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Los grupos parlamentarios de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT), Convergencia y Nueva Alianza (Panal) afirmaron que al participar en el Encuentro Mundial de las Familias, la presencia y el discurso de Felipe Calderón Hinojosa constituyen “una violación flagrante al Estado laico, así como un exceso que va en contra de su obligación de respetar la Constitución”.
Javier González Garza, coordinador del PRD y presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, afirmó que “el señor Calderón tiene toda libertad de profesar la creencia o religión que quiera, ¡qué bueno, está bien!”, pero es un error que, siendo Presidente de la República, “vuelva a poner en entredicho un gobierno laico”.
Luego de que el pasado miércoles Calderón inició su discurso dando la bienvenida “a la tierra de María Guadalupe y de San Juan Diego”, González Garza aseguró: “nos parece muy desafortunada, a mí personalmente, esa intervención”.
Por su parte, el diputado del PRD Alfonso Suárez del Real dijo que Felipe Calderón no sólo asumió una posición parcial en favor de la Iglesia católica, sino que cometió hasta una falta de delicadeza al permitir a jerarcas de esa Iglesia usar el atril para sus discursos, sin retirar de éste el escudo de la República, que sólo deben utilizar el jefe del Ejecutivo y miembros de los otros dos poderes de la Unión. “Eso es condenable”, dijo.
También evaluó que “el ciudadano Felipe Calderón cometió un exceso al olvidarse de su compromiso de respetar la Constitución y las leyes que de ella emanen. Aun considerando que la mayoría del pueblo mexicano pueda profesar la religión católica, es evidente que desde 1857 han quedado perfectamente definidos los ámbitos de competencia de las creencias personales y el quehacer del gobierno”.
Asimismo, en una conferencia convocada para hablar de este tema –a la que asistieron diputadas de Convergencia, del Partido del Trabajo y de Nueva Alianza–, la diputada perredista Rosario Ortiz Magallón aseguró que, con sus declaraciones que atribuyen la violencia juvenil a los divorcios, Calderón Hinojosa desconoce los cambios en la sociedad mexicana y de esa forma tomó partido sobre una sola concepción de la familia.
Su condena al divorcio, su rechazo a la diversidad sexual y el catalogar estos fenómenos como antisociales y delictivos, “reflejan un sometimiento del Ejecutivo a la jerarquía católica, que en ese encuentro revela su visión retrógrada pretendiendo imponer una sola visión del mundo, fortalecida por el respaldo inconstitucional de Calderón”, expuso.
La diputada de Convergencia Martha Angélica Tagle aseguró a su vez que la participación de Calderón en un acto organizado por la Iglesia no sólo viola el Estado laico porque toma partido por una sola visión religiosa del mundo, sino porque su postura no corresponde a la de un jefe de Estado de un país plural. “El Ejecutivo federal tiene que garantizar la autonomía de sus instituciones frente a las normas, reglas y convicciones religiosas o ideológicas particulares”, dijo.
A su vez, el diputado del PT Silvano Garay aseguró que si bien México es la tierra de la Virgen de Guadalupe y de Juan Diego, “también lo es de Benito Juárez y de los liberales que nos legaron una Constitución alejada totalmente de cualquier signo religioso, que Calderón debía respetar, porque bajo su amparo asumió el poder, así sea de manera espuria”.
Los grupos parlamentarios de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT), Convergencia y Nueva Alianza (Panal) afirmaron que al participar en el Encuentro Mundial de las Familias, la presencia y el discurso de Felipe Calderón Hinojosa constituyen “una violación flagrante al Estado laico, así como un exceso que va en contra de su obligación de respetar la Constitución”.
Javier González Garza, coordinador del PRD y presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, afirmó que “el señor Calderón tiene toda libertad de profesar la creencia o religión que quiera, ¡qué bueno, está bien!”, pero es un error que, siendo Presidente de la República, “vuelva a poner en entredicho un gobierno laico”.
Luego de que el pasado miércoles Calderón inició su discurso dando la bienvenida “a la tierra de María Guadalupe y de San Juan Diego”, González Garza aseguró: “nos parece muy desafortunada, a mí personalmente, esa intervención”.
Por su parte, el diputado del PRD Alfonso Suárez del Real dijo que Felipe Calderón no sólo asumió una posición parcial en favor de la Iglesia católica, sino que cometió hasta una falta de delicadeza al permitir a jerarcas de esa Iglesia usar el atril para sus discursos, sin retirar de éste el escudo de la República, que sólo deben utilizar el jefe del Ejecutivo y miembros de los otros dos poderes de la Unión. “Eso es condenable”, dijo.
También evaluó que “el ciudadano Felipe Calderón cometió un exceso al olvidarse de su compromiso de respetar la Constitución y las leyes que de ella emanen. Aun considerando que la mayoría del pueblo mexicano pueda profesar la religión católica, es evidente que desde 1857 han quedado perfectamente definidos los ámbitos de competencia de las creencias personales y el quehacer del gobierno”.
Asimismo, en una conferencia convocada para hablar de este tema –a la que asistieron diputadas de Convergencia, del Partido del Trabajo y de Nueva Alianza–, la diputada perredista Rosario Ortiz Magallón aseguró que, con sus declaraciones que atribuyen la violencia juvenil a los divorcios, Calderón Hinojosa desconoce los cambios en la sociedad mexicana y de esa forma tomó partido sobre una sola concepción de la familia.
Su condena al divorcio, su rechazo a la diversidad sexual y el catalogar estos fenómenos como antisociales y delictivos, “reflejan un sometimiento del Ejecutivo a la jerarquía católica, que en ese encuentro revela su visión retrógrada pretendiendo imponer una sola visión del mundo, fortalecida por el respaldo inconstitucional de Calderón”, expuso.
La diputada de Convergencia Martha Angélica Tagle aseguró a su vez que la participación de Calderón en un acto organizado por la Iglesia no sólo viola el Estado laico porque toma partido por una sola visión religiosa del mundo, sino porque su postura no corresponde a la de un jefe de Estado de un país plural. “El Ejecutivo federal tiene que garantizar la autonomía de sus instituciones frente a las normas, reglas y convicciones religiosas o ideológicas particulares”, dijo.
A su vez, el diputado del PT Silvano Garay aseguró que si bien México es la tierra de la Virgen de Guadalupe y de Juan Diego, “también lo es de Benito Juárez y de los liberales que nos legaron una Constitución alejada totalmente de cualquier signo religioso, que Calderón debía respetar, porque bajo su amparo asumió el poder, así sea de manera espuria”.
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