Mendivil en la herencia de Zarco

Teodoro Rentería Arróyave

El periodismo mexicano ha estado demasiado y durante mucho tiempo atento a los asuntos del poder y debe, ya, escuchar más a la gente, afirmó con la valentía que le caracteriza el estimado y respetado colega, Leopoldo Mendìvil Echavarría al recibir la “Presea Francisco Zarco” y el diploma a la virtud y al mérito que otorga el Congreso del Estado de Durango, su tierra de origen.

En nuestro medio, por cierto, la autocrítica normalmente no es bien aceptada seguramente porque los francotiradores son demasiados, sin embargo, cuando se hace con la mira de la transcendencia como está implícito en el mensaje de Mendivil, tenemos que recibirla con la responsabilidad que se supone debe de ser directriz inquebrantable del comunicador.

Ciudadanizar, de acuerdo, nuestra tarea es un imperativo ya inaplazable. Debemos ser la voz de nuestra gente pero más, mucho más: debemos dejar que sus voces fluyan a través de los medios de comunicación para que, precisamente, el poder las escuche o las lea y se percate de los lejos que suele estar de la realidad, demandó al gremio, el periodista galardonado.

Recibir la “Presea Francisco Zarco”, que juntamente con Ricardo Flores Magón y Belisario Domínguez son los íconos por antonomasia del periodismo mexicano y cuyas enseñanzas trascienden fronteras, es recibir con toda la fuerza del pensamiento inconmensurable del prócer su herencia misma, que anima y revive seguir en la brega de esta profesión, efectivamente peligrosa en los tiempos actuales, pero apasionada como ninguna otra.

Si bien es cierto el axioma de Francisco Zarco en el sentido de que “es grandiosa la misión de la prensa, porque pone las cuestiones políticas y administrativas al alcance del pueblo, porque aconseja las medidas más convenientes y corrige los abusos y las faltas de autoridad”, no es menos cierta la demanda de Leopoldo Mendivil del libre acceso de la gente a los medios.

De ahí se desprende otra tarea del reconocido columnista, a la que dedicó varios párrafos de su bien estructurado discurso: En su calidad de presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, firmó un convenio con la Secretaría de Educación Pública que encabeza Josefina Vázquez Mota para promover en todas las universidades y demás instituciones públicas de educación superior el libre acceso del periodista para posibilitar incrementar su capacitación y su cultura general para mejor servir a la sociedad.

De siempre los maestros del periodismo han insistido que el periodista debe estar constantemente en la enseñanza y la actualización, porque de otra manera no es comprensible su labor como fedatario de los acontecimientos y mucho para saber conducir, como lo decía Zarco, el futuro de los pueblos y las naciones.

Leopoldo Mendivil, abre el abanico del compañerismo para que todas las organizaciones, como son la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX y la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP, de las cuales es miembro muy distinguida la propia Academia, para que se sumen al esfuerzo. Desde ahora es de entenderse que en esa dinámica somos corresponsables.

La ceremonia en el Salón de Plenos del H. Congreso local que erncabezaron el presidente de la Gran Comisión, diputado Jorge Herrera Delgado; el gobernador del Estado, Ismael Alfredo Hernández Deras, y el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Apolonio Betancourt Ruiz, fue emotiva. En la sala, Upa, su esposa, sus dos hijas y su hijo también escritor, seguían con no ocultado orgullo el acto sobre en su momento culminante, cuando el jefe del Ejecutivo colocó en el pecho de Mendivil la “Presea Francisco Zarco” y le entregó el pergamino que da fe de la trayectoria profesional del colega.

Habría que escribir, algún día, sobre las ausencias y demás sufrimientos que los periodistas infringimos a nuestras familias. El periodismo es pasión y entrega total. ¡Ni modo! Así es y así será. ¡Felicidades estimado Polo!.

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