PL
El presidente Evo Morales reiteró hoy su denuncia de la injerencia de Estados Unidos en el proceso de cambio que vive Bolivia, situación varias veces denunciada en los últimos meses.
Detrás de cada política de nuestro gobierno han estado los intentos norteamericanos de hacerlas fracasar, afirmó el mandatario, quien ratificó su acusación a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de promover un escándalo de corrupción en la petrolera estatal.
Este viernes, el jefe de Estado señaló la presunta responsabilidad de la CIA en el caso que desde el mes pasado sacude a la empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), motor impulsor de la economía nacional.
Lamentablemente ha habido presencia de ese órgano en YPFB, y algunos compañeros resultaron atrapados por la penetración externa, aseguró entonces.
A finales de 2008, Morales expulsó al embajador de Washington, Philip Goldberg, y a la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA) por desarrollar labores consideradas subversivas y desestabilizadoras.
Según el gobernante, tiene esperanzas de una postura diferente por parte de Barack Obama, recién investido presidente norteamericano y primer negro en el cargo.
Morales encabezó hoy el relanzamiento de la cochabambina radioemisora Kausachum Coca, oportunidad en la cual recordó además la represión desatada por los gobiernos neoliberales bolivianos contra el campesinado, en particular los cocaleros.
Al actuar de anfitrión del primer programa de la modernizada estación comunitaria, el mandatario invitó a antiguos compañeros de sus luchas sindicales, quienes narraron experiencias de persecuciones, asesinatos y violaciones en los años 90 del siglo anterior.
El gobernante también abordó los esfuerzos del Poder Ejecutivo para paliar eventuales efectos de la crisis financiera internacional.
La crisis desatada por el capitalismo no sólo es económica, es alimentaria y ecológica, y sus daños inmediatos pudieran ser en los sectores de hidrocarburo, minería y remesas, consideró.
Para Morales, la aplicación de políticas responsables en sus tres años de gestión permitirá enfrentar los impactos del fenómeno.
El presidente Evo Morales reiteró hoy su denuncia de la injerencia de Estados Unidos en el proceso de cambio que vive Bolivia, situación varias veces denunciada en los últimos meses.
Detrás de cada política de nuestro gobierno han estado los intentos norteamericanos de hacerlas fracasar, afirmó el mandatario, quien ratificó su acusación a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de promover un escándalo de corrupción en la petrolera estatal.
Este viernes, el jefe de Estado señaló la presunta responsabilidad de la CIA en el caso que desde el mes pasado sacude a la empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), motor impulsor de la economía nacional.
Lamentablemente ha habido presencia de ese órgano en YPFB, y algunos compañeros resultaron atrapados por la penetración externa, aseguró entonces.
A finales de 2008, Morales expulsó al embajador de Washington, Philip Goldberg, y a la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA) por desarrollar labores consideradas subversivas y desestabilizadoras.
Según el gobernante, tiene esperanzas de una postura diferente por parte de Barack Obama, recién investido presidente norteamericano y primer negro en el cargo.
Morales encabezó hoy el relanzamiento de la cochabambina radioemisora Kausachum Coca, oportunidad en la cual recordó además la represión desatada por los gobiernos neoliberales bolivianos contra el campesinado, en particular los cocaleros.
Al actuar de anfitrión del primer programa de la modernizada estación comunitaria, el mandatario invitó a antiguos compañeros de sus luchas sindicales, quienes narraron experiencias de persecuciones, asesinatos y violaciones en los años 90 del siglo anterior.
El gobernante también abordó los esfuerzos del Poder Ejecutivo para paliar eventuales efectos de la crisis financiera internacional.
La crisis desatada por el capitalismo no sólo es económica, es alimentaria y ecológica, y sus daños inmediatos pudieran ser en los sectores de hidrocarburo, minería y remesas, consideró.
Para Morales, la aplicación de políticas responsables en sus tres años de gestión permitirá enfrentar los impactos del fenómeno.
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