El gobierno de Felipe Calderón afronta duro trance

Salomón Cuenca Sánchez - Miguel Gallardo Rodríguez (Cortesía de XINHUA)

El presidente de México, Felipe Calderón, atraviesa uno de los momentos más difíciles de su gobierno debido al narcotráfico que lo acecha y una economía que se deteriora a causa de la desaceleración global.

Aunque la mayoría de los sectores aplauden al mandatario por encarar con firmeza los desafíos que más apremian al país --a decir el hampa y la recesión--, los acontecimientos más recientes no alientan el optimismo.

La escalada de violencia vinculada al narcotráfico y que es ajena a las atribulaciones económicas en la nación ha dejado en lo que va del año al menos 1.000 muertos, incluidos militares y policías. El año pasado, las muertes totalizaron 6.000.

En el ámbito económico, el producto interno bruto se achica por la recesión; el peso se deprecia frente al dólar; hay volatilidad bursátil, y aumentan los despidos y las carestías que afectan a las familias en el país..

El jefe de estado está conciente que las dificultades económicas y de seguridad que atribulan a los mexicanos pasarán la factura a su Partido Acción Nacional (PAN, de derecha) en los comicios de medio término del 5 de julio.

Diversos políticos de todas las corrientes aseguran que México siempre ha superado otras crisis, pero coinciden en que la actual tiene circunstancias peligrosas como la recesión y un narcotráfico desafiante que amenaza la seguridad nacional.

El momento histórico de México no sólo es de la mayor preocupación e interés para el mandatario en lo particular sino para cada habitante del país en lo general, a decir de los expertos.

Calderón dijo este 24 de febrero que "la república y el gobierno han tomado la determinación de poner punto final" a la violencia "y fortalecer la autoridad del estado" en particular en las zonas más asoladas por los asesinatos y ataques a autoridades.

En una velada crítica a sus predecesores, el jefe de estado reiteró que el narcotráfico y el crimen organizado en general crecieron en México al amparo de años de impunidad y complicidad de autoridades.

El mandatario dispuso una depuración de las fuerzas del orden debido a que la implicación de policías y autoridades civiles con el hampa resta eficacia a las acciones contra el narcotráfico en el país.

La magnitud de los desafíos que afronta Calderón empequeñecen el conflicto que jamás pudo zanjar con un sector de la izquierda dura que lo desconoce como mandatario tras su controversial victoria en los comicios presidenciales de 2006.

El prestigioso analista político Raimundo Riva Palacio dijo que el gobierno exhibe nerviosismo por la cercanía de las elecciones legislativas y las dificultades económicas y de seguridad en el país.

Optimistas y "catastrofistas"

México se haya dividido en "optimistas" y "catastrofistas" tras una colisión entre los pronósticos opuestos sobre el devenir nacional que ha hecho el gobierno, por un lado, y empresarios y expertos, por el otro.

El término "catastrofistas" (agoreros del desastre) lo inventó la prensa para realzar las insólitas críticas del mandatario al segundo hombre más rico del mundo, el mexicano Carlos Slim, quién había hecho un sombrío panorama económico global y local.

Felipe Calderón aseguró que la economía nacional se reactivará antes de fin de año y censuró que expertos y algunos grandes empresarios crean más en la crisis que en la recuperación.

Analistas independientes consideraron muy optimista el pronóstico del mandatario y afirmaron que la recesión del país se prolongará al menos hasta mediados de 2010.

El jefe de estado, del Partido Acción Nacional (PAN, conservador), es neoliberalista y conservador. Dio inicio el 1 de diciembre a su tercer año en la presidencia y le restan otros tres en el cargo que se ven muy largos y sinuosos.

Los augurios y las estadísticas actuales no favorecen la promesa de Calderón cuando era candidato de que sería "el presidente del empleo" en México, la segunda mayor economía de América Latina después de Brasil.

El sector industrial de México cerró 2008 con una contracción de 1,3 por ciento respecto de 2007 y en diciembre registró la peor caída del año de 6,7 por ciento en comparación con igual mes del año anterior.

Fuga de capitales, la no aplicación inmediata de medidas internas contra la crisis y la falta de reactivación en Estados Unidos han comenzado a escarbar la recesión en México, cuya economía se achicará este año entre 0,8 y 1,8 por ciento.

En enero, hubo al menos 150.000 despidos y el desempleo alcanzó su nivel más alto de 5 por ciento; el peso se ha depreciado al menos 32 por ciento frente al dólar desde finales de agosto de 2008 y la inflación avanzó 0,17 por ciento en febrero.

Una interrogante es los efectos adicionales que tendrán en la economía de México las intenciones del mandatario de Estados Unidos, Barack Obama, de cambiar algunas reglas del tratado de libre comercio entre ambas naciones.

Además de lo que haga por él mismo para su reactivación, México es altamente dependiente de la recuperación en Estados Unidos, su mayor socio comercial y con el que sostiene el 85 por ciento de su intercambio exterior.

Ofensiva gobierno-narcos

Desde el inicio de su gobierno en diciembre de 2006, Calderón movilizó 40.000 soldados a la lucha antinarcóticos en el país, pero el narcotráfico también paso a la ofensiva con ataques selectivos cada vez más frecuentes contra las autoridades.

El 2 de febrero, un general y dos militares (asesores locales de seguridad) fueron asesinados a tiros en el estado de Quintana Roo, en el sureste de México.

El 22 de este mes, un grupo armado atacó a tiros una caravana de vehículos en la que viajaba el gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza, quien resulto ileso. En el intercambio de disparos pereció un guardia y un agresor fue herido y capturado.

En el estado de Guerrero, sur de México, el 21 de febrero un grupo de individuos atacó con granadas una estación policial con resultado de seis heridos en la localidad turística de Zihuatanejo.

Para diversos analistas, la promesa del gobierno de derrotar al narcotráfico en el país es una ilusión, pues esa actividad ilícita es inderrotable, sólo es combatible, minuto a minuto y día tras día.

Los expertos censuran que Estados Unidos apoya la lucha contra el narcotráfico con recursos en México pero no combate el tráfico ilegal de armas hacia territorio mexicano para las bandas del crimen organizado.

Comentarios