente y competitiva y promoveré la creación de una amplia base empresarial; por eso “invito a todos los empresarios medianos, grandes y pequeños, a que contribuyan a la construcción de un nuevo país”. Subrayó: “El régimen económico establecido por la Constitución de la República es la propiedad privada, ésta y la seguridad jurídica tendrán el mayor respeto y serán objeto de atención especial. La estabilidad macroeconómica y el ejercicio fiscal responsable serán objetivos que se realizarán con transparencia y fieles a las instituciones democráticas”.
6. La declaraciones anteriores, analizadas estrictamente, hacen pensar que nada importante cambiará en El Salvador; sin embargo todavía hay que esperar algunas semanas para poder adelantar un juicio válido. Obama, por un lado y Chávez/Lula por otro, son importantes fuerzas de atracción política para este país centroamericano con un sin número de broncas, principalmente de pobreza y de miseria de más de la mitad de su población. Seguirá estando en la mesa de análisis y de reflexión la estrategia guerrillera, luego electoral de FMLN, sobre todo en estos años en que el imperialismo norteamericano busca comerse a las socialdemocracias como Chile y Brasil.
7. En la presente década los problemas de Latinoamérica se resumen en el papel que ha venido manteniendo el bloque de América de Sur encabezado por Chávez/Lula frente a los poderosos intereses de los EEUU en la zona. Con excepción del gobierno cubano, que tuvo como origen su revolución armada en 1959, los demás presidentes ahora antimperialistas, han asumido el gobierno a partir de procesos electorales. ¿Quiere decir esto que la vía más aceptada por las izquierdas en los últimos 15 años es la electoral? Lo que sucede es que todavía no termina el ciclo para poder evaluar esta nueva realidad porque el imperio aún no se rinde y las políticas socialdemócratas o populares no terminan de desarrollarse.
8. Los grandes negocios internacionales y yanquis siguen interviniendo en la región (con Obama lo harán con mayor insistencia) ofreciendo inversiones y asociaciones con el fin mediatizar a países y hacer buenos negocios con los gobiernos socialdemócratas de Brasil, Uruguay, Chile, Argentina y Paraguay. Los EEUU no dejan de intervenir en la zona buscando romper la unidad que se va aglutinando alrededor de Chávez/Lula que, por cierto, han buscado diversificar mercados para sus productos encontrando en el chino y el europeo otras alternativas comerciales diferentes al mercado yanqui. Lo cual demuestra que nada es fácil en esta coyuntura en que los mercados y la política de bloques están presentes.
9. Los EEUU continuarán usando a los gobiernos de Calderón (México), Uribe (Colombia), García (Perú) y a los pequeños países de Centroamérica como punta de lanza de sus políticas en América Latina. Son gobiernos de derecha, militaristas y enemigos de los movimientos sociales; pero encajaron muy bien en el gobierno de Bush y buscan congraciarse con el gobierno de Obama. Lo que todavía no puede adelantarse es cómo responderá Obama a esas políticas que parecen haber alejado más a los EEUU de los países sudamericanos. No es porque se hayan despertado esperanzas de los pueblos de América hacia el nuevo gobierno yanqui de Obama; sin embargo hay que esperar el rumbo de su política en América.
10. Obama ha seguido una política muy parecida a la de Bush en Afganistán, Irak y Palestina, pero en América todavía no decide nada sobre la suspensión del bloqueo económico hacia Cuba instalado en 1962 y acerca de su posición frente a Venezuela, Bolivia u otros países que buscan romper la dominación estadounidense en la región. De todas maneras hay que aplaudir y apoyar el triunfo electoral del FMLN, pero de ninguna manera debemos dejar de observar, en primer lugar esa rica experiencia que va de la guerrilla a lo electoral y en segundo lugar lo que sucede con los gobiernos socialdemócratas que caminan de la izquierda a la centroizquierda para luego convertirse en un aparato de poder al servicio del capital. ¡Qué cosas!
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