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Barack Obama asume hoy como presidente 44 de Estados Unidos con el dilema de cumplir sus promesas electorales en medio de una crisis económica y las guerras en Iraq y Afganistán.
Más de cuatro millones de personas se espera que asistan en Washington a su toma de posesión, una cifra sin precedente que demuestra la expectativa que causó su victoria, entre otros aspectos por ponerle fin a ocho años de la administración de George W. Bush.
En medio de la crisis que enfrenta el país, Obama recaudó unos 30 millones de dólares para los festejos por su asunción, una cifra que llegará a 40 millones antes de la fecha.
Precisamente, cómo revertir la situación financiera será la primera de sus tareas y marcará su mandato, señaló el diario The New York Times.
Ayudantes de Obama revelaron que está estudiando la labor de Franklin Delano Roosevelt en sus primeros 100 días de gobierno para enfrentar la Gran Depresión (1929-1933).
Sus últimas conferencias de prensa, reuniones y discursos se han centrado en ese tema, una muestra de la importancia que le está dando al asunto.
Junto a esa problemática, quedan otras no menos importantes como las guerras en Iraq y Afganistán, donde han muerto más de cuatro mil norteamericanos y ha desangrado las arcas del tesoro.
Precisamente, una de sus principales promesas electorales fue evacuar a las fuerzas del Pentágono de Iraq, un conflicto sumamente impopular en la Unión.
Medios de prensa y expertos coinciden en que Obama tiene poco margen de maniobra para cumplir sus planes, debido a la crisis, las conflagraciones y el abultado déficit fiscal.
En ese sentido, en una reciente entrevista con la televisora ABC, admitió que muchas de sus ideas no podrán aplicarse en los primeros 100 días de gobierno, entre ellas cerrar la cárcel de la base naval estadounidense de Guantánamo, enclavada al sureste de Cuba.
Es mucho más difícil de lo que mucha gente cree, manifestó Obama, aunque aseguró que está comprometido con desactivar la prisión.
"No quiero ser ambiguo sobre esto. Cerraremos Guantánamo y queremos estar seguros de que los procedimientos que emplearemos sean respetuosos de nuestra Constitución", subrayó.
Aunque goza de una popularidad sin precedente, el período de transición no ha estado exento de problemas para Obama.
Pese a no quedar salpicado, el escándalo de corrupción del gobernador de Illinois, Rod Blagovich, provocó que el próximo mandatario saliera a negar cualquier vinculación.
Blagovich fue acusado de intentar vender el escaño que dejó libre Obama.
Además, su elección para ocupar los cargos de su futuro gobierno, la mayoría propuestos a colaboradores del ex presidente William Clinton, también provocó malestar y decepción entre los sectores más liberales demócratas.
No obstante, varios de sus nombramientos no dejan dudas acerca de su intención de desmarcarse con las acciones de Bush, como la designación del nuevo director de la Agencia Central de Inteligencia, Leon Panetta, un crítico a la política de torturas a prisioneros.
Tras ocho años de gobierno de Bush, Obama ahora tiene la tarea de cambiar la imagen de Estados Unidos ante el mundo, ponerle fin a la guerra en Iraq y enfrentar la crisis financiera, problemas heredados pero que marcarán su gestión.
Barack Obama asume hoy como presidente 44 de Estados Unidos con el dilema de cumplir sus promesas electorales en medio de una crisis económica y las guerras en Iraq y Afganistán.
Más de cuatro millones de personas se espera que asistan en Washington a su toma de posesión, una cifra sin precedente que demuestra la expectativa que causó su victoria, entre otros aspectos por ponerle fin a ocho años de la administración de George W. Bush.
En medio de la crisis que enfrenta el país, Obama recaudó unos 30 millones de dólares para los festejos por su asunción, una cifra que llegará a 40 millones antes de la fecha.
Precisamente, cómo revertir la situación financiera será la primera de sus tareas y marcará su mandato, señaló el diario The New York Times.
Ayudantes de Obama revelaron que está estudiando la labor de Franklin Delano Roosevelt en sus primeros 100 días de gobierno para enfrentar la Gran Depresión (1929-1933).
Sus últimas conferencias de prensa, reuniones y discursos se han centrado en ese tema, una muestra de la importancia que le está dando al asunto.
Junto a esa problemática, quedan otras no menos importantes como las guerras en Iraq y Afganistán, donde han muerto más de cuatro mil norteamericanos y ha desangrado las arcas del tesoro.
Precisamente, una de sus principales promesas electorales fue evacuar a las fuerzas del Pentágono de Iraq, un conflicto sumamente impopular en la Unión.
Medios de prensa y expertos coinciden en que Obama tiene poco margen de maniobra para cumplir sus planes, debido a la crisis, las conflagraciones y el abultado déficit fiscal.
En ese sentido, en una reciente entrevista con la televisora ABC, admitió que muchas de sus ideas no podrán aplicarse en los primeros 100 días de gobierno, entre ellas cerrar la cárcel de la base naval estadounidense de Guantánamo, enclavada al sureste de Cuba.
Es mucho más difícil de lo que mucha gente cree, manifestó Obama, aunque aseguró que está comprometido con desactivar la prisión.
"No quiero ser ambiguo sobre esto. Cerraremos Guantánamo y queremos estar seguros de que los procedimientos que emplearemos sean respetuosos de nuestra Constitución", subrayó.
Aunque goza de una popularidad sin precedente, el período de transición no ha estado exento de problemas para Obama.
Pese a no quedar salpicado, el escándalo de corrupción del gobernador de Illinois, Rod Blagovich, provocó que el próximo mandatario saliera a negar cualquier vinculación.
Blagovich fue acusado de intentar vender el escaño que dejó libre Obama.
Además, su elección para ocupar los cargos de su futuro gobierno, la mayoría propuestos a colaboradores del ex presidente William Clinton, también provocó malestar y decepción entre los sectores más liberales demócratas.
No obstante, varios de sus nombramientos no dejan dudas acerca de su intención de desmarcarse con las acciones de Bush, como la designación del nuevo director de la Agencia Central de Inteligencia, Leon Panetta, un crítico a la política de torturas a prisioneros.
Tras ocho años de gobierno de Bush, Obama ahora tiene la tarea de cambiar la imagen de Estados Unidos ante el mundo, ponerle fin a la guerra en Iraq y enfrentar la crisis financiera, problemas heredados pero que marcarán su gestión.
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