México, 13 oct (PL) Las posiciones dispares en torno al futuro de la industria petrolera vuelven hoy a marcar la tónica de las discusiones en el Senado mexicano, a escasas horas de haberse concluido el anteproyecto de dictamen de la reforma energética.
Representantes del opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la cámara alta mostraron su desacuerdo con la votación esta semana de las leyes alusivas a la transformación de Petróleos Mexicanos (PEMEX).
Hay muchos asuntos pendientes, incluidos algunos de fondo como los contratos, comentó el senador del PRD Pablo Gómez, quien consideró que aún se requiere tiempo, “no para fijar posiciones, sino para cambiar posiciones”.
Sin embargo, la bancada del gubernamental Partido Acción Nacional, interesada en acelerar la aprobación de la reforma, apuesta en esta oportunidad a la evidente desunión de los perredistas en el escenario político nacional y al espaldarazo que ha recibido de los partidos Revolucionario Institucional y Verde Ecologista.
Sobre el anteproyecto de dictamen de la reforma energética en el Senado, el especialista Mario di Costanzo advirtió que la puerta para la privatización de PEMEX quedó abierta, criterio con el que coincidió el ex senador priísta Manuel Bartlett.
Se ha negociado a espaldas del pueblo acerca de algo tan decisivo para el futuro de México, opinó Bartlett, quien manifestó que la intención es aprobar la desnacionalización de la industria del crudo por la vía fast track.
Mientras, diferentes intereses partidarios forcejean en el recinto senatorial sobre un tema que es estratégico para el país y en el que la izquierda mexicana ha llamado a no desconocer la voluntad popular contraria a la privatización del petróleo, expresada en los plebiscitos de julio y agosto últimos.
Representantes del opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la cámara alta mostraron su desacuerdo con la votación esta semana de las leyes alusivas a la transformación de Petróleos Mexicanos (PEMEX).
Hay muchos asuntos pendientes, incluidos algunos de fondo como los contratos, comentó el senador del PRD Pablo Gómez, quien consideró que aún se requiere tiempo, “no para fijar posiciones, sino para cambiar posiciones”.
Sin embargo, la bancada del gubernamental Partido Acción Nacional, interesada en acelerar la aprobación de la reforma, apuesta en esta oportunidad a la evidente desunión de los perredistas en el escenario político nacional y al espaldarazo que ha recibido de los partidos Revolucionario Institucional y Verde Ecologista.
Sobre el anteproyecto de dictamen de la reforma energética en el Senado, el especialista Mario di Costanzo advirtió que la puerta para la privatización de PEMEX quedó abierta, criterio con el que coincidió el ex senador priísta Manuel Bartlett.
Se ha negociado a espaldas del pueblo acerca de algo tan decisivo para el futuro de México, opinó Bartlett, quien manifestó que la intención es aprobar la desnacionalización de la industria del crudo por la vía fast track.
Mientras, diferentes intereses partidarios forcejean en el recinto senatorial sobre un tema que es estratégico para el país y en el que la izquierda mexicana ha llamado a no desconocer la voluntad popular contraria a la privatización del petróleo, expresada en los plebiscitos de julio y agosto últimos.
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