¿Por qué no habla Televisa de narco mandatarios/empresarios?

Pedro Echeverría V.

1. Desde un automóvil en marcha, encapuchados arrojaron una granada de fragmentación que explotó en las instalaciones de Televisa de la ciudad de Monterrey, sin dejar heridos, pero ocasionando gran movilización de militares, cuerpos policíacos, protección civil y unidades médicas de emergencia. Los atacantes realizaron además disparos con arma de fuego y colocaron una cartulina sobre un auto estacionado frente a la empresa, donde escribieron “Ya dejen de transmitir nada más a nosotros, también transmitan a los narcomandatarios, esto es un aviso”. Al parecer también entre los narcotraficantes hay diferencias políticas: un poderoso grupo está aliado a altos funcionarios de Televisa y del gobierno y otro le exige que no solo hable de “unos narcos” sino que también le informe a la población mexicana de sus amigos los “otros narcos” que ha estado escondiendo.

2. Televisa es la empresa televisiva más grande de América y de las más poderosas del mundo. En México el monopolio Televisa atiende a siete de cada diez televidentes y obtiene siete de cada diez pesos del presupuesto de publicidad del país. Televisión Azteca acapara el 20 por ciento del auditorio y la publicidad, mientras que la radio y la TV por cable deben sobrevivir con lo que sobra. Concentra en un par de empresas casi todas las formas de producción de la programación televisiva. Según se publicó en 2004 “en ningún lugar del mundo, con excepción de México, una sola empresa opera cuatro redes de televisión… Berlusconi opera tres redes nacionales en Italia”. Pero además de ser una poderosa súper empresa transnacional, Televisa es una empresa que se pasa muchas horas del día deformando la información y calumniando a las clases pobre y marginales.

3. El narcotráfico, ya es bien sabido en todo el país, ha penetrado en las más altas instituciones del poder: entre los grandes empresarios, entre los más altos funcionarios de gobierno, en el ejército y en la policía, en la Iglesia y en los medios de información (Televisa, TV Azteca, Radio Fórmula y otros) Se pensaba, hasta hace unos diez años, que los narcotraficantes solo vendían droga al menudeo en las escuelas y en algunos rincones muy escondidos; hoy sabemos que está en los más altos niveles y tiene una gran capacidad de crecimiento. Quizá ahora no habría que preguntar qué empresarios o políticos pertenecen al narcotráfico, sino al contrario: quiénes no forman parte de él. Por ese motivo casi ya nadie cree en el supuesto combate del ejército al narcotráfico, más bien se piensa que es una cortina de humo para esconder el fracaso del gobierno de Calderón.

4. Cuando se leen los contenidos de las mantas y carteles que colocan los narcotraficantes en varios estados exigiendo la salida del ejército, cuando se sabe que en varias regiones del país los pueblos sin trabajo y en la miseria protegen y apoyan a los narcotraficantes, cuando vemos que se lanzan balas contra una empresa funesta como Televisa, puede uno pensar que quizá también hayan unos narcos malos y otros buenos, unos narcos gobiernistas y otros que critican al gobierno, unos de derecha y otros de izquierda, unos que no tienen contacto con el pueblo y otros populistas que reparten dinero entre los pobres. Quizá habría que hacer estudios sociológicos profundos para entender el tipo de ideales que mantienen. ¿Cuál es la diferencia entre los narcotraficantes y los secuestradores de ricos? ¿Los grandes empresarios y gobernantes mexicanos sólo lavan dinero o participan en los altos niveles de decisión?

5. Parece que Voltaire, el filósofo francés de la Enciclopedia, pronunció categóricamente en el siglo XVIII esta frase que hemos escuchado repetir miles de veces de gente honesta, pero sobre todo de muchos farsantes: “No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo”. Voltaire, buen orador y constructor de frases que luego se hicieron célebres, no se si días o años después hubiese reafirmado su máxima. Hoy, dado que está de moda hablar de pluralidad, pedir ser incluyente y tolerante, no sé hasta qué grado sea real. Al parecer la gente es tolerante, pero sólo con asuntos que no son de su interés, que no son importantes ni definen nada. Para los seguidores de la TV las noticias roja, de sexo, droga y fútbol son importantes y hasta se confrontan por ello, es decir llegan a ser intolerantes; a los políticos de izquierda les importa un cacahuate y toleran; pero en cosas de política e ideología es lo contrario.

6. ¿Podría un político de izquierda, un luchador social comprometido con la causa de los trabajadores, defender con su vida los “derechos de Televisa” de mentarle la madre, con sus notas diarias, a los pobres, miserables y marginados o de tergiversar en su beneficio las noticias que debe dar con objetividad? Recuerdo que Dostoievski, en alguna parte de su larga obra, declaró ser intolerante y clasificó como mediocridad la tolerancia. Pienso que en la revolución mexicana de 1910/17 yo hubiera luchado junto al anarquismo o anarco sindicalismo de Flores Magón, pero al mismo tiempo hubiera participado en las batallas del zapatismo, del villismo y con las masas del Obregonismo y el Carrancismo. No adoptaría, por ningún motivo, una conducta excluyente o intolerante con corriente alguna de la revolución. Pero hubiese sido intolerante frente a los periódicos, revistas y personajes que se oponían a la revolución.

7. Voltaire fue un genio en filosofía e ideas políticas. Quizá fue unos de los teóricos precursores más importantes de la Revolución Francesa, pero así como se le presenta en una frase, no tiene razón práctica alguna. Obviamente Bush, Aznar, Calderón, Fox, pueden expresar lo que les dé la gana, tienen el derecho individual de expresarse como asesinos o como imbéciles, pero no estoy dispuesto a defender con mi vida sus derechos a decir lo que quieran. Si en esos momentos pudiera arrojarles lodo, agua o zapatazos, lo haría. Si no fueran personajes importantes y no estuvieran frente a un gran auditorio, cuando más les mandaría unas trompetillas; pero sólo basta imaginarse a esas empresas de TV y radio, que llegan a millones de gentes, para repudiar abiertamente su actuación. Los medios de información mexicanos carecen de la mínima objetividad; todo lo tergiversan.

8. La realidad es que los asesinatos personales han valido muy poco en la historia, pero me agradaría que les cierren sus empresas televisivas y de radiodifusión para que luego vuelvan a abrirse pero con un código ético en que la objetividad, la pluralidad, la información seria, jueguen el papel más importante. Quizá cuando tengamos televisión y radio, aunque sea como TV UNAM, Canal Once, Canal 22 y noticiarios que sean objetivos, reflexivos y críticos, se pueda “defender con la vida el derecho de decirlo”, como dijera Voltaire. Pero nadie podrá aceptar defender a sus enemigos, tal como los medios informativos comerciales, que dedican muchas horas del día a calumniar a los marginados o, simplemente, silencian todas sus actuaciones políticas o culturales de la izquierda. Por eso hay que decir: ¡cuánto cinismo se esconde en la famosa frase volteriana! Puede uno ser tolerante con los que piensan distinto, pero no con los que manipulan y tergiversan.

pedroe@cablered.net.mx

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