Guadalupe Cruz Jaimes / CIMAC
Las y los sobrecargos no sólo son caras bonitas que sirven refrescos de cola, ésta una labor casi de tiempo completo, que demanda el esfuerzo constante de un gremio conformado en 70 por ciento por mujeres, señala Lizette Clavel Sánchez, secretaría general de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA).
En entrevista con Cimacnoticias, la lideresa sindical reconoce que su anhelo en la vida no era viajar como sobrecargo en los aviones, su interés estaba en la medicina, sin embargo, en este mundo encontró los recursos para sacar adelante a su familia y a ella misma.
-- ¿Por qué elegiste ser sobrecargo?
-- A diferencia de mucha gente, que siempre quiso ser sobrecargo, yo no. La que quería serlo era mi mamá, y me decía: "ojalá y fueras sobrecargo" y yo le respondía: ¡todo menos eso!, esa era mí respuesta, de muy niña.
"Yo quería ser médica para ayudar a alguien que se estaba muriendo y no llevar a alguien de paseo. Sin embargo, encontré que ser sobrecargo ha sido un medio para muchas cosas. Es un trabajo muy noble, que en su momento me permitió estudiar, trabajar, encontrar la otra forma de ayudar a la gente.
"Además, llevas a un indocumentado; a alguien que va a recoger el cuerpo de un familiar; gente trasladada por una enfermedad; a los cuerpos de rescate: entiendes que no eres la cara bonita que sirve refrescos de cola sino que de verdad eres quien transporta la vida.
Pero también es un trabajo que te cobra muy caras las facturas…
-- ¿Cómo cuáles?
-- Tenemos compañeras de 18 ó 19 años de edad que mientras un pasajero se va sentado a Europa, por placer o negocios y hace un trayecto de 16 horas sentado. Ellas lo hacen de pie, caminando en una condición antihumana.
"Arriba estás sometida a una presurización que muchas veces provoca condiciones físicas extremas, porque al estar parados contra la gravedad, el esfuerzo físico se ve multiplicado por cinco.
El desgaste físico es brutal, tú ves la fotografía de alguien cuando entra y a los dos años es un deterioro físico severo. Además, el estrés es una constante, porque aquí no hay tolerancia, todo es a una hora o ya no fue. Todo es contra el tiempo; la vida de un pasajero abordo no te da un margen de tolerancia, así que debes actuar con prontitud".
Facturas emocionales y físicas
-- ¿Qué enfermedades trae consigo este desgaste físico?
-- Tenemos graves problemas circulatorios, hay compañeras de 20 años con varices, también hay un altísimo nivel de infecciones en las vías urinarias, porque es difícil ir al baño, los pasajeros demandan atención, los tiempos son limitados, las necesidades son múltiples.
"Cuando no estás en la fase de despegue, estás en posición de alerta; cuando el avión se niveló, ya estás preparando un servicio, y cuando terminas ya hay fila de pasajeros en los sanitarios. Y en lo que recoges el servicio y despides al pasaje, entra el personal de limpieza.
"Y así puede pasar un día completo sin que puedas ir al baño. Esto te trae problemas de riñones, deshidratación de la piel. Además de las lesiones de columna por jalar los carritos de comida que llegan a pesar hasta 300 kilos, y con la mejor sonrisa te esfuerzas para realizar tu trabajo.
"También hay problemas de salud por la presurización a la que estás sometida que te infla y desinfla los órganos internos. Sin contar los casos de compañeras que han tenido abortos, cuando ni siquiera sabían que estaban embarazadas".
-- ¿Y en lo emocional?
-- La parte psicológica es otro fuerte golpe, tienes que estar acostumbrada a que no vas a tener días para ti. A diferencia de otros trabajos en donde regresas a casa al terminó de una jornada diaria, las y los sobrecargos no podemos decir "voy a Europa o a China y regreso"; no es tan simple.
"Tienes que dejar conversaciones, problemas con la pareja: les tienes que poner pausa, porque puedes perder el trabajo si no asistes. Además del nivel de estrés que se genera cuando estás en medio de un vuelo, que dura 8 días, y probablemente estás en otro continente y te avisan que un familiar murió, incluso, con la imposibilidad de regresar en el momento que quieras, es terrible.
-- ¿Cómo mujer la presión es mayor?
-- Claro, en el caso de las mujeres es muy fuerte el castigo social que se hace respecto a tu trabajo: eres la "muchacha del aire", son comunes los apodos como "azagata" o eres "la fantasía sexual de 20".
"Tampoco hay muchas parejas que acepten que la mujer se tenga que ausentar 3 ó 4 días de casa, dejar al hijo, a la familia; no es fácil para ellas. En el caso de los varones sobrecargos, de inmediato se pone en duda su orientación sexual. Y existe la idea generalizada de que sólo pueden ser sobrecargos las mujeres bonitas o los homosexuales, y la realidad es bien distinta".
-- ¿Qué consecuencias ha traído a la vida laboral de las y los sobrecargos?
-- Pues tenemos una altísima rotación, se dan periodos de deserción: al año o poco antes la mayoría renuncia, no aguantan el desarraigo.
"El segundo periodo se da entre los 5 y los 7 años de antigüedad, cuando la mayoría de las compañeras empiezan a embarazarse, es frecuente que después de este paso, no puedan desprenderse del bebé y ya no regresan al trabajo. Y de ahí se vuelve a dar otro periodo a los diez años de labores, y la que no se va durante este periodo, difícilmente sale.
"En mi generación, éramos 75, al año quedamos 50; después de 5 años, 30 personas; a los 10 años, alrededor de 20. Y a la fecha, después de 17 años, no creo que lleguemos a diez.
"De las y los más de 3 mil sobrecargos, con una antigüedad superior a los 20 años de edad no llegan a ser ni la tercera parte. Y sin lugar a dudas las mujeres son quienes abandonan más este trabajo por la doble jornada, la responsabilidad de las y los hijos y la social".
-- Después de enfrentar el conflicto económico con Aeromexico y actualmente con Mexicana, ¿han logrado mantener los derechos específicos de las mujeres?
-- Sí, somos un grupo mayoritario de mujeres y eso trae complicaciones para la empresa, por las licencias de maternidad y los permisos para cuidar a sus hijas e hijos enfermos.
"En Aeromar, Click y Travel hemos llegado a un acuerdo: cuando las compañeras están en periodo de maternidad lo que pueden hacer es bajarse de vuelo y hacer labores de oficina.
"En el caso de Mexicana y Aeromexico, ambas empresas ofrecen una protección de maternidad, es decir puedes bajarte de vuelo una vez que sepas que estás embarazada y aunque no necesariamente percibes el ingreso, tienes garantizada tu plaza al regreso.
"Se respetan las licencias pre y posnatal, pero no contamos con las horas de lactancia. Sin embargo, en Aeromexico tratamos de acumular estas horas para que se otorguen en el periodo de pos natalidad, con ello, la madre se separa del bebé a los 3 meses de su nacimiento.
"En este conflicto, además de estos derechos, no negociables para ASSA, es importante no tocar jornadas y vigilar que la condición de seguridad del tripulante se mantenga, es decir, evitar lo que hoy ocurre con empresas de bajo costo, que fuerzan a las y los sobrecargos a trabajar jornadas fuera de ley, que actúan en detrimento de su seguridad y del mismo pasajero", concluye Lizette Clavel, secretaria general de ASSA.
Las y los sobrecargos no sólo son caras bonitas que sirven refrescos de cola, ésta una labor casi de tiempo completo, que demanda el esfuerzo constante de un gremio conformado en 70 por ciento por mujeres, señala Lizette Clavel Sánchez, secretaría general de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA).
En entrevista con Cimacnoticias, la lideresa sindical reconoce que su anhelo en la vida no era viajar como sobrecargo en los aviones, su interés estaba en la medicina, sin embargo, en este mundo encontró los recursos para sacar adelante a su familia y a ella misma.
-- ¿Por qué elegiste ser sobrecargo?
-- A diferencia de mucha gente, que siempre quiso ser sobrecargo, yo no. La que quería serlo era mi mamá, y me decía: "ojalá y fueras sobrecargo" y yo le respondía: ¡todo menos eso!, esa era mí respuesta, de muy niña.
"Yo quería ser médica para ayudar a alguien que se estaba muriendo y no llevar a alguien de paseo. Sin embargo, encontré que ser sobrecargo ha sido un medio para muchas cosas. Es un trabajo muy noble, que en su momento me permitió estudiar, trabajar, encontrar la otra forma de ayudar a la gente.
"Además, llevas a un indocumentado; a alguien que va a recoger el cuerpo de un familiar; gente trasladada por una enfermedad; a los cuerpos de rescate: entiendes que no eres la cara bonita que sirve refrescos de cola sino que de verdad eres quien transporta la vida.
Pero también es un trabajo que te cobra muy caras las facturas…
-- ¿Cómo cuáles?
-- Tenemos compañeras de 18 ó 19 años de edad que mientras un pasajero se va sentado a Europa, por placer o negocios y hace un trayecto de 16 horas sentado. Ellas lo hacen de pie, caminando en una condición antihumana.
"Arriba estás sometida a una presurización que muchas veces provoca condiciones físicas extremas, porque al estar parados contra la gravedad, el esfuerzo físico se ve multiplicado por cinco.
El desgaste físico es brutal, tú ves la fotografía de alguien cuando entra y a los dos años es un deterioro físico severo. Además, el estrés es una constante, porque aquí no hay tolerancia, todo es a una hora o ya no fue. Todo es contra el tiempo; la vida de un pasajero abordo no te da un margen de tolerancia, así que debes actuar con prontitud".
Facturas emocionales y físicas
-- ¿Qué enfermedades trae consigo este desgaste físico?
-- Tenemos graves problemas circulatorios, hay compañeras de 20 años con varices, también hay un altísimo nivel de infecciones en las vías urinarias, porque es difícil ir al baño, los pasajeros demandan atención, los tiempos son limitados, las necesidades son múltiples.
"Cuando no estás en la fase de despegue, estás en posición de alerta; cuando el avión se niveló, ya estás preparando un servicio, y cuando terminas ya hay fila de pasajeros en los sanitarios. Y en lo que recoges el servicio y despides al pasaje, entra el personal de limpieza.
"Y así puede pasar un día completo sin que puedas ir al baño. Esto te trae problemas de riñones, deshidratación de la piel. Además de las lesiones de columna por jalar los carritos de comida que llegan a pesar hasta 300 kilos, y con la mejor sonrisa te esfuerzas para realizar tu trabajo.
"También hay problemas de salud por la presurización a la que estás sometida que te infla y desinfla los órganos internos. Sin contar los casos de compañeras que han tenido abortos, cuando ni siquiera sabían que estaban embarazadas".
-- ¿Y en lo emocional?
-- La parte psicológica es otro fuerte golpe, tienes que estar acostumbrada a que no vas a tener días para ti. A diferencia de otros trabajos en donde regresas a casa al terminó de una jornada diaria, las y los sobrecargos no podemos decir "voy a Europa o a China y regreso"; no es tan simple.
"Tienes que dejar conversaciones, problemas con la pareja: les tienes que poner pausa, porque puedes perder el trabajo si no asistes. Además del nivel de estrés que se genera cuando estás en medio de un vuelo, que dura 8 días, y probablemente estás en otro continente y te avisan que un familiar murió, incluso, con la imposibilidad de regresar en el momento que quieras, es terrible.
-- ¿Cómo mujer la presión es mayor?
-- Claro, en el caso de las mujeres es muy fuerte el castigo social que se hace respecto a tu trabajo: eres la "muchacha del aire", son comunes los apodos como "azagata" o eres "la fantasía sexual de 20".
"Tampoco hay muchas parejas que acepten que la mujer se tenga que ausentar 3 ó 4 días de casa, dejar al hijo, a la familia; no es fácil para ellas. En el caso de los varones sobrecargos, de inmediato se pone en duda su orientación sexual. Y existe la idea generalizada de que sólo pueden ser sobrecargos las mujeres bonitas o los homosexuales, y la realidad es bien distinta".
-- ¿Qué consecuencias ha traído a la vida laboral de las y los sobrecargos?
-- Pues tenemos una altísima rotación, se dan periodos de deserción: al año o poco antes la mayoría renuncia, no aguantan el desarraigo.
"El segundo periodo se da entre los 5 y los 7 años de antigüedad, cuando la mayoría de las compañeras empiezan a embarazarse, es frecuente que después de este paso, no puedan desprenderse del bebé y ya no regresan al trabajo. Y de ahí se vuelve a dar otro periodo a los diez años de labores, y la que no se va durante este periodo, difícilmente sale.
"En mi generación, éramos 75, al año quedamos 50; después de 5 años, 30 personas; a los 10 años, alrededor de 20. Y a la fecha, después de 17 años, no creo que lleguemos a diez.
"De las y los más de 3 mil sobrecargos, con una antigüedad superior a los 20 años de edad no llegan a ser ni la tercera parte. Y sin lugar a dudas las mujeres son quienes abandonan más este trabajo por la doble jornada, la responsabilidad de las y los hijos y la social".
-- Después de enfrentar el conflicto económico con Aeromexico y actualmente con Mexicana, ¿han logrado mantener los derechos específicos de las mujeres?
-- Sí, somos un grupo mayoritario de mujeres y eso trae complicaciones para la empresa, por las licencias de maternidad y los permisos para cuidar a sus hijas e hijos enfermos.
"En Aeromar, Click y Travel hemos llegado a un acuerdo: cuando las compañeras están en periodo de maternidad lo que pueden hacer es bajarse de vuelo y hacer labores de oficina.
"En el caso de Mexicana y Aeromexico, ambas empresas ofrecen una protección de maternidad, es decir puedes bajarte de vuelo una vez que sepas que estás embarazada y aunque no necesariamente percibes el ingreso, tienes garantizada tu plaza al regreso.
"Se respetan las licencias pre y posnatal, pero no contamos con las horas de lactancia. Sin embargo, en Aeromexico tratamos de acumular estas horas para que se otorguen en el periodo de pos natalidad, con ello, la madre se separa del bebé a los 3 meses de su nacimiento.
"En este conflicto, además de estos derechos, no negociables para ASSA, es importante no tocar jornadas y vigilar que la condición de seguridad del tripulante se mantenga, es decir, evitar lo que hoy ocurre con empresas de bajo costo, que fuerzan a las y los sobrecargos a trabajar jornadas fuera de ley, que actúan en detrimento de su seguridad y del mismo pasajero", concluye Lizette Clavel, secretaria general de ASSA.
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