Otra vez AMLO

Nuevamente Andrés Manuel López Obrador es figura central en los medios. Lo ha sido de manera cíclica durante casi un lustro, lapso en el que se convirtió en punto de referencia, lo mismo para ser denostado que para recibir alabanzas. Provocador de odio o de idolatría, pocos medios y periodistas han logrado establecer una relación equilibrada, analítica, al margen de pasiones, con este político.

CICLOS MEDIÁTICOS

En 2005, con el episodio del “desafuero”; en 2006, con las campañas electorales y los “plantones” en las avenidas Juárez y Reforma; en 2007 con su gira por diferentes lugares del país como presidente legítimo; y en 2008 con su petición de espacios en los medios para “romper el cerco informativo”, y después con el “movimiento en defensa del petróleo”, López Obrador ha permanecido como protagonista de la política nacional para enojo de sus detractores y entusiasmo de sus partidarios.

En todos esos episodios el ex candidato presidencial del PRD ha dibujado ciclos cuyas características y trayectoria pueden identificarse fácilmente. Primero elige un conflicto relevante en la vida del país, lo convierte en bandera política, convoca a sus partidarios para envolverse en ella y “movilizarse” a través de la “resistencia civil”. Como las marchas, mítines o “asambleas informativas” organizados por el movimiento lopezobradorista continúan siendo masivas —hecho que provoca molestia entre los enemigos de AMLO—, los medios tienen que incluirlos en su agenda; la mayoría, sin embargo, coloca el acento en la opinión, que es generalmente negativa hacia López Obrador —a veces la información se mezcla con la opinión, a través de reporteros que “editorializan”— y, por lo tanto, el político tabasqueño pide espacios mediáticos para responder a las impugnaciones que recibe. Finalmente, como hay medios que prefieren criticar a López Obrador sin otorgarle derecho de réplica, éste se queja de “un cerco informativo” en su contra.

AMLO ha colocado en el debate sobre la deontología mediática un tema muy interesante: ¿en un país democrático los medios que en el ejercicio de su derecho a establecer la línea editorial que más les convenga deciden impugnar a un personaje político que actúa en el marco de la legalidad deben otorgarle espacios para que ejerza su derecho de réplica? Una postura ética y plural indicaría que sí. Pero no todos los medios lo entienden de esa manera.

UN NUEVO PERIPLO

Como en todos los ciclos, la atención que dan los medios a cada una de las recurrentes movilizaciones lopezobradoristas tiene un periodo de ascenso, un momento culminante y un lapso final en el que desciende hasta desaparecer en espera de que se abra un nuevo ciclo. Aparentemente el movimiento en defensa del petróleo empezará su periodo descendente la próxima semana cuando en la Cámara de Diputados se apruebe la “reforma petrolera” ya autorizada en el Senado. Si el lopezobradorismo consiguiera la inclusión de las “12 palabras” que en opinión de AMLO le faltan a esa reforma para no dejar resquicios a la privatización de Pemex, podrá festejar y elegir en la amplísima baraja de problemas nacionales alguno que le permita iniciar otro ciclo de movilizaciones. Si no se incluye la docena de palabras, AMLO podrá afirmar que el movimiento social encabezado por él “impidió el intento gubernamental de privatizar el petróleo”, pero llamará a sus partidarios para mantenerse atentos —es decir, listos para movilizarse— con el fin de impedir un nuevo intento en tal sentido.

Concluido el ciclo petrolero, la multiplicidad de conflictos que tiene México dará a López Obrador oportunidad de iniciar un nuevo periplo político-mediático. Ayer MILENIO publicó (p. 5) una frase sugerente de AMLO: “Vamos a seguir trabajando a favor de la gente y a exigir se congelen precios”. Tema perfecto para el nuevo ciclo. Luego vendrán otros hasta que en 2011 se inicie formalmente la carrera por la Presidencia.

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