PRI: plan revancha

José Gil Olmos / Proceso

Candidatos de unidad; un pacto entre gobernadores, coordinadores parlamentarios y representantes de los sectores; la movilización de la estructura en los 300 distritos electorales, y explotar la mala imagen del PAN y del PRD, son algunas de las estrategias para recuperar la mayoría en la Cámara de Diputados y ganar las elecciones locales en 12 estados el próximo 5 de julio. Pero el PRI no la tendrá fácil. En contra tiene su propia historia, aunque confía en convencer a la ciudadanía de que es la opción “menos mala”.

Desde 1997, cuando el PRI se convirtió en minoría en la Cámara de Diputados por primera vez en su historia, ningún partido ha logrado la mayoría absoluta por sí solo. Los priistas aseguran que recuperarán el control de ese órgano legislativo en las elecciones del 5 de julio, impulsados por un pacto de unidad que evite los errores de la elección de 2006, en la que cayeron hasta la tercera posición como fuerza política nacional.
Según las cuentas de su dirigencia nacional, el PRI puede ganar entre 160 y 190 distritos electorales de mayoría, entre los 300 en disputa, y obtener además 50 de las 200 curules que se asignan por la vía plurinominal.
En cuanto a las elecciones para gobernador, confían en recuperar San Luis Potosí y Querétaro, que están en manos del PAN, y conservar el poder en Campeche, Colima, Sonora y Nuevo León, aunque reconocen dificultades en esta última entidad, donde se perfila con fuerza el panista Fernando Elizondo.
Este año, en las elecciones federales y en las locales que se realizarán en 12 entidades, el PRI espera mantener la racha ganadora de 2008, cuando captó 45% de los sufragios emitidos en seis entidades donde se eligieron 381 autoridades. Atrás quedaron el PRD, que se ubicó en la segunda posición con 25.4% de los votos, y el PAN con 14.9%, según un recuento elaborado por Consulta Mitofsky.
Los líderes de los sectores priistas y la propia presidenta del partido, Beatriz Paredes, advierten que van por todo. Para ello han diseñado varias estrategias centradas en la postulación de candidatos de unidad mediante convención de delegados: un pacto entre gobernadores, dirigentes de las bancadas legislativas y representantes de los sectores; la movilización de la estructura en los 300 distritos electorales, y explotar la mala imagen del PAN y del PRD.
Carlos Flores Rico, dirigente del Movimiento Territorial, sostiene que el PRI tiene amplias posibilidades de obtener la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados. Dice que sólo perderían si no eligen con tino a los candidatos y no manejan con habilidad los escándalos que, prevé, “tratarán de crear y explotar los panistas y los perredistas”.
–¿Ya está vacunado el PRI de la mala imagen?
–De alguna manera sí. Ya no se pueden decir más cosas malas de nosotros, llegamos al techo de la imagen negativa. Durante muchos años tuvimos una marca negativa de 40%, hoy no llegamos a 15%. En cambio, el PRD tiene un rechazo de 30% y el PAN de más de 20%.
Flores Rico señala que los perredistas no han logrado borrar su imagen rijosa; por el contrario, la ahondan. En tanto que los panistas enfrentan divisiones, problemas de corrupción, nepotismo y sobre todo incapacidad para gobernar. Y eso le ayudara al PRI para atraer al electorado.
Sin embargo, esto plantea una disyuntiva: se trata de una elección del menos malo.
“La percepción de la sociedad es así, elegir al menos malo –admite el priista–, pero los partidos son el único canal que tiene la sociedad en México para elegir quién gobierna el país.”
Marco Antonio Bernal, secretario general de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), señala que la desconfianza ciudadana en los partidos es algo “normal”, porque la preocupación esencial de la gente no es la elección, sino mantener su trabajo y elevar sus ingresos.
“Para que la gente reaccione, vamos a hacerle ver que a nosotros sí nos importa que la economía crezca, que conserve sus empleos, que sí nos interesan los temas importantes y que no estamos peleando dentro del partido”, indica el diputado de Tamaulipas.
Campaña de marca
Como si fuera una campaña comercial y no política, el marketing desplaza a la ideología. En los partidos consideran que esta elección intermedia será de “marcas”, no de candidatos. Es decir, lo importante serán las cualidades y ventajas del “producto” que se venderá al electorado. La envoltura será el partido.
El diputado Bernal dice que el PRI, a diferencia de otros partidos, se ofrecerá al elector como un partido que sabe gobernar, que da resultados y que se preocupa más por la marcha del país que por el crecimiento del propio partido.
Flores Rico, a su vez, resalta que el PRI se presentará como un partido con experiencia, con capacidad de gobierno y apego a la justicia social.
“El PAN ha vendido una imagen de honestidad, sensatez e identificación con la ciudadanía, pero ya no se la compran todos porque desde el gobierno de Vicente Fox ha sido muy cuestionado. El PRD, por su parte, ha vendido la imagen de defender los programas sociales, pero tampoco lo puede sostener. Cada partido ofrece lo mejor, pero también están sus errores, y en eso el PRI tiene ventaja, porque ofrece cuadros políticos experimentados, competitivos y con capacidad para gobernar”, explica.
Además, dice que frente al desastre económico, la urgencia salarial, el aumento de precios de la canasta básica y de los combustibles, así como la inseguridad pública, la gente que votó por el PAN duda ya de su capacidad de gobernar, pues no se ve una salida próxima a la crisis.
“Creo que eso va a pesar seguramente en el momento de la elección”, sostiene el dirigente nacional del Movimiento Territorial.
Pero no solamente eso va a afectar la elección, también la ineficacia para gobernar de Felipe Calderón, asevera el presidente de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Cruz López Aguilar.
En una reunión cenecista, el 5 de enero pasado, en la que estuvo presente Beatriz Paredes, el dirigente advirtió que el gobierno de Calderón mantiene todos los frentes abiertos y sólo existe una ligera esperanza para que tenga éxito la guerra declarada al narcotráfico.
“Están metidos en la confusión. El gobierno federal no sabe cómo reaccionar a ninguna de las amenazas del entorno internacional. Ante la crisis alimentaria, reflejada en reducción de inventarios y volúmenes exportables, el Ejecutivo federal sólo atina a reducir los aranceles, olvidándose de la potencialidad del mercado interno y menospreciando la capacidad de los campesinos y propietarios rurales del país”, dijo.
Sin embargo, en entrevista, el líder campesino acepta que no es suficiente aprovechar los errores del gobierno. “Tenemos que trabajar fuerte en nuestra propia estructura y en la campaña, porque las cosas no se van a dar únicamente por una inercia en el ánimo del electorado”, precisa Cruz López.
En el mismo sentido se expresa el director de la empresa de investigación, análisis y mediciones ciudadanas Parametría, Francisco Abundis, para quien el gran reto del PRI será captar el voto de castigo contra el PAN.
Según una encuesta nacional de vivienda realizada por Parametría en octubre de 2008, el PRI estaba casi empatado con el PAN como un partido honesto, fuerte, eficaz, experimentado y comprometido con la ciudadanía. Tres meses después, el PRI se ha despegado ya por dos puntos porcentuales. Otras encuestadoras ven aún más amplia la ventaja priista: Consulta Mitofsky pone al PRI hasta con 10 puntos arriba del PAN y María de las Heras le da cuatro puntos de diferencia.
El líder cenecista asegura que los priistas ya aprendieron la lección de 2006, cuando no pudieron tener candidatos de unidad y llegaron totalmente divididos y debilitados a la campaña presidencial.
“Ya entendimos que no podemos construir candidatos desde la presidencia del partido, dejando cadáveres en todo el proceso, porque esto sólo provoca debilidad. Ese error se cometió en 2006 y por eso ahora lo que vamos a hacer es sacar candidatos de unidad”, señala Cruz López.
La CNC alguna vez representó la esperanza del voto verde para el PRI, al extremo de comprometer 10 millones de votos inexistentes de los campesinos para Carlos de Salinas en la elección presidencial de 1988. Hoy, Cruz López dice que esa central trabaja con números reales, y presume el registro de 1 millón de cenecistas, “empadronados por voluntad propia”, en dos terceras partes de los estados.
“En este momento ya no caben las simulaciones”, reconoce el dirigente.
Por su parte, la CNOP operará “bajo el principio de no pelear entre nosotros como lo hicimos en el pasado”, dice el diputado Marco Antonio Bernal.
“Hay un acuerdo tácito, no tenemos que discutirlo. La presidenta del partido le ha dado su lugar a cada grupo y todos revisamos la convocatoria; decidimos que el partido llegue unido con buenos candidatos”, sostiene el legislador de Tamaulipas.
A diferencia de la elección de 2006, cuando Roberto Madrazo impuso su candidatura presidencial y la de muchos legisladores, ocasionando fuertes divisiones, Bernal señala que hoy ya tienen la capacidad para establecer acuerdos y poner el interés del PRI por encima de cualquier interés de grupo.
Pero no todo es optimismo. El dirigente del Movimiento Territorial, Carlos Flores Rico, reconoce que en algunas zonas del país, como en el Bajío y en el Distrito Federal, el PRI tiene problemas para recuperarse. Sobre todo en la Ciudad de México donde, incluso, desde hace años no se puede elegir a una dirigencia local.
“Esto hace que las expectativas de triunfo no sean las mismas que en el resto del país, pero la oleada de éxito que tuvimos en 2008 puede tener un efecto extensivo. Por ejemplo, en el Distrito Federal tenemos una mejor posición que hace seis años”, confía Flores Rico.
A diferencia del PAN y del PRD, que este año seleccionarán a la mayoría de sus candidatos por designación directa –es decir, mediante acuerdos de cúpula o por el clásico dedazo–, el PRI ha decidido realizar postulaciones de unidad a través de convenciones locales. Eso sí, previamente, los gobernadores y líderes regionales priistas harán un “trabajo de conciliación” para limpiar el camino a los precandidatos más fuertes, precisa.
Las metas
Carlos Flores Rico lleva muchos años en el PRI y ha visto de todo. El año pasado participó en la campaña de Jorge Hank Rhon para gobernador en Baja California, la cual perdieron ante el panista José Guadalupe Osuna Millán, quien fue apoyado por la maestra Elba Esther Gordillo.
Con base en esa experiencia, señala que desde la década de los setenta los sectores que integran al PRI (obrero, popular, campesino y territorial) han dejado de ser los ejes de su partido. Ahora lo importante es el trabajo territorial y social.
El PRI, afirma, tiene estructura propia en 95% de los municipios del país, algo de lo que carecen los demás partidos. Y aunque eso no impidió que perdieran la elección presidencial de 2006, anticipa que este año la distribución de la población tendrá más peso.
“Ahora se plantean metas por distrito, por región o territorio. Ya no es como antes, cuando se decía: el sector campesino, el obrero o el popular van a dar tantos millones de votos; ahora el trabajo se hace por regiones y estos modelos territoriales ayudan mucho al PRI”, explica Flores Rico.
Esta misma estructura se encargará no sólo del proselitismo, sino también de la vigilancia en puntos estratégicos donde el PRI ha detectado el uso de los programas sociales del gobierno federal que los delegados podrían utilizar para apoyar a los candidatos del PAN, precisa por su parte el cenecista Cruz López.
“Hay focos rojos al respecto. La Secretaría de Desarrollo Social está muy orientada a ese propósito”, dice, y revela que han identificado a los delegados federales de todas las secretarías de Estado que provienen del PAN, en algunos casos “como premio de consolación”.
Asegura que se les hará un “marcaje personal” y que hará público cualquier intento de compra o inducción de votos con la inyección de recursos de programas sociales.
No sólo eso: advierte que el 5 de julio los priistas vigilarán que en todos los distritos se cuenten bien los votos, pues en 2006 se detectaron muchas irregularidades cometidas por los representantes del PAN.
“Sabemos que si no ganamos la elección de 2009, no tenemos asegurada la elección presidencial de 2012. Sentar las bases de la recuperación del poder federal es una tarea vital para el progreso y el buen gobierno. Tenemos claro que la derecha no es la opción”, señala Cruz López.
Y asevera:
“En el PRI vamos por todo. No queremos cogobernar sacrificando posibilidades; eso sólo le queda bien a los timoratos o a quienes negocian prebendas o tranquilidades. Nosotros queremos recuperar todo el poder para regresarle al PRI su compromiso social.”

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