Índice Político / Francisco Rodríguez
CORRÍAN LOS ÚLTIMOS días de septiembre. Hace no más de 40 días. El impulsor de un nuevo partido político recibió en sus oficinas a un enviado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). A cambio de 10 millones de dólares –aquellos que todavía cotizaban a 10 pesos por unidad-- que tendría que entregar 24 horas después, su Asociación Política Nacional recibiría el ascenso o up grade y, en el primer año, gracias a las prerrogativas, podría recuperar su "inversión".
Tal enviado fue puesto de patitas en la calle. El promotor del nuevo partido dice ahora estar dispuesto a gastar la misma cantidad con la que pretendían chantajearlo, pero en un tribunal internacional, pues sabe de antemano que más temprano que tarde va a ganar.
Este ejemplo de venalidad entre los magistrados del TEPJF no es nuevo ni mucho menos aislado.
Ya en este espacio le he comentado un par de casos de corrupción en este Tribunal, si bien ambos se dieron durante la gestión de sus anteriores integrantes.
Uno de ellos, en el cual uno de los magistrados, junto con sus hijos dedicados a la abogacía, pedían 50 millones de pesos a Roberto Madrazo Pintado a cambio de no multar al PRI con un mil millones de pesos –pagados en abonos chiquitos--, por aquél escándalo que todos conocimos como Pemexgate. No se llegó al "arreglo" porque aún Madrazo –quien ha sido conocido por su prodigalidad en gastos oscuros-- dudaba que el TEPJF pudiera dar una maroma de tal suerte, que lo enfrentaría a Vicente Fox, por una cantidad que, millonaria y todo, no le garantizaba un fallo favorable.
Otro caso –que además me consta, por haber sido llamado para servir de intermediario--, el de un millón de dólares, que una ciudadana que había iniciado un juicio en defensa de sus derechos políticos, debía depositar en una cuenta escrow, en un banco texano, a cambio de que se le reconociera aquello a lo que evidentemente tenía derecho. Como la afectada se negara a pagar, el mismo magistrado acudió a la contraparte y, por una cantidad aún mayor, torció el fallo final que favoreció a quienes actuaban en contra de la ley.
Mafia política, en efecto. Pero no sólo por las razones que en su calificativo enumera el señor Andrés Manuel López Obrador, también por las prácticas corruptas de algunos, ojala y no la mayoría, de los integrantes del TEPJF.
A este respecto, el ciudadano José Luis Amador, quien varias veces ha sido víctima de absurdos fallos de ese tribunal, envía un correo electrónico, cuyo título es "El pago a los favores". Se lo comparto:
"No encuentro otra forma de explicar la aberrante sentencia del TRIFE al Juicio para la Protección de los Derechos Político-Electorales del Ciudadano interpuesto por Jesús Ortega Martínez y Alfonso Ramírez Cuellar sobre los cómputos de la my desaseada elección partidista perredista del día 16 de marzo de dos mil ocho…
"…Aberrante si consideramos el tiempo trascurrido desde la elección y por la clara intromisión del poder judicial a la vida interna de los partidos políticos.
"Sigo con la visión cada vez más clara de que el IFE y el TRIFE son órganos de control político del estado y nunca han sido, son o serán entes democráticos administrativo y judicial respectivamente."
Mafia. Órganos de control.
CORRÍAN LOS ÚLTIMOS días de septiembre. Hace no más de 40 días. El impulsor de un nuevo partido político recibió en sus oficinas a un enviado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). A cambio de 10 millones de dólares –aquellos que todavía cotizaban a 10 pesos por unidad-- que tendría que entregar 24 horas después, su Asociación Política Nacional recibiría el ascenso o up grade y, en el primer año, gracias a las prerrogativas, podría recuperar su "inversión".
Tal enviado fue puesto de patitas en la calle. El promotor del nuevo partido dice ahora estar dispuesto a gastar la misma cantidad con la que pretendían chantajearlo, pero en un tribunal internacional, pues sabe de antemano que más temprano que tarde va a ganar.
Este ejemplo de venalidad entre los magistrados del TEPJF no es nuevo ni mucho menos aislado.
Ya en este espacio le he comentado un par de casos de corrupción en este Tribunal, si bien ambos se dieron durante la gestión de sus anteriores integrantes.
Uno de ellos, en el cual uno de los magistrados, junto con sus hijos dedicados a la abogacía, pedían 50 millones de pesos a Roberto Madrazo Pintado a cambio de no multar al PRI con un mil millones de pesos –pagados en abonos chiquitos--, por aquél escándalo que todos conocimos como Pemexgate. No se llegó al "arreglo" porque aún Madrazo –quien ha sido conocido por su prodigalidad en gastos oscuros-- dudaba que el TEPJF pudiera dar una maroma de tal suerte, que lo enfrentaría a Vicente Fox, por una cantidad que, millonaria y todo, no le garantizaba un fallo favorable.
Otro caso –que además me consta, por haber sido llamado para servir de intermediario--, el de un millón de dólares, que una ciudadana que había iniciado un juicio en defensa de sus derechos políticos, debía depositar en una cuenta escrow, en un banco texano, a cambio de que se le reconociera aquello a lo que evidentemente tenía derecho. Como la afectada se negara a pagar, el mismo magistrado acudió a la contraparte y, por una cantidad aún mayor, torció el fallo final que favoreció a quienes actuaban en contra de la ley.
Mafia política, en efecto. Pero no sólo por las razones que en su calificativo enumera el señor Andrés Manuel López Obrador, también por las prácticas corruptas de algunos, ojala y no la mayoría, de los integrantes del TEPJF.
A este respecto, el ciudadano José Luis Amador, quien varias veces ha sido víctima de absurdos fallos de ese tribunal, envía un correo electrónico, cuyo título es "El pago a los favores". Se lo comparto:
"No encuentro otra forma de explicar la aberrante sentencia del TRIFE al Juicio para la Protección de los Derechos Político-Electorales del Ciudadano interpuesto por Jesús Ortega Martínez y Alfonso Ramírez Cuellar sobre los cómputos de la my desaseada elección partidista perredista del día 16 de marzo de dos mil ocho…
"…Aberrante si consideramos el tiempo trascurrido desde la elección y por la clara intromisión del poder judicial a la vida interna de los partidos políticos.
"Sigo con la visión cada vez más clara de que el IFE y el TRIFE son órganos de control político del estado y nunca han sido, son o serán entes democráticos administrativo y judicial respectivamente."
Mafia. Órganos de control.
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