Secresía ante Especuladores

Eduardo Ibarra Aguirre

Con “decisión y determinación” se enfrenta la crisis financiera, económica y sistémica global, asegura el maestro en economía por la Universidad de Harvard que encabeza al grupo gobernante. Otras voces, como la del periodista Jorge Meléndez Preciado , afirman que Felipe de Jesús Calderón Hinojosa no concluyó los estudios respectivos.

Con o sin maestría, con licenciatura en derecho y en economía, la “decisión y determinación” del jefe de Agustín Carstens Carstens brilla por su ausencia a la hora de afrontar a los que realizaron la tan despiadada como eficaz batida especulativa contra el peso. En 65 minutos del viernes 10, los especuladores devoraron 6 mil 400 millones de dólares de las reservas internacionales. O bien un total de 8 mil 900 millones de billetes verdes en 72 horas, lo que equivale al 10.6 por ciento de las reservas.

Consumado el atraco contra el peso, las autoridades hacendarias que encabeza el Doctor catarrito ( Carlos Fernández-Vega dixit ) tienen perfectamente ubicados los nombres de los grupos financieros extranjeros y nacionales que se beneficiaron. Además de que Carstens prometió desde Washington, donde deliberó con sus maestros del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, que “el gobierno actuará con energía para evitar la repetición de ese tipo de acciones”.

Actuación que todo indica será a futuro, pues lo “caido, caido”, a tono con la máxima de Calderón Hinojosa del “haiga sido como haiga sido” frente a los impugnadísimos resultados del 2 de julio de 2006. Y siempre y cuando la opinión pública y publicada no quite el dedo del renglón, pues como claramente se observa varios legisladores del Partido Acción Nacional trabajan para convencer de que se trata de “casos aislados”, justificar la ofensiva contra el peso no como especulación “sino una necesidad” de las compañías para afrontar sus compromisos, amén de que entró en acción el eficaz Anpri –sustituto del PRIAN desde 2000-- con la desactivación que hizo Charbel Jorge Estefan Chidiac para que no comparezca el súper secretario ante los diputados de la Comisión de Hacienda.

La secresía con que se conducen Carstens y Guillermo Ortiz Martínez , en este nuevo saqueo a las arcas nacionales por grupos financieros oligopólicos –semejante a la que aplica la jerarquía católica ante los curas pederastas y las narcolimosnas, entre múltiples asuntos--, no pareciera obedecer sólo a la “torpeza e irresponsabilidad” que la dirigencia perredista --formalmente encabezada por Guadalupe Acosta Naranjo -- atribuye a las autoridades financieras.

La conducta complaciente del gobierno federal obedece a que los beneficiarios de las acciones especulativas contra el peso, seguramente con información privilegiada de sus amigos en Los Pinos, forman parte básica del entramado de intereses empresariales y financieros que intervinieron abiertamente y bajo el nombre del Consejo Coordinador Empresarial para incidir en las urnas con el objetivo de trastocar la voluntad ciudadana, hace 27 meses y medio.

Es cierto, por otra parte, que ante la magnitud de la crisis hipotecaria mutada en financiera y ahora en económica, pero de naturaleza sistémica y en todo el orbe, el grupo gobernante y su jefe hicieron derroche de arrogancia y abulia, y actualmente de incompetencia. Explicables, acaso, porque como bien dicen los catalanes: Lo que natura no da, Salamanca no presta. Pero también por su origen faccioso y la ausencia de compromisos claros con la nación y sus intereses vitales.

Saqueados por enésima ocasión, pese al voluntarioso vaticinio hecho el 1 de septiembre de 1982 por José López Portillo y Pacheco , las mayorías nacionales que pagarán las consecuencias de la voracidad especulativa de algunos de los 39 dueños de México, tienen derecho pleno a saber los nombres de los beneficiarios.

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