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Cuba se convertirá hoy en el país número 54 en pasar el Examen Periódico Universal (EPU) del Consejo de Derechos Humanos (CDH) en Ginebra, un ejercicio que de momento cambió la tendencia anterior sobre el tema.
A diferencia de la desaparecida Comisión, que dio lugar al Consejo en 2006 tras un largo período de prácticas selectivas y dobles raseros contra el llamado Tercer Mundo, el EPU aspira a revisar por igual a todos los integrantes de Naciones Unidas.
La ministra cubana de Justicia, María Esther Reus, será la encargada de exponer una síntesis del documento, para después escuchar los comentarios de los delegados que participan en los debates.
Durante la IV Sesión del EPU ha sido evidente que el CDH sigue la tendencia de analizar las situaciones particulares de cada país y ofrecer sugerencias y recomendaciones.
Empero, es tal vez uno de los mejores escenarios para apreciar que el diferendo Norte-Sur está lejos todavía de hallar un punto de entendimiento dentro del respeto mutuo. Lo novedoso es que ahora, también el bloque occidental debe acudir al examen.
La mayor visibilidad se aprecia en las breves intervenciones de los delegados que se inscriben para dar sus opiniones respecto a los informes presentados. Unos con la idea sincera de contribuir con sus opiniones y otros buscando impacto negativo mediático.
Cuba llega dispuesta a mostrar con toda transparencia su realidad luego de 50 años de Revolución, a presentar logros y avances en derechos humanos y justicia social, como reiteraron en estos días sus diplomáticos.
Al igual que México, convocado al EPU para el 10 de febrero, la isla caribeña volverá al Palais de Nations por segunda vez el próximo lunes para la adopción de su reporte.
El mecanismo no termina ahí. Más adelante, en junio, el plenario del CDH dará el visto bueno final a los textos de Cuba, México, y el resto de los países analizados ahora.
Cuba se convertirá hoy en el país número 54 en pasar el Examen Periódico Universal (EPU) del Consejo de Derechos Humanos (CDH) en Ginebra, un ejercicio que de momento cambió la tendencia anterior sobre el tema.
A diferencia de la desaparecida Comisión, que dio lugar al Consejo en 2006 tras un largo período de prácticas selectivas y dobles raseros contra el llamado Tercer Mundo, el EPU aspira a revisar por igual a todos los integrantes de Naciones Unidas.
La ministra cubana de Justicia, María Esther Reus, será la encargada de exponer una síntesis del documento, para después escuchar los comentarios de los delegados que participan en los debates.
Durante la IV Sesión del EPU ha sido evidente que el CDH sigue la tendencia de analizar las situaciones particulares de cada país y ofrecer sugerencias y recomendaciones.
Empero, es tal vez uno de los mejores escenarios para apreciar que el diferendo Norte-Sur está lejos todavía de hallar un punto de entendimiento dentro del respeto mutuo. Lo novedoso es que ahora, también el bloque occidental debe acudir al examen.
La mayor visibilidad se aprecia en las breves intervenciones de los delegados que se inscriben para dar sus opiniones respecto a los informes presentados. Unos con la idea sincera de contribuir con sus opiniones y otros buscando impacto negativo mediático.
Cuba llega dispuesta a mostrar con toda transparencia su realidad luego de 50 años de Revolución, a presentar logros y avances en derechos humanos y justicia social, como reiteraron en estos días sus diplomáticos.
Al igual que México, convocado al EPU para el 10 de febrero, la isla caribeña volverá al Palais de Nations por segunda vez el próximo lunes para la adopción de su reporte.
El mecanismo no termina ahí. Más adelante, en junio, el plenario del CDH dará el visto bueno final a los textos de Cuba, México, y el resto de los países analizados ahora.
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