PL
El presidente cubano, Raúl Castro, convocó en el aniversario 50 de la Revolución a tener presente que su esencia es de los humildes, por los humildes y para los humildes.
Al resumir el acto por el triunfo del 1 de enero de 1959, Raúl indicó la necesidad de no reblandecerse ante los cantos de sirena del enemigo y a tener conciencia de que nunca dejará de ser agresivo, dominante y traicionero.
Los dirigentes del país, expresó, no deben apartarse jamás de los obreros, campesinos y el pueblo, al tiempo de que habló de la necesidad de que la militancia impida la destrucción del Partido Comunista de Cuba.
“Aprendamos de la historia, si actúan así contarán siempre con el apoyo del pueblo, incluso cuando se equivoquen en cuestiones que no violen principios esenciales”, aseveró.
En tal sentido el mandatario cubano se refirió a que se impone la reflexión sobre el futuro y los próximos 50 años, los cuales calificó de permanente lucha teniendo en cuenta las actuales turbulencias del mundo contemporáneo.
Al respecto recordó palabras del líder de la Revolución, Fidel Castro, cuando expresó que “este país puede autodestruirse asimismo, los que no pueden destruirlo son ellos, nosotros sí, y sería culpa nuestra”.
Sobre el tema afirmó hablar en nombre de todos los que han luchado desde los primeros disparos en los muros del Moncada, los que cumplieron misiones internacionalistas y cayeron en las guerras de independencia y en la más reciente guerra de liberación.
"Si los actos de los dirigentes no están a la altura de esas conductas no contarán siquiera con la fuerza necesaria ni la oportunidad para rectificar, pues faltará autoridad moral otorgada por las masas a quienes no ceden en la lucha", acotó.
Auguró que serían incapaces de preservar la obra fruto de muchas generaciones de cubanos y si ello llegara a suceder –aseguró- los cubanos sabrán dar la pelea y en la primera línea estarán los mambises de hoy, que no se desarmarán ideológicamente ni dejarán caer la espada.
El presidente cubano, Raúl Castro, convocó en el aniversario 50 de la Revolución a tener presente que su esencia es de los humildes, por los humildes y para los humildes.
Al resumir el acto por el triunfo del 1 de enero de 1959, Raúl indicó la necesidad de no reblandecerse ante los cantos de sirena del enemigo y a tener conciencia de que nunca dejará de ser agresivo, dominante y traicionero.
Los dirigentes del país, expresó, no deben apartarse jamás de los obreros, campesinos y el pueblo, al tiempo de que habló de la necesidad de que la militancia impida la destrucción del Partido Comunista de Cuba.
“Aprendamos de la historia, si actúan así contarán siempre con el apoyo del pueblo, incluso cuando se equivoquen en cuestiones que no violen principios esenciales”, aseveró.
En tal sentido el mandatario cubano se refirió a que se impone la reflexión sobre el futuro y los próximos 50 años, los cuales calificó de permanente lucha teniendo en cuenta las actuales turbulencias del mundo contemporáneo.
Al respecto recordó palabras del líder de la Revolución, Fidel Castro, cuando expresó que “este país puede autodestruirse asimismo, los que no pueden destruirlo son ellos, nosotros sí, y sería culpa nuestra”.
Sobre el tema afirmó hablar en nombre de todos los que han luchado desde los primeros disparos en los muros del Moncada, los que cumplieron misiones internacionalistas y cayeron en las guerras de independencia y en la más reciente guerra de liberación.
"Si los actos de los dirigentes no están a la altura de esas conductas no contarán siquiera con la fuerza necesaria ni la oportunidad para rectificar, pues faltará autoridad moral otorgada por las masas a quienes no ceden en la lucha", acotó.
Auguró que serían incapaces de preservar la obra fruto de muchas generaciones de cubanos y si ello llegara a suceder –aseguró- los cubanos sabrán dar la pelea y en la primera línea estarán los mambises de hoy, que no se desarmarán ideológicamente ni dejarán caer la espada.
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