Peña Nieto y Televisa, sin sanción, demuestran su poder real

Pedro Echeverría V.

1. Los funcionarios de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y del Instituto Federal Electoral (IFE) valen un carajo, son una basura inservible, frente al gran poder del político heredero del Estado de México, Enrique Peña Nieto, y la empresa Televisa, la más poderosa de América Latina, que actúa a su antojo. Este es el “México moderno de la democracia y la justicia social” en el que un puñado de multimillonarios obliga a arrastrarse como reptiles a los políticos de todos los partidos y, al mismo tiempo supeditan a los gobiernos a políticas de explotación, de miseria y opresión contra el pueblo. Este es el México construido por el PRI y el PAN con la complacencia del PRD.

2. Esas instituciones (la SCJN y el IFE) reciben los ingresos y prestaciones más altos del país: alrededor de 500 mil pesos por cabeza, mientras la mayoría de los trabajadores recibe mil 500 pesos en ese período. Pero mientras estos producen con su trabajo la riqueza de la nación esos jueces y funcionarios de la SCJN y del IFE saquean el presupuesto público legislando y legitimando el poder de los grandes empresarios y políticos. Por eso han deslindado al gobernador del Estado de México de la represión que ordenó contra campesinos de Atenco y a la televisora Televisa de todo su monopolio y las burlas que ejerce. Ellos no se avergüenzan, ¿y el pueblo tampoco?

3. El pueblo mexicano, carente de organizaciones políticas de masas y de liderazgos realmente independientes, no tiene información ni la orientación necesaria para comprender lo que sucede en el México del desempleo, del hambre y la desesperación. Ese pueblo ha vivido 71 años bajo el control corporativo del PRI y lleva casi 7 años dominado por el PAN y el PRI juntos. “Parece estar “vacunado” contra la política porque siempre le han evitado participar bloqueándole la información. Mucho más en estos años en que la clase política busca acuerdos en la cúpula del poder y se reparte el botín sin que el pueblo se entere. ¿No sabe acaso mejor el pastel dividido entre pocos?

4. Arreglarse arriba -entre gobierno, empresarios y clase política- para evitar que el pueblo se entere y proteste, ha sido la estrategia histórica de las clases dominantes desde que en 1917 concluyó la revolución armada y se proclamó la Constitución. A eso se llamó efectivo control corporativo desde la cúspide del poder. ¿Para qué informar de la realidad a las “masas ignorantes” si todo se puede arreglar en los altos niveles del poder para no causar “inquietud ni zozobra que podrían ser peligrosos para la paz del país”? Así se le dio “carpetazo” en la funesta Suprema Corte de Justicia a la corrupción, las violaciones y asesinatos de los gobernadores de Oaxaca, Puebla y Estado de México.

5. El mismo comportamiento tuvo el poder legislativo y el Instituto Federal Electoral (IFE) en relación a las poderosas empresas televisivas de carácter transnacional, Televisa y TV Azteca, con respecto al gigantesco monopolio que mantienen y el terco incumplimiento de leyes y reglamentos escritos. Esas dos instituciones -la Cámara y el IFE- tuvieron en sus manos todo el poder para restar fuerza a esos monopolios y por miedo y oportunismo (aunque es probable que hayan recibido muchos miles de millones de pesos) no se atrevieron a hacer nada e incluso le han perdonado sus violaciones flagrantes. ¿Puede alguna persona, sin ser un necio, seguir confiando en esos órganos?

6. ¿Qué representa Enrique Peña Nieto, quien de la gubernatura del Estado de México pretende brincar a la Presidencia de la República con todo el apoyo empresarial y de Televisa? Es nieto heredero del poderoso grupo político empresarial conocido como Grupo Atlacomulco. Este grupo, con más de 70 años de vida, es el que ha manipulado a la población de esta entidad federativa, la más rica y poderosa del país. De sus entrañas nacieron los priístas: expresidente Adolfo López Mateos, el cacique multimillonario y ex Regente del DF, Carlos Hank González, los hijos empresarios de éste, así como los exgobernadores Alfredo del Mazo, Emilio Chuayffet, Pichardo Pagaza y Arturo Montiel.

7. Peña Nieto, que hoy parece estar mejor colocado que Beltrones y Paredes en la candidatura presidencial, es ahora puntal del PRI para recuperar los espacios que ese partido perdió en 2006. Por eso, según se ha publicado, “ya le inyectó mil 400 millones de pesos a tres programas sociales y aún tiene más dinero del presupuesto, pues aplicará otros mil 600 millones para repartir en medios informativos y despensas, pues desde el año pasado se abasteció de recursos públicos. Por ser Peña Nieto un factor esencial para el ascenso priísta en las próximas elecciones, la SCJN le limpió su nombre negando su participación en la brutal represión contra los campesinos atenquenses.

8. Por su parte los dueños del consorcio Televisa, la familia Azcárraga, desde los años sesenta del siglo pasado, por lo menos, estuvieron ligados con el poderoso industrial y político Hank González que, por cierto, con el impulso de esa televisora y de los empresarios, fue varias veces aspirante presidencial imposibilitado entonces por sus origen alemán. La fuerza de esos altos políticos mexiquenses ha radicado en el gran desarrollo industrial y financiero del Estado de México y en las estrechas alianzas construidas en el país con otros grupos empresariales y políticos poderosos. Así se explica que el poder de Peña Nieto crezca diariamente al amparo de los encuestólogos y Televisa.

9. En cuanto a esa empresa de manipulación televisiva (Televisa), después de arrodillar a los legisladores que por terror no se atrevieron a tocarle un pelo, ahora se burló del IFE al demostrar que ese organismo sólo es un instrumento de la secretaría de Gobernación dispuesto a obedecer sus órdenes. Con “un acuerdo de voluntades” en las que Televisa y TV Azteca hicieron compromisos de no transmitir “promocionales en bloque”, el IFE les perdonó sus multas. Esa actuación el IFE demostró que no es ninguna autoridad, mucho menos es neutral o imparcial; enseñó una vez más que sólo es una institución palera del gobierno y de los partidos políticos que intervienen en él.

10. Las instituciones como la SCJN, el IFE y todas las demás sólo son una carga. Espero que los que dicen que hay que “mandar al diablo a las instituciones” lo hagan con convicción y lleven a la práctica sus planteamientos. Pensar que aquellas son buenas cuando me sirven y son malas cuando están con los enemigos, es el más puro maniqueísmo. Las instituciones capitalistas están hechas para defender y beneficiar al capital; los trabajadores, al profundizar la lucha de clases y construir sus órganos de poder autogestivos tienen la obligación de destruirlas. Hoy lo que tenemos que hacer no es reconstruirlas o aceitarlas para que sean eficientes, sino desgartarlas para que se derrumben.

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