Teodoro Rentería Arróyave
A confesión de parte relevo de pruebas, reza el axioma jurídico cuando está verdaderamente comprobado el delito, pero cuando además la misma confesión se adereza con el cinismo es de pensarse en el doble castigo simplemente porque existe el doble delito.
En este caso se haya sin discusión el anterior huésped de la Residencia Oficial de los Pinos, Vicente Fox Quesada, quien con un cinismo patológico acaba de confesar en forma pública que durante su malhadado sexenio no gobernó, ya que se dedicó a labores electoreras; dijo sin sonrojo alguno: “encargué la oficina para hacer campaña”.
En una reunión preparatoria de la próxima contienda electoral con los alcaldes miembros del Partido Acción Nacional que tuvo lugar en las lujosas instalaciones de un hotel de Juriquilla, Querétaro, el cónyuge de Martita Sahagún, sin el más mínimo decoro y en violación flagrante a las leyes que nos rigen, convocó abiertamente a los alcaldes panistas a que hagan activismo político durante la próxima campaña electoral, “y dejen encargadas sus oficinas, tal como yo lo hice durante los seis años de mi gobierno”.
Desde luego que tal desfachatez irrita, pero no debe de extrañarnos, cuando el mismo Instituto Federal Electoral, IFE, avala estas desastrosas y delincuenciales conductas. Como es público el organismo, por mayoría de sus consejeros, acreditó el uso de programas sociales y de seguridad pública gubernamentales como plataforma de los promocionales de las campañas electorales de partidos políticos.
No obstante que el debate fue agrio, el pleno del Consejo declaró improcedente una queja contra el Partido Acción Nacional, PAN, por hacer referencia explícita a programas federales en su propaganda política de carácter nacional
¿Qué constituye lo anterior? Simple, que el IFE permitirá que el PAN use promocionales como "Acción es: apoyar la economía de millones de mexicanos con el Seguro Popular"; "Acción es: No doblegarse ante el crimen organizado"; "Acción es apoyar a mamás trabajadoras, con guarderías y estancias infantiles”.
Las reacciones son contundentes, sin embargo como están las cosas en este nuestro país, continuará la impunidad vergonzosa y vergonzante, ¿quién se atreve en México a tocar, inclusive con el pétalo de una flor silvestre, a los expresidentes o al Gobierno en turno? Nadie tiene las agallas suficientes.
Los líderes parlamentarios del Partido Revolucionario Institucional, PRI, han exigido a Fox Quesada que aclare a quién le dejó la conducción de México para enjuiciarlo políticamente luego del desastre de país que dejó tras su sexenio, además de que resucita el conflicto postelectoral de 2006.
El senador panista, Santiago Creel Miranda se deslindó de la cínica declarativa al asegurar que como secretario de Gobernación de Fox, nunca tuvo a su cargo dicha responsabilidad “en esos términos”, ni siquiera cuando el ex mandatario se sometió a una cirugía. “No me dejó el changarro como tal, no con la afirmación de ahí te dejo la mesa… fue con mi responsabilidad de secretario de Gobernación, pero nada más y nada menos.
Por su parte el líder de la bancada priísta en la Cámara de Diputados, Emilio Gamboa, después de calificar las afirmaciones de Fox como “profundamente irresponsables”, dijo con sorna que “era la mejor de sus declaraciones”.
De acuerdo, es buena la sorna, cuando lleva adjunta la idea de castigar el delito, y doblemente cuando con cinismo se hace mofa de las fechorías cometidas.
A confesión de parte relevo de pruebas, reza el axioma jurídico cuando está verdaderamente comprobado el delito, pero cuando además la misma confesión se adereza con el cinismo es de pensarse en el doble castigo simplemente porque existe el doble delito.
En este caso se haya sin discusión el anterior huésped de la Residencia Oficial de los Pinos, Vicente Fox Quesada, quien con un cinismo patológico acaba de confesar en forma pública que durante su malhadado sexenio no gobernó, ya que se dedicó a labores electoreras; dijo sin sonrojo alguno: “encargué la oficina para hacer campaña”.
En una reunión preparatoria de la próxima contienda electoral con los alcaldes miembros del Partido Acción Nacional que tuvo lugar en las lujosas instalaciones de un hotel de Juriquilla, Querétaro, el cónyuge de Martita Sahagún, sin el más mínimo decoro y en violación flagrante a las leyes que nos rigen, convocó abiertamente a los alcaldes panistas a que hagan activismo político durante la próxima campaña electoral, “y dejen encargadas sus oficinas, tal como yo lo hice durante los seis años de mi gobierno”.
Desde luego que tal desfachatez irrita, pero no debe de extrañarnos, cuando el mismo Instituto Federal Electoral, IFE, avala estas desastrosas y delincuenciales conductas. Como es público el organismo, por mayoría de sus consejeros, acreditó el uso de programas sociales y de seguridad pública gubernamentales como plataforma de los promocionales de las campañas electorales de partidos políticos.
No obstante que el debate fue agrio, el pleno del Consejo declaró improcedente una queja contra el Partido Acción Nacional, PAN, por hacer referencia explícita a programas federales en su propaganda política de carácter nacional
¿Qué constituye lo anterior? Simple, que el IFE permitirá que el PAN use promocionales como "Acción es: apoyar la economía de millones de mexicanos con el Seguro Popular"; "Acción es: No doblegarse ante el crimen organizado"; "Acción es apoyar a mamás trabajadoras, con guarderías y estancias infantiles”.
Las reacciones son contundentes, sin embargo como están las cosas en este nuestro país, continuará la impunidad vergonzosa y vergonzante, ¿quién se atreve en México a tocar, inclusive con el pétalo de una flor silvestre, a los expresidentes o al Gobierno en turno? Nadie tiene las agallas suficientes.
Los líderes parlamentarios del Partido Revolucionario Institucional, PRI, han exigido a Fox Quesada que aclare a quién le dejó la conducción de México para enjuiciarlo políticamente luego del desastre de país que dejó tras su sexenio, además de que resucita el conflicto postelectoral de 2006.
El senador panista, Santiago Creel Miranda se deslindó de la cínica declarativa al asegurar que como secretario de Gobernación de Fox, nunca tuvo a su cargo dicha responsabilidad “en esos términos”, ni siquiera cuando el ex mandatario se sometió a una cirugía. “No me dejó el changarro como tal, no con la afirmación de ahí te dejo la mesa… fue con mi responsabilidad de secretario de Gobernación, pero nada más y nada menos.
Por su parte el líder de la bancada priísta en la Cámara de Diputados, Emilio Gamboa, después de calificar las afirmaciones de Fox como “profundamente irresponsables”, dijo con sorna que “era la mejor de sus declaraciones”.
De acuerdo, es buena la sorna, cuando lleva adjunta la idea de castigar el delito, y doblemente cuando con cinismo se hace mofa de las fechorías cometidas.
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