Waldo Mendiluza / PL
Casi cuatro millones de bolivianos habilitados para votar viven hoy una jornada de reflexión, a sólo 24 horas del referendo que por primera vez les brinda la oportunidad de aprobar o rechazar una Constitución.
Ante ellos está la opción de consolidar el cambio emprendido en enero de 2006 por el Movimiento al Socialismo, o la de mantener un estatus calificado de excluyente por campesinos obreros, mujeres e indígenas.
La Corte Nacional Electoral (CNE) dio por terminadas este jueves las campañas proselitistas de una y otra parte, por lo que corresponde a cada ciudadano analizar su postura de cara a la consulta.
De acuerdo con el presidente de la entidad rectora del proceso, José Luis Exeni, la aspiración es constatar un sufragio consciente, alejado de consignas y presiones.
En aras de alcanzar dicho empeño, la CNE realizó múltiples acciones, entre ellas la divulgación del texto y su comparación con el vigente, explicó a Prensa Latina.
Según el sociólogo y ex prefecto de Cochabamba Rafael Puente, es momento de releer la nueva Carta Magna para convencerse de sus virtudes.
Háganlo por favor, en realidad no encontrarán en la misma un solo artículo encaminado a perjudicar a los bolivianos, dijo en declaraciones al canal 7 el otrora sacerdote.
Por su parte, el presidente Evo Morales convocó a utilizar las pocas horas restantes para conversar con familiares y amigos en torno a los beneficios del proyecto.
La madre del portavoz del Poder Ejecutivo, Iván Canelas, utiliza el teléfono con tal fin, ilustró de manera jocosa durante una reciente concentración en Oruro.
Morales considera la cita en las urnas una ocasión irrepetible de fortalecer la Revolución, y en ese sentido insta a la personas a reflexionar sobre lo que está en juego. Decir sí a la Constitución es decir sí al bono Juancito Pinto contra la deserción escolar, a la renta dignidad para los ancianos, al respeto de los derechos humanos y al acceso universal a los servicios básicos, advirtió varias veces.
También consideró un asunto de soberanía el respaldo al texto.
De aprobarse, estaríamos ratificando el control de nuestros recursos naturales y la prohibición de acoger bases militares extranjeras en el territorio nacional, dijo.
Mientras, los detractores de la Carta Magna apelan igualmente a la conciencia ciudadana.
Para los prefectos de la llamada Media Luna ampliada (departamentos de Santa Cruz, Beni, Tarija y Chuquisaca), el pueblo debe rechazarla por su supuesto contenido anti-religioso.
Rubén Costas, Ernesto Suárez, Mario Cossío y Savina Cuellar, por se orden, además acusan al proyecto de enemigo de las autonomías y de la propiedad privada.
Tales argumentos fueron el centro de campañas mediáticas e intervenciones públicas denunciadas por el gobierno.
Morales y otros miembros del ejecutivo los calificaron de calumnias y mentiras divorciadas de lo reflejado en la nueva ley Suprema.
Corresponde a los bolivianos procesar en esta jornada toda la avalancha informativa recibida en los últimos meses, de modo que puedan ejercer un voto responsable.
Las pocas encuestas realizadas otorgan al sí un triunfo con más del 65 por ciento de las papeletas, mientras al no le atribuyen un 31 por ciento.
Casi cuatro millones de bolivianos habilitados para votar viven hoy una jornada de reflexión, a sólo 24 horas del referendo que por primera vez les brinda la oportunidad de aprobar o rechazar una Constitución.
Ante ellos está la opción de consolidar el cambio emprendido en enero de 2006 por el Movimiento al Socialismo, o la de mantener un estatus calificado de excluyente por campesinos obreros, mujeres e indígenas.
La Corte Nacional Electoral (CNE) dio por terminadas este jueves las campañas proselitistas de una y otra parte, por lo que corresponde a cada ciudadano analizar su postura de cara a la consulta.
De acuerdo con el presidente de la entidad rectora del proceso, José Luis Exeni, la aspiración es constatar un sufragio consciente, alejado de consignas y presiones.
En aras de alcanzar dicho empeño, la CNE realizó múltiples acciones, entre ellas la divulgación del texto y su comparación con el vigente, explicó a Prensa Latina.
Según el sociólogo y ex prefecto de Cochabamba Rafael Puente, es momento de releer la nueva Carta Magna para convencerse de sus virtudes.
Háganlo por favor, en realidad no encontrarán en la misma un solo artículo encaminado a perjudicar a los bolivianos, dijo en declaraciones al canal 7 el otrora sacerdote.
Por su parte, el presidente Evo Morales convocó a utilizar las pocas horas restantes para conversar con familiares y amigos en torno a los beneficios del proyecto.
La madre del portavoz del Poder Ejecutivo, Iván Canelas, utiliza el teléfono con tal fin, ilustró de manera jocosa durante una reciente concentración en Oruro.
Morales considera la cita en las urnas una ocasión irrepetible de fortalecer la Revolución, y en ese sentido insta a la personas a reflexionar sobre lo que está en juego. Decir sí a la Constitución es decir sí al bono Juancito Pinto contra la deserción escolar, a la renta dignidad para los ancianos, al respeto de los derechos humanos y al acceso universal a los servicios básicos, advirtió varias veces.
También consideró un asunto de soberanía el respaldo al texto.
De aprobarse, estaríamos ratificando el control de nuestros recursos naturales y la prohibición de acoger bases militares extranjeras en el territorio nacional, dijo.
Mientras, los detractores de la Carta Magna apelan igualmente a la conciencia ciudadana.
Para los prefectos de la llamada Media Luna ampliada (departamentos de Santa Cruz, Beni, Tarija y Chuquisaca), el pueblo debe rechazarla por su supuesto contenido anti-religioso.
Rubén Costas, Ernesto Suárez, Mario Cossío y Savina Cuellar, por se orden, además acusan al proyecto de enemigo de las autonomías y de la propiedad privada.
Tales argumentos fueron el centro de campañas mediáticas e intervenciones públicas denunciadas por el gobierno.
Morales y otros miembros del ejecutivo los calificaron de calumnias y mentiras divorciadas de lo reflejado en la nueva ley Suprema.
Corresponde a los bolivianos procesar en esta jornada toda la avalancha informativa recibida en los últimos meses, de modo que puedan ejercer un voto responsable.
Las pocas encuestas realizadas otorgan al sí un triunfo con más del 65 por ciento de las papeletas, mientras al no le atribuyen un 31 por ciento.
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