Mario Di Costanzo Armenta
Durante la madrugada del pasado jueves se aprobó en la Cámara de Diputados, con más de 400 votos a favor, el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2009.
Para ello, entre el domingo y el lunes previos al “jueves de gloria” los diputados de todos los partidos políticos hicieron largas colas en la oficina del príncipe Carstens y condicionaron la entrega de su voto en favor del progreso y la modernidad a las “migajas” que este don Juan les pudiera otorgar, en un acto de patriotismo y compromiso con la nación.
Estas “migajas” permiten que los diputados que le dan el sí al príncipe puedan regresar a sus distritos celebrando que han conseguido para sus comunidades una carretera, alguna pequeña obra pública o bien algún programa social que les facilitará, en los próximos comicios electorales, alcanzar una alcaldía, una diputación local o cualquier otro puesto que les permita, paradójicamente, seguir viviendo del presupuesto público.
Sin embargo, ya sea porque eran de noche estas reuniones o bien porque se “daban” en lo oscurito, o simplemente porque ya no le “querían mover al asunto”, los señores legisladores aprobaron un gasto de cuando menos 130 mil millones de pesos para otorgar un supuesto subsidio a la gasolina, que ya no existe, y que le permitirá a don Agustín Carstens contar con 130 mil millones de pesos que podrá gastar como le venga en gana.
Y señalo lo anterior porque, de acuerdo con información de la Administración de Información de Energía de Estados Unidos (EIA), durante noviembre del presente año los precios de la gasolina Magna registrados en México superaron a los observados para la gasolina “regular” en el estado de Texas y fueron prácticamente iguales al precio promedio de este energético en el resto de Estados Unidos.
Lo anterior obedece a la combinación de dos factores. El primero, el incremento de 7.85 por ciento acumulado en lo que va del año para la gasolina Magna. El segundo, la disminución del precio de la gasolina “regular” durante las últimas semanas en Estados Unidos como consecuencia de la disminución en el precio internacional del petróleo. De esta manera, mientras que en nuestro país el precio de la gasolina Magna pasó de 7.03 pesos por litro en el mes de enero del presente año a 7.56 pesos por litro para el mes de noviembre, en Estados Unidos el precio de la gasolina “regular” que se expende en Texas pasó del equivalente a 8.47 pesos por litro en enero de este año a 7.01 pesos por litro para lo que va de noviembre.
Lo anterior cobra relevancia ya que, de acuerdo a don Agustín Carstens, los incrementos observados en los precios de las gasolinas al menos durante lo que va del año han tenido como objetivo “reducir el subsidio” a este energético que se vio incrementado por los altos precios del petróleo en los mercados internacionales.
Sin embargo, de mantenerse el comportamiento del mercado mundial de petróleo, es decir, de mantenerse los precios del crudo entre 40 y 50 dólares por barril y por consiguiente esto se refleje en los precios internacionales de la gasolina, es claro que el famoso subsidio desaparecerá, dejando un excedente para las finanzas públicas de 130 mil millones de pesos, que no fue reasignado en el Presupuesto para 2009.
Cabe señalar que ésta es tan sólo una de las razones que llevaron a 44 diputados a votar en contra del Presupuesto, argumentando que esos 130 mil millones de pesos que estaban “sobrando” cuando menos debían utilizarse para apoyar las propuestas realizadas por Andrés Manuel López Obrador y que tenían como objetivo fortalecer proyectos muy específicos en materia de producción agrícola, empleo, desarrollo de infraestructura, así como de apoyo social y de protección al salario y a los ahorros de los trabajadores.
Desde luego, no debe soslayarse la importancia de lo anterior, ya que esos 130 mil millones de pesos representan casi el doble del total que se reasignó como resultado de la “exitosa negociación del Presupuesto 2009”.
Con estos recursos pudo haberse apoyado el congelamiento de los precios de la canasta básica; los ahorros perdidos de los trabajadores en las Afore; la construcción de carreteras en más de 100 cabeceras municipales que hoy se encuentran prácticamente incomunicadas; el desarrollo de servicios públicos para municipios pobres y colonias marginadas de las ciudades; los subsidios a los fertilizantes… En fin, una serie de proyectos que no sólo beneficiarían a la gente, sino que contribuirían al crecimiento económico y al empleo.
Por ello, sin temor a equivocarnos, podemos concluir que durante la discusión y aprobación del Presupuesto para 2009, al menos 400 diputados cuidaron y se conformaron con los centavos y se olvidaron y descuidaron los pesos.
Por ello digo que actuaron como conejos viejos: misteriosos por las reuniones en lo oscurito, y dejos, por lo que dejaron escapar.
Sin embargo, dicen que la vida siempre da una segunda oportunidad. Luego entonces, los señores legisladores deberían de exigir que, en virtud de que ya se aprobó tanto en la Ley de Ingresos como en el Presupuesto de Gasto un “subsidio” que no va a ser necesario, pues entonces este “subsidio” debe ser utilizado para bajar el precio de las gasolinas y el diesel, cuando menos al nivel que estos combustibles registraron durante el pasado mes de junio, para que dicho precio se mantenga vigente a lo largo del próximo año.
Durante la madrugada del pasado jueves se aprobó en la Cámara de Diputados, con más de 400 votos a favor, el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2009.
Para ello, entre el domingo y el lunes previos al “jueves de gloria” los diputados de todos los partidos políticos hicieron largas colas en la oficina del príncipe Carstens y condicionaron la entrega de su voto en favor del progreso y la modernidad a las “migajas” que este don Juan les pudiera otorgar, en un acto de patriotismo y compromiso con la nación.
Estas “migajas” permiten que los diputados que le dan el sí al príncipe puedan regresar a sus distritos celebrando que han conseguido para sus comunidades una carretera, alguna pequeña obra pública o bien algún programa social que les facilitará, en los próximos comicios electorales, alcanzar una alcaldía, una diputación local o cualquier otro puesto que les permita, paradójicamente, seguir viviendo del presupuesto público.
Sin embargo, ya sea porque eran de noche estas reuniones o bien porque se “daban” en lo oscurito, o simplemente porque ya no le “querían mover al asunto”, los señores legisladores aprobaron un gasto de cuando menos 130 mil millones de pesos para otorgar un supuesto subsidio a la gasolina, que ya no existe, y que le permitirá a don Agustín Carstens contar con 130 mil millones de pesos que podrá gastar como le venga en gana.
Y señalo lo anterior porque, de acuerdo con información de la Administración de Información de Energía de Estados Unidos (EIA), durante noviembre del presente año los precios de la gasolina Magna registrados en México superaron a los observados para la gasolina “regular” en el estado de Texas y fueron prácticamente iguales al precio promedio de este energético en el resto de Estados Unidos.
Lo anterior obedece a la combinación de dos factores. El primero, el incremento de 7.85 por ciento acumulado en lo que va del año para la gasolina Magna. El segundo, la disminución del precio de la gasolina “regular” durante las últimas semanas en Estados Unidos como consecuencia de la disminución en el precio internacional del petróleo. De esta manera, mientras que en nuestro país el precio de la gasolina Magna pasó de 7.03 pesos por litro en el mes de enero del presente año a 7.56 pesos por litro para el mes de noviembre, en Estados Unidos el precio de la gasolina “regular” que se expende en Texas pasó del equivalente a 8.47 pesos por litro en enero de este año a 7.01 pesos por litro para lo que va de noviembre.
Lo anterior cobra relevancia ya que, de acuerdo a don Agustín Carstens, los incrementos observados en los precios de las gasolinas al menos durante lo que va del año han tenido como objetivo “reducir el subsidio” a este energético que se vio incrementado por los altos precios del petróleo en los mercados internacionales.
Sin embargo, de mantenerse el comportamiento del mercado mundial de petróleo, es decir, de mantenerse los precios del crudo entre 40 y 50 dólares por barril y por consiguiente esto se refleje en los precios internacionales de la gasolina, es claro que el famoso subsidio desaparecerá, dejando un excedente para las finanzas públicas de 130 mil millones de pesos, que no fue reasignado en el Presupuesto para 2009.
Cabe señalar que ésta es tan sólo una de las razones que llevaron a 44 diputados a votar en contra del Presupuesto, argumentando que esos 130 mil millones de pesos que estaban “sobrando” cuando menos debían utilizarse para apoyar las propuestas realizadas por Andrés Manuel López Obrador y que tenían como objetivo fortalecer proyectos muy específicos en materia de producción agrícola, empleo, desarrollo de infraestructura, así como de apoyo social y de protección al salario y a los ahorros de los trabajadores.
Desde luego, no debe soslayarse la importancia de lo anterior, ya que esos 130 mil millones de pesos representan casi el doble del total que se reasignó como resultado de la “exitosa negociación del Presupuesto 2009”.
Con estos recursos pudo haberse apoyado el congelamiento de los precios de la canasta básica; los ahorros perdidos de los trabajadores en las Afore; la construcción de carreteras en más de 100 cabeceras municipales que hoy se encuentran prácticamente incomunicadas; el desarrollo de servicios públicos para municipios pobres y colonias marginadas de las ciudades; los subsidios a los fertilizantes… En fin, una serie de proyectos que no sólo beneficiarían a la gente, sino que contribuirían al crecimiento económico y al empleo.
Por ello, sin temor a equivocarnos, podemos concluir que durante la discusión y aprobación del Presupuesto para 2009, al menos 400 diputados cuidaron y se conformaron con los centavos y se olvidaron y descuidaron los pesos.
Por ello digo que actuaron como conejos viejos: misteriosos por las reuniones en lo oscurito, y dejos, por lo que dejaron escapar.
Sin embargo, dicen que la vida siempre da una segunda oportunidad. Luego entonces, los señores legisladores deberían de exigir que, en virtud de que ya se aprobó tanto en la Ley de Ingresos como en el Presupuesto de Gasto un “subsidio” que no va a ser necesario, pues entonces este “subsidio” debe ser utilizado para bajar el precio de las gasolinas y el diesel, cuando menos al nivel que estos combustibles registraron durante el pasado mes de junio, para que dicho precio se mantenga vigente a lo largo del próximo año.
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