Taller de Economía Social y Políticas Públicas*
No mientas dijo el mentiroso,
buena suerte dijo el gafe (aguafiestas) ,
ocúpate del alma dijo el gordo vendedor de carne,
pruébame dijo el veneno, ámame como odian los amantes.
Joaquín Sabina.
La economía mexicana se caracteriza por estar plagada de pequeños negocios donde laboran no más de 10 personas, las llamadas PyMES –pequeñas y medianas empresas-, son las que proporcionan la mayor parte del empleo de la población. En el otro extremo de la economía se ubican las grandes empresas y sus corporativos, entre éstas: Pemex , Wal Mart y el emporio de Carlos Slim. Se cree, erróneamente, que Wal Mart es la empresa privada que más trabajadores tiene en México. Inclusive el periódico Reforma , el 17 de junio pasado, publicó una nota donde afirmaba que Wal Mart con 160 mil empleos tenía una nómina superior a la de Pemex . En realidad Pemex reconoce como trabajadores de la paraestatal a más de 251 mil personas, a las cuales se les deben sumar los trabajadores por honorarios y los empleados de las empresas contratistas y, entonces, el universo de personas debe ser superior a los 300 mil trabajadores.
Resulta claro que en México la empresa con mayor número de trabajadores es Pemex . El error contenido en Reforma es por no considerar a todas las subsidiarias de Pemex ( Pemex corporativo, refinación, exploración y producción, y petroquímica). Además, debemos aclarar que los salarios pagados por Wal Mart no superan los $2,600.00 pesos mensuales, en promedio, esta cifra la reporta un investigador de la UAM Iztapalapa ; sin duda en Pemex las percepciones promedio de un trabajador, así como su productividad, son muy superiores.
Existe en nuestro país un tercer gran empleador; Carlos Slim Helú y familia: Samborns, Grupo Domit, América Móvil –telcel-, Telmex, Grupo Carso , etc. Al sumar todas las empresas bajo su dominio, se obtiene que la plantilla laboral correspondiente suma aproximadamente 220 mil trabajadores, los cuáles laboran en sus empresas. Es decir, Carlos Slim tiene trabajando a muchos más mexicanos que Wal Mart , desde luego las condiciones deplorables de trabajo se asemejan, sobre todo en el sector comercio y servicios del emporio Slim.
¿Pero cuáles son las consecuencias de mantener enormes franjas de la población trabajando en Wal Mart o con Carlos Slim? La respuesta más evidente es que esta situación genera una transferencia de riqueza desde la clase trabajadora hacia unas pocas personas. En esta injusta ecuación de mientras más pobreza de los trabajadores mayor riqueza de la corporación. Ahí tenemos a Carlos Slim y a la familia Walton dueña de Walt Mart , en las listas de las personas con mayor riqueza en el mundo, además cada año su riqueza aumenta a tasas nada despreciables.
Otra de sus consecuencias es el que la mayor parte de los trabajadores empleados por estas empresas desarrollan sus actividades laborales en el sector servicios, lo que se traduce en un bajo crecimiento del país, ya que lo que sucede con los servicios es que son procesos de una muy baja productividad o baja creación de valor, siendo productos que se transfieren o se consumen en el mismo momento en que son creados, es por ello que los productos de la agricultura y la manufactura tienen una productividad más alta en términos del capital, porque generan más plusvalía, es decir, generan más trabajo no pagado, que al final del día es lo que hace crecer al capital. Por lo tanto, no es ni siquiera un alivio escuchar que estas grandes empresas privadas pudieran crear más puestos de trabajo, siendo que se caracterizan por pagar mínimos salarios; es necesario que sus inversiones permitan desarrollar las habilidades de nuestra población en actividades mucho más productivas.
¿Existe evidencia de que habría pronto más puestos de trabajo de mayor productividad? ¿Acaso la política social de México está permitiendo crear capacidades más productivas en nuestra población, especialmente en la de menores ingresos? Santiago Levy ofrece algunas respuestas a estas preguntas, recordemos que él fue Director del IMSS –en el sexenio pasado-, y uno de los creadores del programa Progresa y Oportunidades, actualmente trabaja para el Banco Interamericano de Desarrollo y hace aproximadamente un mes publicó en Estados Unidos un libro en Inglés llamado Buenas intenciones y malos resultados: Política social, informalidad y crecimiento económico en México.
Conozcamos un poco los planteamientos de Santiago Levy: …“la política social del gobierno mexicano ha consistido en transferir recursos a la población, a la par la economía mexicana no ha creado un número suficiente de puestos de trabajo que valgan la pena, por ejemplo que ofrezcan derechohabiencia al IMSS; por lo cual cada año la Secretaria de Hacienda canaliza más recursos a los programas sociales para atender las necesidades básicas de la población empobrecida del país”. En este contexto, Santiago Levy prevé que se mantendrá un bajo crecimiento económico al persistir los empleos de baja productividad y que además no brindan acceso a la seguridad social, tal y como se ha observado en más de dos décadas.
Es de llamar la atención que un ex funcionario del gobierno federal afirme que no importa cuánto hayan crecido las transferencias a los programas sociales de combate a la pobreza si el modelo económico no genera crecimiento y, por lo tanto, prevalezcan los bajos ingresos para la mayor parte de la población. Lo que sí se observa es una mayor concentración de la riqueza en personas como Carlos Slim; un crecimiento desmedido de empresas como Wal Mart que no significan, ni de cerca, una oportunidad de trabajo; y, bajo la situación actual de alta inflación, el empobrecimiento de la población sigue avanzando.
La acumulación del capital, como hemos observado en otros períodos, no se detiene, ni a costa de la ruina de la pequeña empresa, ni del empobrecimiento general de la población; el ansia de la ganancia es lo que impulsa a la competencia y al desarrollo económico; por eso hablar de tasas de crecimiento del empleo o de la producción, sin referir el estado general de los trabajadores, puede llevarnos a erróneas ideas, como las expresadas en relación a Carlos Slim, o Walt Mart , que sin duda son exitosos por la cantidad de riqueza acumulada, pero que no la comparten con quienes la hacen posible: los trabajadores.
*Facultad de Economía de la UNAM.
No mientas dijo el mentiroso,
buena suerte dijo el gafe (aguafiestas) ,
ocúpate del alma dijo el gordo vendedor de carne,
pruébame dijo el veneno, ámame como odian los amantes.
Joaquín Sabina.
La economía mexicana se caracteriza por estar plagada de pequeños negocios donde laboran no más de 10 personas, las llamadas PyMES –pequeñas y medianas empresas-, son las que proporcionan la mayor parte del empleo de la población. En el otro extremo de la economía se ubican las grandes empresas y sus corporativos, entre éstas: Pemex , Wal Mart y el emporio de Carlos Slim. Se cree, erróneamente, que Wal Mart es la empresa privada que más trabajadores tiene en México. Inclusive el periódico Reforma , el 17 de junio pasado, publicó una nota donde afirmaba que Wal Mart con 160 mil empleos tenía una nómina superior a la de Pemex . En realidad Pemex reconoce como trabajadores de la paraestatal a más de 251 mil personas, a las cuales se les deben sumar los trabajadores por honorarios y los empleados de las empresas contratistas y, entonces, el universo de personas debe ser superior a los 300 mil trabajadores.
Resulta claro que en México la empresa con mayor número de trabajadores es Pemex . El error contenido en Reforma es por no considerar a todas las subsidiarias de Pemex ( Pemex corporativo, refinación, exploración y producción, y petroquímica). Además, debemos aclarar que los salarios pagados por Wal Mart no superan los $2,600.00 pesos mensuales, en promedio, esta cifra la reporta un investigador de la UAM Iztapalapa ; sin duda en Pemex las percepciones promedio de un trabajador, así como su productividad, son muy superiores.
Existe en nuestro país un tercer gran empleador; Carlos Slim Helú y familia: Samborns, Grupo Domit, América Móvil –telcel-, Telmex, Grupo Carso , etc. Al sumar todas las empresas bajo su dominio, se obtiene que la plantilla laboral correspondiente suma aproximadamente 220 mil trabajadores, los cuáles laboran en sus empresas. Es decir, Carlos Slim tiene trabajando a muchos más mexicanos que Wal Mart , desde luego las condiciones deplorables de trabajo se asemejan, sobre todo en el sector comercio y servicios del emporio Slim.
¿Pero cuáles son las consecuencias de mantener enormes franjas de la población trabajando en Wal Mart o con Carlos Slim? La respuesta más evidente es que esta situación genera una transferencia de riqueza desde la clase trabajadora hacia unas pocas personas. En esta injusta ecuación de mientras más pobreza de los trabajadores mayor riqueza de la corporación. Ahí tenemos a Carlos Slim y a la familia Walton dueña de Walt Mart , en las listas de las personas con mayor riqueza en el mundo, además cada año su riqueza aumenta a tasas nada despreciables.
Otra de sus consecuencias es el que la mayor parte de los trabajadores empleados por estas empresas desarrollan sus actividades laborales en el sector servicios, lo que se traduce en un bajo crecimiento del país, ya que lo que sucede con los servicios es que son procesos de una muy baja productividad o baja creación de valor, siendo productos que se transfieren o se consumen en el mismo momento en que son creados, es por ello que los productos de la agricultura y la manufactura tienen una productividad más alta en términos del capital, porque generan más plusvalía, es decir, generan más trabajo no pagado, que al final del día es lo que hace crecer al capital. Por lo tanto, no es ni siquiera un alivio escuchar que estas grandes empresas privadas pudieran crear más puestos de trabajo, siendo que se caracterizan por pagar mínimos salarios; es necesario que sus inversiones permitan desarrollar las habilidades de nuestra población en actividades mucho más productivas.
¿Existe evidencia de que habría pronto más puestos de trabajo de mayor productividad? ¿Acaso la política social de México está permitiendo crear capacidades más productivas en nuestra población, especialmente en la de menores ingresos? Santiago Levy ofrece algunas respuestas a estas preguntas, recordemos que él fue Director del IMSS –en el sexenio pasado-, y uno de los creadores del programa Progresa y Oportunidades, actualmente trabaja para el Banco Interamericano de Desarrollo y hace aproximadamente un mes publicó en Estados Unidos un libro en Inglés llamado Buenas intenciones y malos resultados: Política social, informalidad y crecimiento económico en México.
Conozcamos un poco los planteamientos de Santiago Levy: …“la política social del gobierno mexicano ha consistido en transferir recursos a la población, a la par la economía mexicana no ha creado un número suficiente de puestos de trabajo que valgan la pena, por ejemplo que ofrezcan derechohabiencia al IMSS; por lo cual cada año la Secretaria de Hacienda canaliza más recursos a los programas sociales para atender las necesidades básicas de la población empobrecida del país”. En este contexto, Santiago Levy prevé que se mantendrá un bajo crecimiento económico al persistir los empleos de baja productividad y que además no brindan acceso a la seguridad social, tal y como se ha observado en más de dos décadas.
Es de llamar la atención que un ex funcionario del gobierno federal afirme que no importa cuánto hayan crecido las transferencias a los programas sociales de combate a la pobreza si el modelo económico no genera crecimiento y, por lo tanto, prevalezcan los bajos ingresos para la mayor parte de la población. Lo que sí se observa es una mayor concentración de la riqueza en personas como Carlos Slim; un crecimiento desmedido de empresas como Wal Mart que no significan, ni de cerca, una oportunidad de trabajo; y, bajo la situación actual de alta inflación, el empobrecimiento de la población sigue avanzando.
La acumulación del capital, como hemos observado en otros períodos, no se detiene, ni a costa de la ruina de la pequeña empresa, ni del empobrecimiento general de la población; el ansia de la ganancia es lo que impulsa a la competencia y al desarrollo económico; por eso hablar de tasas de crecimiento del empleo o de la producción, sin referir el estado general de los trabajadores, puede llevarnos a erróneas ideas, como las expresadas en relación a Carlos Slim, o Walt Mart , que sin duda son exitosos por la cantidad de riqueza acumulada, pero que no la comparten con quienes la hacen posible: los trabajadores.
*Facultad de Economía de la UNAM.
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