El Duopolio Televisivo al Ataque

Eduardo Ibarra Aguirre

Entre transmitir 23.5 millones de anuncios del Instituto Federal Electoral y los partidos políticos en tiempos a cargo del Estado, por el simple hecho de explotar una concesión que es propiedad de la nación, y recibir como en las elecciones generales de 2006, mil 200 millones de pesos, es más que evidente que el duopolio de la televisión y el oligopolio de la radio prefieren los devaluados pero muy abundantes pesos.

Lo anterior y no otra cosa es la razón –con el signo de pesos en lugar de la Z-- de la puesta en juego, el pasado fin de semana, de la estrategia de Emilio Azcárraga Jean y Ricardo Benjamín Salinas Pliego , consistente en que la mejor defensa es el ataque.

La escandalosa defensa de los intereses plutocráticos de Televisa y Televisión Azteca.

El ataque desmesurado al IFE y los partidos políticos al saturar a los televidentes de anuncios durante la transmisión de dos juegos de futbol el 31 de enero y durante el Súper Tazón el 1 de febrero. Anuncios sobre todo del primero –simplones y demagógicos-- y de los partidos que, causalmente, no incluyen al Revolucionario Institucional.

La advertencia que aún antecede a los maratónicos anuncios, dice a los televidentes que obedece a los lineamientos del IFE y de los partidos políticos.

Típica de la nueva gestión de Leonardo Valdés Zurita , sellada por un gris desempeño y reacciones paquidérmicas --que una y otra vez le enmienda el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación--, es la respuesta del consejero presidente que no logra superar el estribillo de “conducta atípica”, inventado por él mismo, en una excesiva tolerancia que mal oculta el temor, el miedo, a defender puntualmente la vigencia de las nuevas aunque insuficientes disposiciones de la legislación electoral, obligatorias para todos, incluidos los poderes fácticos de la pantalla chica y el micrófono.

Los partidos políticos, destacadamente el PRI, no alcanzan a decir esta boca es mía. El conciliábulo organizado por Fernando Francisco Gómez Mont Urueta con los presidentes del PAN, PRD y el tricolor; los líderes parlamentarios y los presidentes de la troika partidista; los empleados que envió Azcárraga Jean y Salinas Pliego; Valdés Zurita y el secretario de Gobernación, sólo logró realizar “un ejercicio de comunicación para generar un mayor consenso o cuando menos un disenso menos crispado”, al decir del funcionario que, como su jefe Felipe de Jesús Calderón Hinojosa , son tenaces persecutores de sus adversarios y críticos como Napoleón Gómez Urrutia , pero se hincan ante los 39 dueños de México. ¡Ah!, también asistió Irma Pía González Luna Corvera , la subsecretaria que se ocupa de asfixiar a los periódicos y revistas que no se alinean con las políticas oficiales, como Forum y 15 más.

La conducta timorata, complaciente de la Secretaría de Gobernación, que es la obligada de hacer cumplir las disposiciones legales a todos los medios de comunicación, resulta inexplicable sin justipreciar el papel desempeñado por Televisa y Televisión Azteca para que Calderón Hinojosa gobierne, en buena medida, a través de ellas.

Recientemente, el gobierno de Calderón y la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión suscribieron un pacto para promocionar el Acuerdo Nacional a Favor de la Economía Familiar y el Empleo, comprometiéndose la segunda a fomentar “la participación responsable” de sus integrantes, a cambio de “certeza jurídica, modernizar e incrementar inversiones” de Los Pinos.

La reforma electoral no está sujeta a negociación, sostuvo en la encerrona auspiciada por Bucareli, en Reforma 99, el diputado Javier González Garza . Esta conducta sería plausible que la asumieran públicamente los actores políticos para impedir que el duopolio televisivo persista como el gran elector y la principal rémora de nuestra incipiente democracia.

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