Teodoro Rentería Arróyave
De ninguna manera escogimos la fecha de la víspera, martes 13, para referirnos al frustrado encontronazo que el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional, Germán Martínez Cázares, quiso asestarle al gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto y que como boomerang político se le ha revertido al utilizar la figura de la esposa de Felipe Calderón Hinojosa para golpear al que seguramente considera fuerte prospecto para las elecciones presidenciales del 2012. La mala o buena suerte se construye, no es asunto de los astros y demás inventos seudo metafísicos.
La señora Margarita Zavala de Calderón jamás estuvo en San Felipe del Progreso; quien pretendía entregar tres mil cobijas y más de mil juguetes “electoreros” a los niños de la cabecera municipal aprovechando la figura de la esposa del Jefe del ejecutivo, fue la diputada blanquiazul, María Elena Pérez de Tejada.
Ella fue la que hizo el trámite ante el presidente municipal de filiación priísta, Eduardo Zarzosa, el cual al ver el propósito propagandístico de los regalos, negó el permiso. El escándalo, en consecuencia, fue y es una burda provocación del PAN.
El buen amigo y respetado colega oaxaqueño, Gerardo Viloria, es quien mejor ha relatado el affaire de lo sucedido; tal parece que hubo demasiadas reticencias para referirse al asunto por que involucraba a la señora esposa del jefe del Ejecutivo. Para nuestro compañero no existen ese tipo de sutilezas
Los panistas, nos informa, aseguraron mediante un comunicado que el edil, Eduardo Zarzosa, argumentó no poder atender a la primera dama, al señalar que no tenía instrucciones del gobernador Enrique Peña y ofreció disculpas.
En el mismo documento, el Comité Ejecutivo Nacional del PAN manifestó su repudio remitiendo un primer comunicado de prensa donde condena “las actitudes excluyentes, caciquiles y primitivas del gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto. Resultan lamentables las condiciones en las que mantiene sus relaciones con los presidentes municipales del PRI, a quienes impiden realizar actos sin su autorización”.
En torno a esto, la dirigencia estatal del PRI en el Estado de México cuestionó de manera tajante las acusaciones y descalificaciones que el CEN del PAN lanzó de manera aviesa e irresponsable contra el gobernador del Estado de México, y acusó de falsear hechos.
Y al considerar "irresponsable" que el líder del PAN, Germán Martínez Cázares, utilice la figura de la esposa del Presidente de la República, para golpear sin fundamento al gobernador, lo emplazó a dar la lucha política "de manera legítima, en el terreno de las ideas y las propuestas" y a conducirse "con la verdad".
Por su parte, Enrique Peña Nieto advirtió que no caerá en provocaciones y expresó que el comunicado le parecía una acción desesperada de Acción Nacional “por querer valerse de cualquier pretexto para atacar y para confrontar” pues se está ya en un ambiente de contienda, de competencia, de “guerra electoral".
Como se puede apreciar, la desesperación de Martínez Cázares que en 2008 perdió todas y cada una de las elecciones, es manifiesta. El escándalo, en consecuencia, fue y es una burda provocación del PAN
De ninguna manera escogimos la fecha de la víspera, martes 13, para referirnos al frustrado encontronazo que el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional, Germán Martínez Cázares, quiso asestarle al gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto y que como boomerang político se le ha revertido al utilizar la figura de la esposa de Felipe Calderón Hinojosa para golpear al que seguramente considera fuerte prospecto para las elecciones presidenciales del 2012. La mala o buena suerte se construye, no es asunto de los astros y demás inventos seudo metafísicos.
La señora Margarita Zavala de Calderón jamás estuvo en San Felipe del Progreso; quien pretendía entregar tres mil cobijas y más de mil juguetes “electoreros” a los niños de la cabecera municipal aprovechando la figura de la esposa del Jefe del ejecutivo, fue la diputada blanquiazul, María Elena Pérez de Tejada.
Ella fue la que hizo el trámite ante el presidente municipal de filiación priísta, Eduardo Zarzosa, el cual al ver el propósito propagandístico de los regalos, negó el permiso. El escándalo, en consecuencia, fue y es una burda provocación del PAN.
El buen amigo y respetado colega oaxaqueño, Gerardo Viloria, es quien mejor ha relatado el affaire de lo sucedido; tal parece que hubo demasiadas reticencias para referirse al asunto por que involucraba a la señora esposa del jefe del Ejecutivo. Para nuestro compañero no existen ese tipo de sutilezas
Los panistas, nos informa, aseguraron mediante un comunicado que el edil, Eduardo Zarzosa, argumentó no poder atender a la primera dama, al señalar que no tenía instrucciones del gobernador Enrique Peña y ofreció disculpas.
En el mismo documento, el Comité Ejecutivo Nacional del PAN manifestó su repudio remitiendo un primer comunicado de prensa donde condena “las actitudes excluyentes, caciquiles y primitivas del gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto. Resultan lamentables las condiciones en las que mantiene sus relaciones con los presidentes municipales del PRI, a quienes impiden realizar actos sin su autorización”.
En torno a esto, la dirigencia estatal del PRI en el Estado de México cuestionó de manera tajante las acusaciones y descalificaciones que el CEN del PAN lanzó de manera aviesa e irresponsable contra el gobernador del Estado de México, y acusó de falsear hechos.
Y al considerar "irresponsable" que el líder del PAN, Germán Martínez Cázares, utilice la figura de la esposa del Presidente de la República, para golpear sin fundamento al gobernador, lo emplazó a dar la lucha política "de manera legítima, en el terreno de las ideas y las propuestas" y a conducirse "con la verdad".
Por su parte, Enrique Peña Nieto advirtió que no caerá en provocaciones y expresó que el comunicado le parecía una acción desesperada de Acción Nacional “por querer valerse de cualquier pretexto para atacar y para confrontar” pues se está ya en un ambiente de contienda, de competencia, de “guerra electoral".
Como se puede apreciar, la desesperación de Martínez Cázares que en 2008 perdió todas y cada una de las elecciones, es manifiesta. El escándalo, en consecuencia, fue y es una burda provocación del PAN
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