Teodoro Rentería Arróyave
Las sentencia y condena al más puro estilo de la Inquisición fueron pronunciadas por el obispo de Celaya, Guanajuato, Lázaro Pérez contra las monjas vejadas por policías del municipio de Dolores Hidalgo, Guanajuato, por el simple pecado de no ser católicas apostólicas y romanas. Es decir, de acusadoras, por “decreto obispal” se convirtieron en acusadas.
Si no sois católicas no merecéis ser consideradas seres humanos, este es el pensamiento que se desprende, sin exagerar, del purpurado celayense, al referirse al indignante caso de las hermanas detenidas y obligadas por policías a desnudarse para comprobar su sexo.
Monseñor Pérez, las acusó sin investigación previa alguna y muchos menos haber contado con un proceso judicial de que: “son unas farsantes, ladronas y sinvergüenzas", porque se disfrazan de monjas católicas, pero pertenecen a otro credo.
Siguió la letanía de improperios: estas dos hermanas que denunciaron el jueves 5 que policías de Guanajuato las habían desnudado, "engañan a la gente, se disfrazan de monjas católicas, pero pertenecen a un grupo sectario", y luego la incoherencia: "Sí son monjas, de algún modo, pero pertenecen a la congregación de monseñor Marcel Lefevre, obispo tradicionalista".
Marcel-François Lefebvre, nació en Tourcoing, 1905 y murió excomulgado de la Iglesia en Martigny, 1991. Fue un arzobispo cismático francés por haberse apartado de las doctrinas oficiales del la Iglesia Católica tras la celebración del Concilio Vaticano II, creó su propia agrupación sacerdotal la Hermandad Sacerdotal San Pío V y fue por ello suspendido y definitivamente excomulgado en 1988 por el Papa Juan Pablo II.
Cursó estudios superiores de Teología en la Universidad Georgiana de Roma y fue ordenado sacerdote en 1929, para incorporarse a la congregación misionera de los Padres del Espíritu Santo, que le envío en misiones pastorales a Gabón. Hombre de acreditada talla intelectual y talante enérgico y decidido, aunque orientado siempre hacia posturas extremadamente conservadoras, realizó una brillante labor misionera en territorio africano, por lo que en 1947 fue consagrado obispo y designado vicario apostólico de Dakar, Senegal.
A raíz de la apertura del Concilio Vaticano II, Marcel Lefebvre comenzó a mostrar su firme desacuerdo respecto a los nuevos derroteros de modernización que parecía dispuesta a seguir la Iglesia Católica. Se mostró partidario de la defensa a ultranza de la vieja ortodoxia. Marcel Lefebvre dimitió también del generalato de su congregación en 1968 para fundar, un año después, su propia "Hermandad Sacerdotal de San Pío V", en cuyo seminario, en la localidad helvética de Ecône, empezó a ordenar sacerdotes por su propia cuenta, a pesar de la inmediata desautorización decretada al respecto por el episcopado francés.
Ese es el “pecado” que cometieron las monjas Josefina Rivera Mata y Juana Gómez Ángeles, pertenecer a la "Congregación de Frailes Conservadores de las Tradiciones Apostólicas y Dogmáticas de la Iglesia", reconocida por las autoridades, puesto que ambas religiosas mostraron sus credenciales y documentos expedidos por la Secretaría de Gobernación, concretamente a la Congregación de la Inmaculada Concepción de María, del estado de Michoacán.
El alcalde priísta de Dolores Hidalgo, Luis Gerardo Rubio Valdés se ha comprometido a realizar las investigaciones correspondientes y actuar si se comprueba el abuso de autoridad. Es de esperarse que así sea y que no se deje intimar por inquisidores de pacotilla, que desgraciadamente todavía existen en pleno Siglo XXI.
Las sentencia y condena al más puro estilo de la Inquisición fueron pronunciadas por el obispo de Celaya, Guanajuato, Lázaro Pérez contra las monjas vejadas por policías del municipio de Dolores Hidalgo, Guanajuato, por el simple pecado de no ser católicas apostólicas y romanas. Es decir, de acusadoras, por “decreto obispal” se convirtieron en acusadas.
Si no sois católicas no merecéis ser consideradas seres humanos, este es el pensamiento que se desprende, sin exagerar, del purpurado celayense, al referirse al indignante caso de las hermanas detenidas y obligadas por policías a desnudarse para comprobar su sexo.
Monseñor Pérez, las acusó sin investigación previa alguna y muchos menos haber contado con un proceso judicial de que: “son unas farsantes, ladronas y sinvergüenzas", porque se disfrazan de monjas católicas, pero pertenecen a otro credo.
Siguió la letanía de improperios: estas dos hermanas que denunciaron el jueves 5 que policías de Guanajuato las habían desnudado, "engañan a la gente, se disfrazan de monjas católicas, pero pertenecen a un grupo sectario", y luego la incoherencia: "Sí son monjas, de algún modo, pero pertenecen a la congregación de monseñor Marcel Lefevre, obispo tradicionalista".
Marcel-François Lefebvre, nació en Tourcoing, 1905 y murió excomulgado de la Iglesia en Martigny, 1991. Fue un arzobispo cismático francés por haberse apartado de las doctrinas oficiales del la Iglesia Católica tras la celebración del Concilio Vaticano II, creó su propia agrupación sacerdotal la Hermandad Sacerdotal San Pío V y fue por ello suspendido y definitivamente excomulgado en 1988 por el Papa Juan Pablo II.
Cursó estudios superiores de Teología en la Universidad Georgiana de Roma y fue ordenado sacerdote en 1929, para incorporarse a la congregación misionera de los Padres del Espíritu Santo, que le envío en misiones pastorales a Gabón. Hombre de acreditada talla intelectual y talante enérgico y decidido, aunque orientado siempre hacia posturas extremadamente conservadoras, realizó una brillante labor misionera en territorio africano, por lo que en 1947 fue consagrado obispo y designado vicario apostólico de Dakar, Senegal.
A raíz de la apertura del Concilio Vaticano II, Marcel Lefebvre comenzó a mostrar su firme desacuerdo respecto a los nuevos derroteros de modernización que parecía dispuesta a seguir la Iglesia Católica. Se mostró partidario de la defensa a ultranza de la vieja ortodoxia. Marcel Lefebvre dimitió también del generalato de su congregación en 1968 para fundar, un año después, su propia "Hermandad Sacerdotal de San Pío V", en cuyo seminario, en la localidad helvética de Ecône, empezó a ordenar sacerdotes por su propia cuenta, a pesar de la inmediata desautorización decretada al respecto por el episcopado francés.
Ese es el “pecado” que cometieron las monjas Josefina Rivera Mata y Juana Gómez Ángeles, pertenecer a la "Congregación de Frailes Conservadores de las Tradiciones Apostólicas y Dogmáticas de la Iglesia", reconocida por las autoridades, puesto que ambas religiosas mostraron sus credenciales y documentos expedidos por la Secretaría de Gobernación, concretamente a la Congregación de la Inmaculada Concepción de María, del estado de Michoacán.
El alcalde priísta de Dolores Hidalgo, Luis Gerardo Rubio Valdés se ha comprometido a realizar las investigaciones correspondientes y actuar si se comprueba el abuso de autoridad. Es de esperarse que así sea y que no se deje intimar por inquisidores de pacotilla, que desgraciadamente todavía existen en pleno Siglo XXI.
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