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El seguro gubernamental de salud, Medicaid, marcha en el camino del colapso al ritmo creciente de la recesión y el desempleo en Estados Unidos, advirtió recientemente una institución federal.
Mientras millones de norteamericanos pierden sus empleos y, por ende, la cobertura sanitaria privada, el programa nacional está en la mira de absorber un golpe financiero enorme.
Tal alerta fue emitida ayer miércoles por el Departamento de Servicios Humanos y de Salud (HHS, en inglés), en la misma jornada cuando la Casa Blanca activó un nuevo plan de ayuda para este sector.
Analistas de HHS avisaron que el costo del cuidado médico en Estados Unidos podría duplicarse antes de 2017, alcanzando un monto de 4,3 billones de dólares, que representaría un 19,5 por ciento del Producto Interno Bruto.
De hecho el gasto público en el programa federal ya trepó un 9,6 por ciento a partir de los 352 mil millones del año pasado hasta 386 mil millones en 2009.
La expectativa aciaga es que se prevé un crecimiento en este gasto de manera constante, con una proyección para el período 2009-2017 cercana a 6,7 por ciento cada año, apuntó el economista Andrea Sisko.
Según el informe de HHS, el descenso económico de la nación moverá más de la mitad de los gastos federales hacia el cuidado médico antes de 2018, cuando esta cuenta representaría el 51,3 por ciento del presupuesto de Washington.
El presidente Barack Obama activó un fondo millonario para apuntalar programas de atención médica a los pobres en Estados Unidos, que ya suman alrededor de 40 millones.
La iniciativa de la Casa Blanca forma parte de un plan de rescate económico por valor de 787 mil millones de dólares, recién certificado por el Congreso en un escenario nacional de creciente recesión.
En el sector de la sanidad pública, la medida intenta crear una comisión bipartidista para lidiar con la seguridad social y los debilitados programas Medicare y Medicaid.
Estados Unidos perdió casi 600 mil puestos laborales el mes pasado y la tasa nacional de paro subió hasta un 7,6 por ciento, el más alto nivel en 16 años.
El seguro gubernamental de salud, Medicaid, marcha en el camino del colapso al ritmo creciente de la recesión y el desempleo en Estados Unidos, advirtió recientemente una institución federal.
Mientras millones de norteamericanos pierden sus empleos y, por ende, la cobertura sanitaria privada, el programa nacional está en la mira de absorber un golpe financiero enorme.
Tal alerta fue emitida ayer miércoles por el Departamento de Servicios Humanos y de Salud (HHS, en inglés), en la misma jornada cuando la Casa Blanca activó un nuevo plan de ayuda para este sector.
Analistas de HHS avisaron que el costo del cuidado médico en Estados Unidos podría duplicarse antes de 2017, alcanzando un monto de 4,3 billones de dólares, que representaría un 19,5 por ciento del Producto Interno Bruto.
De hecho el gasto público en el programa federal ya trepó un 9,6 por ciento a partir de los 352 mil millones del año pasado hasta 386 mil millones en 2009.
La expectativa aciaga es que se prevé un crecimiento en este gasto de manera constante, con una proyección para el período 2009-2017 cercana a 6,7 por ciento cada año, apuntó el economista Andrea Sisko.
Según el informe de HHS, el descenso económico de la nación moverá más de la mitad de los gastos federales hacia el cuidado médico antes de 2018, cuando esta cuenta representaría el 51,3 por ciento del presupuesto de Washington.
El presidente Barack Obama activó un fondo millonario para apuntalar programas de atención médica a los pobres en Estados Unidos, que ya suman alrededor de 40 millones.
La iniciativa de la Casa Blanca forma parte de un plan de rescate económico por valor de 787 mil millones de dólares, recién certificado por el Congreso en un escenario nacional de creciente recesión.
En el sector de la sanidad pública, la medida intenta crear una comisión bipartidista para lidiar con la seguridad social y los debilitados programas Medicare y Medicaid.
Estados Unidos perdió casi 600 mil puestos laborales el mes pasado y la tasa nacional de paro subió hasta un 7,6 por ciento, el más alto nivel en 16 años.
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