Waldo Munizaga
Los siempre provocadores y febriles encantos de la Economía y Sistema Financiero Norteamericano, de merecida y reconocible fama de estar día y noche afrodisíacamente dispuestos para brindar fáciles, rápidos y garantizados placeres orgásmicos, sin mucho esfuerzo ni pudor han logrado contagiar el resto del Sistema Financiero Mundial como cual Sodoma y Gomorra, a so pena también de su promiscuo y venéreo apetito lujurioso.
Situación que tiene y mantiene a los nacionales aprendices de dandi y también “especialistas” de la economía y las finanzas al borde del celibato de los eunucos, y obviamente al desempleo. Estos consejeros y guías turísticos de los parajes y recovecos donde siempre se fragua sin mucho recato y consideración el destino y la salud de la Economía de todos los países “pobres” o “subdesarrollados, como ellos prefieren llamar, hoy están francamente desesperados para que los incautos que todavía tienen encuentren razones para no retirar sus fondos de la banca extranjera, y así continuar manteniendo sus codiciadas y esperadas propinas.
Con el trillado cuento del “ahí viene el lobo” y que la economía de Venezuela de un momento a otro se desmoronará cuando llegue el tan esperado cuadrúpedo, pretenden disimular y silenciar el descalabro y gran costalazo que mantiene prácticamente en el suelo al sistema financiero internacional.
En su larga experiencia de timar incautos por primera vez se les puede reconocer el esfuerzo de estar pensando seriamente sobre economía y finanzas. Aunque los más atrevidos más para no perder clientes que para lucirse, con cierto desgano asisten a los programas televisivos o radiales, en los que por lo general el entrevistador le importa un comino la economía, y su único afán por tenerlo en el programa es para continuar cobrando al dar motivos para sacar a Chávez del gobierno, despotricar de Evo, maldecir a Correa, reírse de Fidel, criticar el traje de baño de Bachelet o no compartir ideológicamente el vestuario y peinado de Cristina; así rimbombantemente lo recibirán para que además de manera científicamente cristiana que eso de la gran Crisis del Norte es sólo una “nube pasajera”.
Tanto rayan ya en lo patético que parecen comentaristas deportivos cuando el equipo nacional pierde por goleada. Si antes no les requería mucho conocimiento ni esfuerzo intelectual recomendar invertir en los paraísos fiscales con eso del Stanfort Bank la cosa francamente se les está colorando como una hormiga.
Y es que tal ha sido la manera irracional como el Capitalismo ha buscado la rentabilidad del Capital que ha llegado a niveles asombrosos de que hoy en día nadie sabe a ciencia cierta como se le domina o gobierna, incluso ni siquiera alguien conoce cuál es la magnitud y las dimensiones de la actual Crisis, mucho menos cómo salir de ella. El Sistema se ha hecho tan descomunal que no tiene principio ni coherencia, y de tenerla es para solo continuar generando ganancias aunque sean inorgánicas y de nula liquidez.
Los siempre provocadores y febriles encantos de la Economía y Sistema Financiero Norteamericano, de merecida y reconocible fama de estar día y noche afrodisíacamente dispuestos para brindar fáciles, rápidos y garantizados placeres orgásmicos, sin mucho esfuerzo ni pudor han logrado contagiar el resto del Sistema Financiero Mundial como cual Sodoma y Gomorra, a so pena también de su promiscuo y venéreo apetito lujurioso.
Situación que tiene y mantiene a los nacionales aprendices de dandi y también “especialistas” de la economía y las finanzas al borde del celibato de los eunucos, y obviamente al desempleo. Estos consejeros y guías turísticos de los parajes y recovecos donde siempre se fragua sin mucho recato y consideración el destino y la salud de la Economía de todos los países “pobres” o “subdesarrollados, como ellos prefieren llamar, hoy están francamente desesperados para que los incautos que todavía tienen encuentren razones para no retirar sus fondos de la banca extranjera, y así continuar manteniendo sus codiciadas y esperadas propinas.
Con el trillado cuento del “ahí viene el lobo” y que la economía de Venezuela de un momento a otro se desmoronará cuando llegue el tan esperado cuadrúpedo, pretenden disimular y silenciar el descalabro y gran costalazo que mantiene prácticamente en el suelo al sistema financiero internacional.
En su larga experiencia de timar incautos por primera vez se les puede reconocer el esfuerzo de estar pensando seriamente sobre economía y finanzas. Aunque los más atrevidos más para no perder clientes que para lucirse, con cierto desgano asisten a los programas televisivos o radiales, en los que por lo general el entrevistador le importa un comino la economía, y su único afán por tenerlo en el programa es para continuar cobrando al dar motivos para sacar a Chávez del gobierno, despotricar de Evo, maldecir a Correa, reírse de Fidel, criticar el traje de baño de Bachelet o no compartir ideológicamente el vestuario y peinado de Cristina; así rimbombantemente lo recibirán para que además de manera científicamente cristiana que eso de la gran Crisis del Norte es sólo una “nube pasajera”.
Tanto rayan ya en lo patético que parecen comentaristas deportivos cuando el equipo nacional pierde por goleada. Si antes no les requería mucho conocimiento ni esfuerzo intelectual recomendar invertir en los paraísos fiscales con eso del Stanfort Bank la cosa francamente se les está colorando como una hormiga.
Y es que tal ha sido la manera irracional como el Capitalismo ha buscado la rentabilidad del Capital que ha llegado a niveles asombrosos de que hoy en día nadie sabe a ciencia cierta como se le domina o gobierna, incluso ni siquiera alguien conoce cuál es la magnitud y las dimensiones de la actual Crisis, mucho menos cómo salir de ella. El Sistema se ha hecho tan descomunal que no tiene principio ni coherencia, y de tenerla es para solo continuar generando ganancias aunque sean inorgánicas y de nula liquidez.
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