Salomón Cuenca Sánchez - Miguel Gallardo Rodríguez (XINHUA)
México se ha declarado oficialmente en recesión a causa de la crisis económica mundial en momentos en que registra una persistente fuga de capitales y severas presiones inflacionarias.
El gobernador del Banco (central) de México, Guillermo Ortiz, afirmó que la contracción de la economía causará este año al menos entre 160.000 y 340.000 despidos en la nación.
El producto interno bruto de México no crecerá en 2009, por el contrario se contraerá abajo de cero entre 0,8 y 1,8 por ciento, en contraste con la expansión de 1,5 por ciento en 2008, agregó.
México y otros países de América Central figuran entre las naciones más atribuladas por la desaceleración global debido a su alta dependencia económica de su principal socio comercial, Estados Unidos.
En el caso de México, el país envía el 85 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos. Si la superpotencia no crece, sus compras externas se reducen y afecta al empleo y el ingreso en los países que la surten.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) había pronosticado a finales de 2008 que México cerraría 2009 con el peor desempeño económico de la región, incluso por abajo de Haití, el país más pobre del hemisferio.
México, que fue de 2002 a 2006 la economía más grande de América Latina arriba de Brasil, tuvo en 2008 el segundo peor desempeño económico después de Haití con un crecimiento de 1,5 por ciento.
La declaratoria de recesión en México por parte Ortiz contrasta con la aseveración del año pasado del ministro de Hacienda, Agustín Carstens, de que el país sufriría a lo más "un catarrito" por la crisis internacional.
Desde octubre de 2008, los efectos de la desaceleración global se intensificaron en México, donde suscitaron volatilidad cambiaria y bursátil.
La moneda de México, el peso, se ha depreciado al menos 26 por ciento, de 10,30 en octubre del año pasado a 14,20 a finales de enero. La bolsa ha tenido altibajos en lo que va del año y acumula una pérdida de al menos 10 por ciento desde octubre.
Aunque el plan anticrisis anunciado por el mandatario Felipe Calderón fue aplaudido por todos los sectores del país, incluida la oposición, la mayoría de la gente teme que los tiempos difíciles duren más allá del año y medio previsto por las autoridades.
El Servicio Nacional de Empleo dijo que en enero se dispararon las solicitudes de empleo y ayudas de parte de personas que temen perder o han perdido sus trabajos aunque no dio porcentajes.
Plan anticrisis
Analistas dijeron que México se encamina a una recesión con alta inflación y desempleo, aunque está por verse los efectos del plan anticrisis, que incluye inversiones oficiales por al menos un equivalente a 6.000 millones de dólares.
Las medidas incluyen fuertes inversiones en infraestructura, la construcción de una refinería y la fluidez de los créditos a compañías y fomento a pequeñas y medianas empresas.
El gobernador del Banco Central, Guillermo Ortiz, dijo este martes que México tendrá en el primer semestre del año una inflación de entre 5,75 y 6,25 por ciento, con tendencia descendente a entre 3, 75 y 4,25 por ciento en el último trimestre.
Ortiz también auguró que el déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos se incrementará a entre 2,6 y 2,8 por ciento del producto interno bruto.
Aunque el gobierno congeló para 2009 el precio de la gasolina y disminuyó 10 por ciento el del gas doméstico, ha sido insuficiente para frenar el encarecimiento de alimentos y otros productos hasta un 10 por ciento en lo que va del año.
Además de las presiones inflacionarias, México registra volatilidad cambiaria a causa de una persistente salida de capitales no reconocida por las autoridades financieras.
El Banco de México ha vendido desde octubre del año pasado 16.600 millones de dólares en un intento por frenar la imparable caída del peso frente a la divisa estadounidense que alcanza 26 por ciento.
Este 27 de enero, el banco central subastó 322 millones de dólares en el mercado cambiario conforme a un mecanismo que prevé la venta inmediata de 400 millones de dólares cuando la divisa estadounidense se despegue al menos 2 por ciento sobre el peso.
Analistas aseguran que bancos privados de capitales extranjeros, como HSBC y Bancomer acaparan dólares en el mercado de cambios de México para llevárselos a sus matrices, lo que suscita volatilidad cambiaria en el país.
La salida de los dólares presiona el alza del dólar en perjuicio del peso con el inevitable aumento de la inflación, dijeron los expertos.
HSBC (de capitales británicos) y Bancomer (de capitales españoles) cancelaron a principios de año la compra-venta de dólares en ventanilla en una decisión que perjudicó a empresarios, medios de prensa internacionales y embajadas que tenían cuentas en divisas estadounidenses.
Ambos bancos solo entregan pesos de las cuentas que tenían en dólares, en una decisión que autoridades de la Comisión de Cambios (integrada por el Banco de México y la Secretaría de Hacienda) describieron como "jurídicamente legal".
Las autoridades económicas dijeron que mantendrán la política adoptada a finales de 1994 cuando pusieron fin a un tipo de cambio fijo y determinaron que el mercado determinara el valor del peso frente al dólar.
Analistas han expresado temor de que la salida de capitales termine por vaciar la reserva de divisas del México, que se ubica en alrededor de 85.000 millones de dólares.
México se ha declarado oficialmente en recesión a causa de la crisis económica mundial en momentos en que registra una persistente fuga de capitales y severas presiones inflacionarias.
El gobernador del Banco (central) de México, Guillermo Ortiz, afirmó que la contracción de la economía causará este año al menos entre 160.000 y 340.000 despidos en la nación.
El producto interno bruto de México no crecerá en 2009, por el contrario se contraerá abajo de cero entre 0,8 y 1,8 por ciento, en contraste con la expansión de 1,5 por ciento en 2008, agregó.
México y otros países de América Central figuran entre las naciones más atribuladas por la desaceleración global debido a su alta dependencia económica de su principal socio comercial, Estados Unidos.
En el caso de México, el país envía el 85 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos. Si la superpotencia no crece, sus compras externas se reducen y afecta al empleo y el ingreso en los países que la surten.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) había pronosticado a finales de 2008 que México cerraría 2009 con el peor desempeño económico de la región, incluso por abajo de Haití, el país más pobre del hemisferio.
México, que fue de 2002 a 2006 la economía más grande de América Latina arriba de Brasil, tuvo en 2008 el segundo peor desempeño económico después de Haití con un crecimiento de 1,5 por ciento.
La declaratoria de recesión en México por parte Ortiz contrasta con la aseveración del año pasado del ministro de Hacienda, Agustín Carstens, de que el país sufriría a lo más "un catarrito" por la crisis internacional.
Desde octubre de 2008, los efectos de la desaceleración global se intensificaron en México, donde suscitaron volatilidad cambiaria y bursátil.
La moneda de México, el peso, se ha depreciado al menos 26 por ciento, de 10,30 en octubre del año pasado a 14,20 a finales de enero. La bolsa ha tenido altibajos en lo que va del año y acumula una pérdida de al menos 10 por ciento desde octubre.
Aunque el plan anticrisis anunciado por el mandatario Felipe Calderón fue aplaudido por todos los sectores del país, incluida la oposición, la mayoría de la gente teme que los tiempos difíciles duren más allá del año y medio previsto por las autoridades.
El Servicio Nacional de Empleo dijo que en enero se dispararon las solicitudes de empleo y ayudas de parte de personas que temen perder o han perdido sus trabajos aunque no dio porcentajes.
Plan anticrisis
Analistas dijeron que México se encamina a una recesión con alta inflación y desempleo, aunque está por verse los efectos del plan anticrisis, que incluye inversiones oficiales por al menos un equivalente a 6.000 millones de dólares.
Las medidas incluyen fuertes inversiones en infraestructura, la construcción de una refinería y la fluidez de los créditos a compañías y fomento a pequeñas y medianas empresas.
El gobernador del Banco Central, Guillermo Ortiz, dijo este martes que México tendrá en el primer semestre del año una inflación de entre 5,75 y 6,25 por ciento, con tendencia descendente a entre 3, 75 y 4,25 por ciento en el último trimestre.
Ortiz también auguró que el déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos se incrementará a entre 2,6 y 2,8 por ciento del producto interno bruto.
Aunque el gobierno congeló para 2009 el precio de la gasolina y disminuyó 10 por ciento el del gas doméstico, ha sido insuficiente para frenar el encarecimiento de alimentos y otros productos hasta un 10 por ciento en lo que va del año.
Además de las presiones inflacionarias, México registra volatilidad cambiaria a causa de una persistente salida de capitales no reconocida por las autoridades financieras.
El Banco de México ha vendido desde octubre del año pasado 16.600 millones de dólares en un intento por frenar la imparable caída del peso frente a la divisa estadounidense que alcanza 26 por ciento.
Este 27 de enero, el banco central subastó 322 millones de dólares en el mercado cambiario conforme a un mecanismo que prevé la venta inmediata de 400 millones de dólares cuando la divisa estadounidense se despegue al menos 2 por ciento sobre el peso.
Analistas aseguran que bancos privados de capitales extranjeros, como HSBC y Bancomer acaparan dólares en el mercado de cambios de México para llevárselos a sus matrices, lo que suscita volatilidad cambiaria en el país.
La salida de los dólares presiona el alza del dólar en perjuicio del peso con el inevitable aumento de la inflación, dijeron los expertos.
HSBC (de capitales británicos) y Bancomer (de capitales españoles) cancelaron a principios de año la compra-venta de dólares en ventanilla en una decisión que perjudicó a empresarios, medios de prensa internacionales y embajadas que tenían cuentas en divisas estadounidenses.
Ambos bancos solo entregan pesos de las cuentas que tenían en dólares, en una decisión que autoridades de la Comisión de Cambios (integrada por el Banco de México y la Secretaría de Hacienda) describieron como "jurídicamente legal".
Las autoridades económicas dijeron que mantendrán la política adoptada a finales de 1994 cuando pusieron fin a un tipo de cambio fijo y determinaron que el mercado determinara el valor del peso frente al dólar.
Analistas han expresado temor de que la salida de capitales termine por vaciar la reserva de divisas del México, que se ubica en alrededor de 85.000 millones de dólares.
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