Héctor Enciso Carrillo
Resulta ya alarmante que la Iniciativa Privada (IP), el empresariado mexicano, con Carlos Slim a la cabeza, contradiciendo abiertamente al presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, declare que el panorama económico y social del país “se ve negro”; que el quiebre de empresas será mucho mayor que el que hasta hace poco se vaticinaba y, por tanto, que los índices de desempleo y de miseria en el seno de la población mexicana crecerán en porcentajes mucho más altos, que los que han pronosticado los voceros del poder federal y el mismo titular del Ejecutivo federal.
Estas declaraciones de los connotados hombres de la IP, han sorprendido a muchos “analistas” políticos; éstos quieren ver en esa confrontación declarativa entre los hombres más poderosos del país y el presidente un pleito que entabla la IP “por el bien del país”; otros “analistas” “imparciales” creen ver en esta embestida de la IP a algo “injusto” para el gobierno de Calderón, pues éste es “víctima” de un empresariado que no reconoce que el gobierno está “haciendo bien las cosas” para enfrentar la grave crisis económica que azota al país.
Decía el gran revolucionario ruso Vladimir I. Ulianov, más conocido como Lenin, que los hombres debemos aprender a descubrir qué intereses se esconden detrás de las frases, detrás de las declaraciones, pues hay en ellas, en muchas ocasiones, un fondo –el cual no aparece más que en su forma exterior, forma aparente y engañosa-, pues, en él se esconden los verdaderos intereses de clase, las verdaderos intenciones de los distintos sectores sociales. En ese sentido, ni el gobierno ni la IP tienen razón en sus posiciones, pues, por el lado del gobierno que encabeza Felipe Calderón, éste le miente al pueblo de México cuando insiste en presentar una versión “tranquilizadora” sobre la situación del país. La crisis “es manejable”, “las medidas que toma el gobierno permitirán sortear la tormenta con éxito”, etc.; le miente porque el panorama sí es muy difícil, la situación tiende a agravarse, el desempleo sigue creciendo, la pobreza aumenta cuantitativa y cualitativamente (es cada vez una pobreza más terrible y dañina), la delincuencia no puede ser eliminada, al contrario, el crimen organizado cada vez reta con más cinismo al Estado, lo cual revela que el fracaso del gobierno en ese rubro. México pierde competitividad a nivel internacional, se hunden las exportaciones, se contrae el mercado interno, el ahorro interno va en picada, la educación de los mexicanos está en los últimos lugares de las economías más grandes del planeta, la salud de millones de mexicanos empeora cada día sin que se reviertan estas tendencias.
Por otro lado, IP, lejos de reconocer que ha sido uno de los principales factores en el fracaso del modelo económico, pues, la clase empresarial mexicana ávida de acumulación exorbitante de riquezas, a costa del empobrecimiento de la mayoría de mexicanos, ha logrado con su insaciable apetito la contracción del mercado interno por la falta de poder adquisitivo de los trabajadores; ha logrado que exista falta de ahorro interno, y, por tanto, que no haya fomento la inversión interna, no crezca el empleo, que no crezca el poder adquisitivo de los mexicanos, (lo cual elevaría la demanda de mercancías en el mercado y así se evitaría en gran medida el crecimiento de la pobreza, del desempleo y lo que se deriva de ellos: delincuencia, crimen organizado, narcotráfico, crecimiento de la drogadicción, etc.) Con los salarios de hambre que da la clase capitalista a los trabajadores, han estado “matando la gallina de los huevos de oro”, pues la clase trabajadora del país es cada vez más desnutrida, cada vez menos productiva. A millones de jóvenes se les ha fomentado por todos los medios y mecanismos posibles a que aspiren a “estilos” de vida basados en la opulencia, en el derroche, los lujos, etc., tratando de que imiten a la clase de los poderosos, pero esta imitación sólo pueden lograrla, dado el monopolio del poder económico, en el esquema del crimen organizado. Dice el dicho que “cuando las comadres se pelean, salen los trapitos al sol”. Eso pasa con el “pleito” entre gobierno y empresarios.
A los pobres del país no nos queda otra salida que luchar porque se reparta la riqueza social, luchar porque los pobres tengan vivienda digna, servicios, como agua potable, alcantarillado, electricidad, escuelas, proyectos productivos, carreteras hospitales, etc.
Resulta ya alarmante que la Iniciativa Privada (IP), el empresariado mexicano, con Carlos Slim a la cabeza, contradiciendo abiertamente al presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, declare que el panorama económico y social del país “se ve negro”; que el quiebre de empresas será mucho mayor que el que hasta hace poco se vaticinaba y, por tanto, que los índices de desempleo y de miseria en el seno de la población mexicana crecerán en porcentajes mucho más altos, que los que han pronosticado los voceros del poder federal y el mismo titular del Ejecutivo federal.
Estas declaraciones de los connotados hombres de la IP, han sorprendido a muchos “analistas” políticos; éstos quieren ver en esa confrontación declarativa entre los hombres más poderosos del país y el presidente un pleito que entabla la IP “por el bien del país”; otros “analistas” “imparciales” creen ver en esta embestida de la IP a algo “injusto” para el gobierno de Calderón, pues éste es “víctima” de un empresariado que no reconoce que el gobierno está “haciendo bien las cosas” para enfrentar la grave crisis económica que azota al país.
Decía el gran revolucionario ruso Vladimir I. Ulianov, más conocido como Lenin, que los hombres debemos aprender a descubrir qué intereses se esconden detrás de las frases, detrás de las declaraciones, pues hay en ellas, en muchas ocasiones, un fondo –el cual no aparece más que en su forma exterior, forma aparente y engañosa-, pues, en él se esconden los verdaderos intereses de clase, las verdaderos intenciones de los distintos sectores sociales. En ese sentido, ni el gobierno ni la IP tienen razón en sus posiciones, pues, por el lado del gobierno que encabeza Felipe Calderón, éste le miente al pueblo de México cuando insiste en presentar una versión “tranquilizadora” sobre la situación del país. La crisis “es manejable”, “las medidas que toma el gobierno permitirán sortear la tormenta con éxito”, etc.; le miente porque el panorama sí es muy difícil, la situación tiende a agravarse, el desempleo sigue creciendo, la pobreza aumenta cuantitativa y cualitativamente (es cada vez una pobreza más terrible y dañina), la delincuencia no puede ser eliminada, al contrario, el crimen organizado cada vez reta con más cinismo al Estado, lo cual revela que el fracaso del gobierno en ese rubro. México pierde competitividad a nivel internacional, se hunden las exportaciones, se contrae el mercado interno, el ahorro interno va en picada, la educación de los mexicanos está en los últimos lugares de las economías más grandes del planeta, la salud de millones de mexicanos empeora cada día sin que se reviertan estas tendencias.
Por otro lado, IP, lejos de reconocer que ha sido uno de los principales factores en el fracaso del modelo económico, pues, la clase empresarial mexicana ávida de acumulación exorbitante de riquezas, a costa del empobrecimiento de la mayoría de mexicanos, ha logrado con su insaciable apetito la contracción del mercado interno por la falta de poder adquisitivo de los trabajadores; ha logrado que exista falta de ahorro interno, y, por tanto, que no haya fomento la inversión interna, no crezca el empleo, que no crezca el poder adquisitivo de los mexicanos, (lo cual elevaría la demanda de mercancías en el mercado y así se evitaría en gran medida el crecimiento de la pobreza, del desempleo y lo que se deriva de ellos: delincuencia, crimen organizado, narcotráfico, crecimiento de la drogadicción, etc.) Con los salarios de hambre que da la clase capitalista a los trabajadores, han estado “matando la gallina de los huevos de oro”, pues la clase trabajadora del país es cada vez más desnutrida, cada vez menos productiva. A millones de jóvenes se les ha fomentado por todos los medios y mecanismos posibles a que aspiren a “estilos” de vida basados en la opulencia, en el derroche, los lujos, etc., tratando de que imiten a la clase de los poderosos, pero esta imitación sólo pueden lograrla, dado el monopolio del poder económico, en el esquema del crimen organizado. Dice el dicho que “cuando las comadres se pelean, salen los trapitos al sol”. Eso pasa con el “pleito” entre gobierno y empresarios.
A los pobres del país no nos queda otra salida que luchar porque se reparta la riqueza social, luchar porque los pobres tengan vivienda digna, servicios, como agua potable, alcantarillado, electricidad, escuelas, proyectos productivos, carreteras hospitales, etc.
Comentarios