Los gobiernos de Israel y EUA son los asesinos, no los pueblos

Pedro Echeverría V.

1. Según los medios informativos (todos al servicio de los más poderosos empresarios de EEUU y demás países imperiales) las centenares de bombas lanzadas por los “terroristas” de Hamás desde la franja de Gaza “mataron a un inocente israelí”, por eso como respuesta los bombarderos israelíes lanzaron miles de misiles el sábado 27 de diciembre y asesinaron a 250 palestinos y se vieron obligados a seguir bombardeando y a invadir a la población de Gaza que hoy cuenta más de 700 muertos. Pero además dice el gobierno de Israel que los palestinos “terroristas” son muy tercos y en vez de rendirse siguen defendiéndose lanzando piedras con los brazos, con resorteras y hondas. La realidad es que “son tan peligrosos los terroristas palestinos y sus piedras” que el ejército de Israel se ha visto obligado a invadirlos.

2. ¡Cuánto cinismo de los gobernantes israelíes y de quienes los apoyan! ¡Cuánta incapacidad, ineficiencia y complicidad de la mayoría de los países que forman parte de la ONU que incluso lanzan declaraciones “contra la violencia” pero nada práctico hacen para frenar la invasión y castigar a los asesinos! El gobierno de los EEUU, y ahora también el de Israel, pueden asesinar a miles de personas, invadir países, mantenerse semanas, meses o años en ellos y nadie pide cárcel o pena de muerte contra esos gobernantes. Las protestas de de cientos de millones en el mundo le importa a los guerreristas un comino; saben que esas protestas se convierten en pasajeras y no ponen en aprieto a ningún gobierno ni al sistema de explotación capitalista. Pareciera que lo único que cuenta para esos países realmente terroristas, son las acciones que organiza Bin Laden y el Jihad.

3. Lo que debe quedar muy claro es que no son los pueblos israelí, judío o norteamericano los culpables de esos asesinatos en masa, sino sus gobiernos que sólo buscan dominar al mundo mediante esos métodos de invasiones y de guerra. Aunque son los pueblos, en esas “democracias occidentales”, los que han votado y siguen sufragando a favor de esos gobernantes asesinos, no se puede condenar directamente a los electores porque siempre son, y han sido, víctimas de manipuleos, engaños y triquiñuelas de los políticos, tal como ha sucedido en México. No es una guerra entre religiones, culturas y razas, sino invasiones y asesinatos que, como en Afganistán, Iraq y otras naciones, responden a intereses económicos y políticos de saqueos, robo y dominación. El mundo debe saber que el imperialismo no puede vivir sin guerras.

4. Sin embargo en México y en el mundo muchos gobernantes e “intelectuales orgánicos” muy conocidos, quieren ubicarse en la “imparcialidad” ante una abierta guerra de agresión de Goliat contra David; quieren demostrar su “independencia” frente al saqueo imperialista y el hambre de millones de seres humanos; exigen “diálogo” entre carniceros y víctimas; piden más elementos de “análisis” a pesar de tener la agresión en la punta de sus narices. ¿Pretenden acaso comprobar si los gobiernos de EEUU y de Israel tienen algún interés que pueda llevarlos a invadir pueblos? ¿Quieren esos “intelectuales” comprobar que los EEUU obtienen súper millonarias ganancias cuando la industria bélica norteamericana se pone a producir armas para vender en todo el mundo? Lo que sucede es que gobernantes e “intelectuales orgánicos” están comprometido con conservar esta sociedad que tanto les beneficia.

5. Las fronteras geográficas que dividen a las naciones del mundo fueron impuestas y ampliadas con la fuerza del poder, de las armas y de las guerras; el caso de Israel y los palestinos, así como el de México y los EEUU son muestras más que evidentes. Si estas divisiones fronterizas no existieran no habrían alemanes, judíos, palestinos, gringos o mexicanos, simplemente habrían seres humanos que se distinguirían por vivir en alguna región montañosa, desértica, fría o templada. Y como nadie escoge dónde nace ni tampoco dónde puede y quiere trabajar y vivir, es justo que cada ser humano, sin importar en que lugar nació o dónde fue registrado burocráticamente, pueda escoger cómo quiere ser y qué nacionalidad quiere adoptar. La realidad es que si alguien quiere ser judío, musulmán, católico, así como trabajar o vivir en el país que desee simplemente lo debe hacer.

6. Pero la reaccionaria imposición del chovinismo de gran nación seguirá siendo un buen argumento o pretexto para las guerras y los saqueos. Con los gritos de “conservar la pureza de la raza aria”, de “México, México, cómo México no hay dos”, de “la superioridad de los blancos sobre los negros” o de “la enorme distancia de la civilización de occidente sobre oriente”, así como de la “defensa de la patria”, se ha pretendido impulsar las más grandes y bajas pasiones del pueblo para defender los intereses de las clases dominantes interesadas en desarrollar esos bajos instintos “patrióticos” entre la población. Puede demostrase cómo a través de la historia las clases dominantes han manipulado a las poblaciones para que éstas defiendan los “intereses de la patria”, intereses que no son otros que los de las clases más poderosas.

7. Lo que sucede en la franja de Gaza a partir del pasado sábado, no es sólo una invasión o una guerra, es una masacre contra un pueblo indefenso. Y parece que no se podrá frenar esa invasión porque, como diría Mao Tsetung: “para acabar con la guerra hay que hacer la guerra y para exigir el desarme hay que armarse”. ¿Piensa alguien que el ejército de EEUU se retirará de Iraq o el de Israel de Gaza sin una gran guerra de liberación como fue la de Vietnam en los sesenta y setenta contra el gobierno gringo? Por eso los gobiernos yanquis e israelíes se burlan de las protestas pacíficas y de las declaraciones que piden paz, pero tiemblan ante la posibilidad de que se repitan acciones como las del once de septiembre de 2001 en Nueva York. ¿Podrá resistir EEUU e Israel, como protesta contra sus asesinatos, la quema de centenares de sus embajadas y consulados?

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