Eduardo Ibarra Aguirre
No todo son críticas de los cada vez más abundantes catastrofistas para el gobierno del empleo, de leyes y el estado de derecho, como suelen llamarlo, aunque en rigor debería enunciarse como estado de la justicia, dicen especialistas.
Para fortuna de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa , el círculo rojo que se focalizaba en no pocos pero más influyentes trabajadores del periodismo impreso y radiofónico y que empieza a extenderse a personajes decisivos del empresariado, no incluye a los 39 amos y señores que apostaron por él, hace 32 meses.
En el círculo familiar, por ejemplo, El primer cuñado del país, quien se desempeña como responsable de Proyectos Especiales del Comité Ejecutivo Nacional del partido blanquiazul, no sólo defiende al marido de Margarita Esther Zavala Gómez del Campo sino la pertinencia y legalidad de la campaña para demostrar que Andrés Manuel López Obrador era “un peligro para México”.
“Guerra sucia” para los partidarios de AMLO y “campaña de contraste” para los autores estadunidense y español, y ahora para Juan Ignacio Zavala Gómez del Campo porque “el PAN no se equivocó al usar esa frase” y las acciones y el tiempo demostraron que el tabasqueño de Macuspana “en la Presidencia hubiera sido un peligro”.
Naturalmente que como sacarse “el gordo de la lotería” o “la rifa del tigre” –en dependencia desde cual perspectiva se le observe y aproveche--, quedó en familia, Juan Ignacio subestima la inteligencia del común de los ciudadanos y receta a la reportera Andrea Becerril :
“Mientras nosotros trabajamos y tuvimos una campaña exitosa, ellos creían que iban a un día de campo y nos despreciaron. Por eso perdieron”, explicó el “más brillante comunicador que tenemos”, de acuerdo a varios panistas que lamentan: “¡Lástima que la legislación no le permita despachar en Los Pinos, en lugar de Maximiliano Cortázar Lara ”. Seguramente el reconocimiento tan explícito como cínico de Vicente Fox Quesada , como desbordado actor electoral a favor de Calderón Hinojosa y el apoyo de los 39 dueños de México, es “política ficción”, como diría el señor que “se robó la partida secreta”, según Luis Téllez Kuenzler .
En otro ámbito menos familiar, pero más afectivo por los arrebatos de lambisconería de Joaquín Gamboa Pascoe , el abogado de Morelia recibió adjetivaciones de su colega por la actitud “viril y valiente”, la “calidad de hombre y de presidente”, por las clases que da como “presidente, joven, entero y capaz”.
El nuevo presidente del Congreso del Trabajo que, en pleno fin de la primera década del siglo XXI, fue elegido por unanimidad, no se contuvo y como jilguero de los peores tiempos de la subcultura del señorpresidentismo – es de registrarse que en 1961 ya era diputado federal por el Revolucionario Institucional--, prometió el apoyo de los sindicalizados que dice representar aunque se queden con “la tripa a medio comer”.
Cazador de fines de semana en África en los años 70, la tripa de este icono de los usos y costumbres del PRI más anquilosado, del rostro más impresentable del sindicalismo corporativo y clientelar, recibe y todo indica que seguirá recibiendo, junto a sus colegas del charrismo que encabeza, formidables estímulos, prebendas y el reciclaje gubernamental de un aparato que es la negación no sólo de los fundamentos ideológicos de Acción Nacional sino de los principios democráticos que dice representar el primer empleado del país.
Igual que en el sexenio de la autodenominada pareja presidencial, los aliados sindicales por jurásicos que sean, por costosos que resulten para el erario, la democracia y la educación pública, como Elba Esther Gordillo Morales , son piezas angulares para la frágil gobernabilidad, así nieguen una transición a la democracia cada vez más puesta en entredicho por aliados tan fieles como arcaicos.
No todo son críticas de los cada vez más abundantes catastrofistas para el gobierno del empleo, de leyes y el estado de derecho, como suelen llamarlo, aunque en rigor debería enunciarse como estado de la justicia, dicen especialistas.
Para fortuna de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa , el círculo rojo que se focalizaba en no pocos pero más influyentes trabajadores del periodismo impreso y radiofónico y que empieza a extenderse a personajes decisivos del empresariado, no incluye a los 39 amos y señores que apostaron por él, hace 32 meses.
En el círculo familiar, por ejemplo, El primer cuñado del país, quien se desempeña como responsable de Proyectos Especiales del Comité Ejecutivo Nacional del partido blanquiazul, no sólo defiende al marido de Margarita Esther Zavala Gómez del Campo sino la pertinencia y legalidad de la campaña para demostrar que Andrés Manuel López Obrador era “un peligro para México”.
“Guerra sucia” para los partidarios de AMLO y “campaña de contraste” para los autores estadunidense y español, y ahora para Juan Ignacio Zavala Gómez del Campo porque “el PAN no se equivocó al usar esa frase” y las acciones y el tiempo demostraron que el tabasqueño de Macuspana “en la Presidencia hubiera sido un peligro”.
Naturalmente que como sacarse “el gordo de la lotería” o “la rifa del tigre” –en dependencia desde cual perspectiva se le observe y aproveche--, quedó en familia, Juan Ignacio subestima la inteligencia del común de los ciudadanos y receta a la reportera Andrea Becerril :
“Mientras nosotros trabajamos y tuvimos una campaña exitosa, ellos creían que iban a un día de campo y nos despreciaron. Por eso perdieron”, explicó el “más brillante comunicador que tenemos”, de acuerdo a varios panistas que lamentan: “¡Lástima que la legislación no le permita despachar en Los Pinos, en lugar de Maximiliano Cortázar Lara ”. Seguramente el reconocimiento tan explícito como cínico de Vicente Fox Quesada , como desbordado actor electoral a favor de Calderón Hinojosa y el apoyo de los 39 dueños de México, es “política ficción”, como diría el señor que “se robó la partida secreta”, según Luis Téllez Kuenzler .
En otro ámbito menos familiar, pero más afectivo por los arrebatos de lambisconería de Joaquín Gamboa Pascoe , el abogado de Morelia recibió adjetivaciones de su colega por la actitud “viril y valiente”, la “calidad de hombre y de presidente”, por las clases que da como “presidente, joven, entero y capaz”.
El nuevo presidente del Congreso del Trabajo que, en pleno fin de la primera década del siglo XXI, fue elegido por unanimidad, no se contuvo y como jilguero de los peores tiempos de la subcultura del señorpresidentismo – es de registrarse que en 1961 ya era diputado federal por el Revolucionario Institucional--, prometió el apoyo de los sindicalizados que dice representar aunque se queden con “la tripa a medio comer”.
Cazador de fines de semana en África en los años 70, la tripa de este icono de los usos y costumbres del PRI más anquilosado, del rostro más impresentable del sindicalismo corporativo y clientelar, recibe y todo indica que seguirá recibiendo, junto a sus colegas del charrismo que encabeza, formidables estímulos, prebendas y el reciclaje gubernamental de un aparato que es la negación no sólo de los fundamentos ideológicos de Acción Nacional sino de los principios democráticos que dice representar el primer empleado del país.
Igual que en el sexenio de la autodenominada pareja presidencial, los aliados sindicales por jurásicos que sean, por costosos que resulten para el erario, la democracia y la educación pública, como Elba Esther Gordillo Morales , son piezas angulares para la frágil gobernabilidad, así nieguen una transición a la democracia cada vez más puesta en entredicho por aliados tan fieles como arcaicos.
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