La explosión mundial del desempleo

Joaquín Rivery Tur / AIN

Con poquita imaginación es muy fácil dibujarse el cuadro de un planeta atacado por el capitalismo en su peor fase. Entre las especulaciones y fraudes financieros, la caída de la producción, la baja del consumo y el ataque despiadado al medio ambiente, el mundo está en peligro.

Si usted quiere completar el cuadro puede añadir pérdidas récord de las empresas, cierre de fábricas, quiebras de bancos… y el aspecto que más golpea a los seres humanos: el desempleo.

La recesión global ha llevado a tantos despidos que suman millones y millones los hombres y mujeres quienes han perdido el sustento en América y Eurasia. No hablo de África, el continente olvidado por las naciones ricas, al cual se le pronostican siglos enteros de hambre.

Si alguien quiere tener idea de la profundidad de la crisis en la cual está sumido el capitalismo mundial, baste señalar que la depresión económica ha detenido la emigración ilegal del Sur al Norte, porque hoy las posibles perspectivas septentrionales están muy reducidas.

La estampa más elocuente quizás la brinde el retraimiento de los cruces ilegales entre México y Estados Unidos y algo más, el regreso de muchos mexicanos y centroamericanos ilegales desde territorio norteamericano a sus lugares de origen al no encontrar trabajo.

Los africanos, eternos proveedores de mano de obra barata para aquellos trabajos que los europeos no desean hacer, piensan varias veces las cosas antes de lanzarse a la aventura peligrosa de cruzar el Mediterráneo.

En el continente, en octubre pasado, la tasa de desocupación fue del 7,7 por ciento en la zona euro y los pronósticos para 2009 son más negros aún, especialmente para España, con tres millones 200 mil parados, 14 por ciento de la población activa.

En dicho país más de 827 mil hogares cuentan con todos sus miembros desempleados, un indicador que duplica la cifra de 2007.

En números redondos, en las naciones del euro hay 12 millones de desempleados y 17 millones en la Unión Europea, y todo va empeorando significativamente hasta llegar, tal vez, a 20 millones hacia los últimos meses del 2009.

Resulta difícil en estos momentos calcular la cifra exacta de parados en Estados Unidos debido a que todos los días las grandes firmas anuncian cierres de plantas y despidos por miles. Se habla de más de diez millones de personas sin trabajo.

La drástica disminución de las demandas de computadoras hizo que la Corporación Intel descargara abiertamente sobre sus trabajadores las consecuencias de la crisis, y eliminará entre cinco y seis mil puestos de trabajo en el sector manufacturero.

La famosa Microsoft creada por Bill Gates no se queda fuera. A pesar de la filantropía del magnate, en los próximos 18 meses cinco mil de sus trabajadores tendrán que pedir seguro de empleo, según reconoció el presidente de la empresa Steve Ballmer en el portal especializado AllThingsDigital.

América Latina es parte de este mundo. Si bien los países del MERCOSUR, Venezuela, Bolivia y algunos otros parecen en mejores condiciones para capear el temporal —no sin mojarse— los estados centroamericanos y México, por sus estrechos lazos con la economía norteamericana, llevarán la peor parte.

Perú, con su economía también muy amarrada a la de EE.UU. por el Tratado de Libre Comercio, es fuertemente golpeado por el desempleo, sobre todo en el caso de los miles de trabajadores de los sectores minero y metalúrgico, debido a que la crisis derrumbó los precios de los productos básicos y frenó inversiones. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Latinoamérica registrará a lo largo de 2009 una legión de 2,4 millones de desempleados.

Tanto desempleo provoca excitación social, y si la creciente inquietud de los sin trabajo se une a los problemas enumerados al inicio de estas líneas, la situación se hace realmente explosiva. Veremos qué ocurre al profundizarse la crisis.

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