Apro
El creciente poderío de los cárteles de la droga mexicanos mina la capacidad del presidente Felipe Calderón para gobernar con efectividad algunas zonas del país, advirtió hoy Dennis Blair, director nacional de Inteligencia de Estados Unidos.
Al presentar ante el Congreso un reporte sobre las amenazas a la seguridad estadunidense, Blair –que supervisa más de una decena de agencias de espionaje, incluida la CIA--, añadió que el problema de ingobernabilidad en México se explica además por la corrupción oficial alentada por el narcotráfico, acción que también socava la consolidación de las instituciones democráticas.
"La influencia corruptiva y la creciente violencia de los cárteles mexicanos de la droga, los que están entre los grupos del crimen organizado más poderosos del mundo, impiden la habilidad del gobierno federal (mexicano) de gobernar algunas partes del territorio y de construir instituciones democráticas", enfatizó Blair al presentar su reporte ante el Comité Permanente y Selecto de Inteligencia de la Cámara de Representantes.
El análisis del exalmirante Blair sostiene que México sigue siendo la vía más importante para el trasiego de las drogas que van a parar al mercado estadunidense.
Cerca de "90% de la cocaína que se sabe está dirigida a Estados Unidos, y alguna de la heroína colombiana, eventualmente transita por México antes de llegar a Estados Unidos", declaró el funcionario federal ante los legisladores.
Al mismo tiempo, el encargado de coordinar las operaciones de espionaje del gobierno de Barack Obama minimizó el efecto de las acciones antinarcóticos del gobierno de Calderón respecto del trasiego de precursores químicos para la elaboración de las llamadas "drogas de laboratorio".
"México es el proveedor en jefe de metanfetaminas y mariguana para el mercado de Estados Unidos, y produce la mayoría de la heroína que se consuma en los estados al oeste del río Mississippi", acusó Blair.
También advirtió que "los cárteles han demostrado sus intenciones y capacidad de atacar a funcionarios mexicanos, a su liderazgo y a los militares.
En su testimonio ante el Congreso, Blair hizo un recuento de las agresiones de sicarios a funcionarios y población civil:
Destacó el asesinato del coordinador de Seguridad Regional de la Policía Federal, Edgar Eusebio Millán Gómez, "en mayo del año pasado; el ataque con granadas de mano en el zócalo de la ciudad de Morelia (Michoacán), en septiembre de 2008, y la ejecución del general brigadier Enrique Tello Quiñónez (en Cancún)".
Estos hechos, alertó, "son un indicador de que elementos de los cárteles están de forma creciente demostrando su deseo de asesinar a funcionarios mexicanos del más alto nivel, actuar en represalia contre el Ejército, y a tolerar más daño colateral entre civiles que no están directamente involucrados en el negocio de las drogas".
El funcionario estadunidense reconoció que el gobierno de Calderón está demostrando determinación para abordar el problema de los narcóticos y la corrupción relacionada con el narco, pero que esta estrategia de alguna forma aún no ha menguado la capacidad de operación de los grupos del crimen organizado.
Con esa postura Blair se suma a la larga lista de funcionarios estadunidenses que con más frecuencia, y pese a los esfuerzos del gobierno de Calderón por evitarlo, consideran que México se encuadra en la percepción de un "Estado fallido".
El creciente poderío de los cárteles de la droga mexicanos mina la capacidad del presidente Felipe Calderón para gobernar con efectividad algunas zonas del país, advirtió hoy Dennis Blair, director nacional de Inteligencia de Estados Unidos.
Al presentar ante el Congreso un reporte sobre las amenazas a la seguridad estadunidense, Blair –que supervisa más de una decena de agencias de espionaje, incluida la CIA--, añadió que el problema de ingobernabilidad en México se explica además por la corrupción oficial alentada por el narcotráfico, acción que también socava la consolidación de las instituciones democráticas.
"La influencia corruptiva y la creciente violencia de los cárteles mexicanos de la droga, los que están entre los grupos del crimen organizado más poderosos del mundo, impiden la habilidad del gobierno federal (mexicano) de gobernar algunas partes del territorio y de construir instituciones democráticas", enfatizó Blair al presentar su reporte ante el Comité Permanente y Selecto de Inteligencia de la Cámara de Representantes.
El análisis del exalmirante Blair sostiene que México sigue siendo la vía más importante para el trasiego de las drogas que van a parar al mercado estadunidense.
Cerca de "90% de la cocaína que se sabe está dirigida a Estados Unidos, y alguna de la heroína colombiana, eventualmente transita por México antes de llegar a Estados Unidos", declaró el funcionario federal ante los legisladores.
Al mismo tiempo, el encargado de coordinar las operaciones de espionaje del gobierno de Barack Obama minimizó el efecto de las acciones antinarcóticos del gobierno de Calderón respecto del trasiego de precursores químicos para la elaboración de las llamadas "drogas de laboratorio".
"México es el proveedor en jefe de metanfetaminas y mariguana para el mercado de Estados Unidos, y produce la mayoría de la heroína que se consuma en los estados al oeste del río Mississippi", acusó Blair.
También advirtió que "los cárteles han demostrado sus intenciones y capacidad de atacar a funcionarios mexicanos, a su liderazgo y a los militares.
En su testimonio ante el Congreso, Blair hizo un recuento de las agresiones de sicarios a funcionarios y población civil:
Destacó el asesinato del coordinador de Seguridad Regional de la Policía Federal, Edgar Eusebio Millán Gómez, "en mayo del año pasado; el ataque con granadas de mano en el zócalo de la ciudad de Morelia (Michoacán), en septiembre de 2008, y la ejecución del general brigadier Enrique Tello Quiñónez (en Cancún)".
Estos hechos, alertó, "son un indicador de que elementos de los cárteles están de forma creciente demostrando su deseo de asesinar a funcionarios mexicanos del más alto nivel, actuar en represalia contre el Ejército, y a tolerar más daño colateral entre civiles que no están directamente involucrados en el negocio de las drogas".
El funcionario estadunidense reconoció que el gobierno de Calderón está demostrando determinación para abordar el problema de los narcóticos y la corrupción relacionada con el narco, pero que esta estrategia de alguna forma aún no ha menguado la capacidad de operación de los grupos del crimen organizado.
Con esa postura Blair se suma a la larga lista de funcionarios estadunidenses que con más frecuencia, y pese a los esfuerzos del gobierno de Calderón por evitarlo, consideran que México se encuadra en la percepción de un "Estado fallido".
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