- Primer caso en que un militar de ese rango es asesinado por miembros del crimen organizado
- En 1997 se vio envuelto en el asesinato de seis jóvenes detenidos en la colonia Buenos Aires
Jesús Aranda, Gustavo Castillo y Alfredo Méndez / La Jornada
El general de brigada Mauro Enrique Tello Quiñones, quien asumiría el cargo de secretario de Seguridad Pública del municipio Benito Juárez (Cancún), Quintana Roo, fue torturado y luego ejecutado en esa entidad. El hecho constituye el primer caso en que un militar de ese rango –sólo está por debajo de los generales de división– es asesinado por miembros del crimen organizado.
Junto con el general también fueron torturados y asesinados el teniente de infantería Gertulio César Román Zúñiga, escolta del alcalde perredista Gregorio Sánchez Martínez, y el sobrino del edil, Juan Ramírez Sánchez.
Fuentes gubernamentales revelaron que Tello Quiñones trabajaba desde el inicio de este año como asesor en materia de seguridad pública para el ayuntamiento Benito Juárez, y preparaba dos grupos, uno de inteligencia y otro de policías, para enfrentar frontalmente a los cárteles de la droga que operan en ese destino turístico y uno de los principales puertos de entrada a cargamentos de cocaína colombiana y precursores químicos procedentes de Asia y Europa.
Tello Quiñones tenía apenas un mes en retiro de las fuerzas armadas, donde dirigió grupos de inteligencia castrense en contra del crimen y la delincuencia. También participó en tareas de seguridad pública en el Distrito Federal.
De acuerdo con fuentes gubernamentales y militares, al filo de las 22 horas del pasado lunes, Tello y sus acompañantes fueron interceptados en la zona céntrica de Cancún por dos grupos de hombres armados que viajaban a bordo de varios vehículos.
Poco antes de esa hora, el militar tuvo contacto con algunos de sus colaboradores, incluidos quienes participarían con él en tareas de seguridad, pero que actualmente trabajan en la ciudad de México.
Durante al menos cinco horas, el general, el teniente de infantería y el civil fueron torturados; sus cuerpos fueron encontrados la mañana de este martes esposados, semidesnudos y ejecutados a tiros junto a una camioneta abandonada en el kilómetro 257 de la carretera libre Cancún-Mérida, entre los poblados Cristóbal Colón y Santo Domingo, del municipio de Lázaro Cárdenas.
Según los reportes del Servicio Médico Forense el homicidio de las tres personas ocurrió al filo de las tres de la mañana del martes. En el lugar donde se encontraron los cadáveres también se localizaron cinco casquillos.
Después del hallazgo, cientos de efectivos castrenses de la 32 Zona Militar, con sede en la ciudad de Valladolid, Yucatán, instalaron retenes en la zona fronteriza de esa entidad y Quintana Roo, y sobrevolaron la región.
El subprocurador de justicia en la zona norte del estado, Raymundo Canché Aquino, informó que la procuraduría quintanarroense trabaja en coordinación con el Ejército Mexicano y la Procuraduría General de la República para recabar toda la información relacionada con el suceso
El homicidio del general Tello Quiñones provocó alerta entre altos mandos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y en círculos de organismos de inteligencia civil, pues el trabajo que realizaría el militar en el municipio Benito Juárez era del conocimiento del gobierno federal, ya que sus acciones servirían para apoyar las tareas de vigilancia y detección de indocumentados, drogas y armas de Centro y Sudamérica, por vía terrestre, mientras la Sedena y la Secretaría de Marina fortalecían sus tareas en el ámbito marítimo.
En ese contexto, fuentes federales indicaron que el asesinato del general Tello no es un hecho aislado, ya que en el último mes han sido blancos de atentados varios mandos castrenses dedicados a actividades de inteligencia contra el crimen organizado, igual que el general asesinado en Quintana Roo. Estas versiones trataron de ser confirmadas en la Sedena, pero hubo hermetismo absoluto.
En el transcurso del día, el alcalde de Benito Juárez confirmó en conferencia de prensa que el general de brigada era su asesor en materia de seguridad pública, y afirmó que mantendrá el combate a la delincuencia y que no bajará la guardia. “Seguiremos con la mano firme. No nos van a amedrentar”, puntualizó.
Por otra parte, es de destacar que en 1997, cuando Tello trabajaba en la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF), fue encarcelado y estuvo preso un año acusado por el caso de seis homicidios de jóvenes de la colonia Buenos Aires.
Hace 12 años, Tello Quiñones fungía como titular de agrupamientos de la SSPDF, y estuvo al mando del grupo que detuvo a ocho personas y asesinó a seis después de la detención, para posteriormente tirar los cuerpos en unas minas de Tláhuac y en parajes del Ajusco. Fue arrestado en ese momento y pasó un año en prisión, aunque en octubre de 1998 fue exonerado de los cargos.
Fox lo ascendió
Reanudó su carrera militar y fue ascendido por Vicente Fox a general de brigada; estuvo al frente de la zona militar de Michoacán en el año 2007.
Al respecto, la Sedena confirmó en un escueto comunicado la muerte del general de brigada Tello Quiñones, y precisó que el día primero de enero de este año había causado baja de la milicia y “se encontraba realizando funciones de asesor” para el alcalde del municipio quintanarroense.
La dependencia se deslindó también de la indagatoria de lo sucedido, al señalar que “las autoridades correspondientes se encuentran realizando las investigaciones del caso”.
Cabe señalar que apenas en noviembre de 2006 Tello fue ascendido a general de brigada y, según la normatividad castrense, al pasar a retiro lo hace con el grado inmediato superior, es decir, con el de general de división. Sin embargo, la Sedena se refirió al oficial como general de brigada diplomado de Estado Mayor.
Por otra parte, el número de militares muertos se ha incrementado sustancialmente en el gobierno de Calderón.
Según cifras oficiales, del año 2000 a diciembre de 2006, en el gobierno de Vicente Fox, murieron 202 militares en el combate al tráfico de drogas; en cambio, en tan sólo dos años de gobierno calderonista las bajas castrenses reconocidas oficialmente ya suman 80.
(Mauricio Conde, Javier Chávez y Luis A. Boffil, corresponsales)
- En 1997 se vio envuelto en el asesinato de seis jóvenes detenidos en la colonia Buenos Aires
Jesús Aranda, Gustavo Castillo y Alfredo Méndez / La Jornada
El general de brigada Mauro Enrique Tello Quiñones, quien asumiría el cargo de secretario de Seguridad Pública del municipio Benito Juárez (Cancún), Quintana Roo, fue torturado y luego ejecutado en esa entidad. El hecho constituye el primer caso en que un militar de ese rango –sólo está por debajo de los generales de división– es asesinado por miembros del crimen organizado.
Junto con el general también fueron torturados y asesinados el teniente de infantería Gertulio César Román Zúñiga, escolta del alcalde perredista Gregorio Sánchez Martínez, y el sobrino del edil, Juan Ramírez Sánchez.
Fuentes gubernamentales revelaron que Tello Quiñones trabajaba desde el inicio de este año como asesor en materia de seguridad pública para el ayuntamiento Benito Juárez, y preparaba dos grupos, uno de inteligencia y otro de policías, para enfrentar frontalmente a los cárteles de la droga que operan en ese destino turístico y uno de los principales puertos de entrada a cargamentos de cocaína colombiana y precursores químicos procedentes de Asia y Europa.
Tello Quiñones tenía apenas un mes en retiro de las fuerzas armadas, donde dirigió grupos de inteligencia castrense en contra del crimen y la delincuencia. También participó en tareas de seguridad pública en el Distrito Federal.
De acuerdo con fuentes gubernamentales y militares, al filo de las 22 horas del pasado lunes, Tello y sus acompañantes fueron interceptados en la zona céntrica de Cancún por dos grupos de hombres armados que viajaban a bordo de varios vehículos.
Poco antes de esa hora, el militar tuvo contacto con algunos de sus colaboradores, incluidos quienes participarían con él en tareas de seguridad, pero que actualmente trabajan en la ciudad de México.
Durante al menos cinco horas, el general, el teniente de infantería y el civil fueron torturados; sus cuerpos fueron encontrados la mañana de este martes esposados, semidesnudos y ejecutados a tiros junto a una camioneta abandonada en el kilómetro 257 de la carretera libre Cancún-Mérida, entre los poblados Cristóbal Colón y Santo Domingo, del municipio de Lázaro Cárdenas.
Según los reportes del Servicio Médico Forense el homicidio de las tres personas ocurrió al filo de las tres de la mañana del martes. En el lugar donde se encontraron los cadáveres también se localizaron cinco casquillos.
Después del hallazgo, cientos de efectivos castrenses de la 32 Zona Militar, con sede en la ciudad de Valladolid, Yucatán, instalaron retenes en la zona fronteriza de esa entidad y Quintana Roo, y sobrevolaron la región.
El subprocurador de justicia en la zona norte del estado, Raymundo Canché Aquino, informó que la procuraduría quintanarroense trabaja en coordinación con el Ejército Mexicano y la Procuraduría General de la República para recabar toda la información relacionada con el suceso
El homicidio del general Tello Quiñones provocó alerta entre altos mandos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y en círculos de organismos de inteligencia civil, pues el trabajo que realizaría el militar en el municipio Benito Juárez era del conocimiento del gobierno federal, ya que sus acciones servirían para apoyar las tareas de vigilancia y detección de indocumentados, drogas y armas de Centro y Sudamérica, por vía terrestre, mientras la Sedena y la Secretaría de Marina fortalecían sus tareas en el ámbito marítimo.
En ese contexto, fuentes federales indicaron que el asesinato del general Tello no es un hecho aislado, ya que en el último mes han sido blancos de atentados varios mandos castrenses dedicados a actividades de inteligencia contra el crimen organizado, igual que el general asesinado en Quintana Roo. Estas versiones trataron de ser confirmadas en la Sedena, pero hubo hermetismo absoluto.
En el transcurso del día, el alcalde de Benito Juárez confirmó en conferencia de prensa que el general de brigada era su asesor en materia de seguridad pública, y afirmó que mantendrá el combate a la delincuencia y que no bajará la guardia. “Seguiremos con la mano firme. No nos van a amedrentar”, puntualizó.
Por otra parte, es de destacar que en 1997, cuando Tello trabajaba en la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF), fue encarcelado y estuvo preso un año acusado por el caso de seis homicidios de jóvenes de la colonia Buenos Aires.
Hace 12 años, Tello Quiñones fungía como titular de agrupamientos de la SSPDF, y estuvo al mando del grupo que detuvo a ocho personas y asesinó a seis después de la detención, para posteriormente tirar los cuerpos en unas minas de Tláhuac y en parajes del Ajusco. Fue arrestado en ese momento y pasó un año en prisión, aunque en octubre de 1998 fue exonerado de los cargos.
Fox lo ascendió
Reanudó su carrera militar y fue ascendido por Vicente Fox a general de brigada; estuvo al frente de la zona militar de Michoacán en el año 2007.
Al respecto, la Sedena confirmó en un escueto comunicado la muerte del general de brigada Tello Quiñones, y precisó que el día primero de enero de este año había causado baja de la milicia y “se encontraba realizando funciones de asesor” para el alcalde del municipio quintanarroense.
La dependencia se deslindó también de la indagatoria de lo sucedido, al señalar que “las autoridades correspondientes se encuentran realizando las investigaciones del caso”.
Cabe señalar que apenas en noviembre de 2006 Tello fue ascendido a general de brigada y, según la normatividad castrense, al pasar a retiro lo hace con el grado inmediato superior, es decir, con el de general de división. Sin embargo, la Sedena se refirió al oficial como general de brigada diplomado de Estado Mayor.
Por otra parte, el número de militares muertos se ha incrementado sustancialmente en el gobierno de Calderón.
Según cifras oficiales, del año 2000 a diciembre de 2006, en el gobierno de Vicente Fox, murieron 202 militares en el combate al tráfico de drogas; en cambio, en tan sólo dos años de gobierno calderonista las bajas castrenses reconocidas oficialmente ya suman 80.
(Mauricio Conde, Javier Chávez y Luis A. Boffil, corresponsales)
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