Organización Cooperativa, Alternativa ante la Crisis Capitalista

Por Lila Sarai

Pese a que durante años el sistema capitalista nos ha hecho creer que es poderoso e invencible a través de sus distintas facetas y presentaciones, la realidad es que poco a poco se desmorona frente a los ojos de todo el mundo.

La actual crisis financiera por la que está pasando el mundo, y ante la que todos los inversionistas y mandatarios tiemblan tras bambalinas, refleja lo que desde años se está gestando no sólo en los mercados financieros sino en todos los aspectos de las sociedades del mundo

Nosotros, los que no tenemos inversiones en la bolsa o empresas que presenten pérdidas, vemos reflejada la crisis en el aumento de los precios de la leche, la tortilla, transporte público, impuestos y demás gastos cotidianos que provocarán no una pequeña pérdida en nuestros millones de pesos, sino de nuestro limitado margen de sobrevivencia en un mundo donde los que menos tienen son los más perjudicados.

¿Qué nos queda hacer ante los embates del capitalismo?

Como desde hace mucho tiempo y bajo el ejemplo ancestral de nuestras culturas prehispánicas, la organización colectiva y los procesos comerciales que trasciendan al simple monetarismo muestran que son la base del crecimiento económico, social, político y cultural de las comunidades.

Ejemplos como el trueque o el tequio hablan de que el cooperativismo no es una práctica neonata sino que tiene una base más que experimentada.

Actualmente, el trabajo cooperativista ha tenido una conformación más ‘formalizada', sobre todo en países latinoamericanos.

En algunas naciones ha tenido grandes avances, tanto que ya han constituido reformas a nivel legislaitvo o por lo menos transformaciones institucionales, tal es el caso de la creación del Departamento Administrativo Nacional de Cooperativas en Colombia (1998), la Coordinación Nacional de Economía Solidaria en Brasil (2002) o el importante apartado en la Constitución Bolivariana de 1999 en la que establece que el Estado Venezolano debe proteger y promover las cooperativas.

Con lo anterior podemos ver que si bien el cooperativismo como base de una economía social ha logrado reunir un basto cúmulo de experiencias dentro de los sectores mercantiles organizados, hasta ahora no ha conseguido compartirlas plenamente con otros sectores cooperativos.

A esto responde la necesidad de conocer y hablar de las experiencias de ‘los otros' dentro del sistema cooperativista para enriquecer y fortalecer la economía social.

2° Congreso Internacional Sobre Legislación y Políticas Públicas de Fomento Cooperativo

Bajo el planteamiento anterior, los días 16 y 17 de octubre se realizó el 2° Congreso Internacional Sobre Legislación y Políticas Públicas de Fomento Cooperativo en el Centro Internacional de Negocios Azcapotzalco convocado por diferentes organizaciones e instituciones como la Confederación Nacional de Cooperativas de Actividades Diversas de la República Mexicana (C.N.C. S.C. de R.L.), la Alianza Cooperativista Nacional (ALCONA), Sociedad Cooperativa Trabajadores de Pascual, Cooperativa Cruz Azul (S.C.L.), Universidad Autónoma de Chapingo (UACH), la Facultad de Economía de la UNAM , la Unión de Juristas de México, entre otros.

Durante el congreso se obtuvo un avance significativo en el intercambio de experiencias y en la evaluación crítica del fomento cooperativo en sus diferentes modalidades y aplicaciones. De igual modo se promovieron acuerdos y mecanismos de colaboración entre cooperativistas de diferentes partes del país y del mundo.

Hector Polino representante de Argentina, compartió con los asistentes las experiencias cooperativas desarrolladas en Argentina, las cuales se han convertido en parte importante no sólo de los cooperativistas, sino de las aportaciones del producto interno bruto (PIB) del país ya que no sólo copian los insumos sino que además los comercializan tanto en el mercado interno como el internacional.

Polino comenta que en Argentina hay desde cooperativas pesqueras, de semillas criollas y farmacéuticas hasta cooperativas de servicios públicos (energéticas, agua potable, etc.). El desarrollo del fomento cooperativo ha sido tal en esa nación que el 95% de la electrificación rural de Argentina fue realizada por asociados cooperativistas.

Axel Didriksson Takayanagui, Secretario de Educación del DF comentó que la educación debe conformarse como un aprendizaje colectivo de saberes, competencias y de construcción social mientras que el Director de la Facultad de Economía de la UNAM , Roberto Escalante, abordó el tema de la actual crisis financiera en donde dijo que estamos viendo de nueva cuenta cómo la crisis de insolvencia de los bancos para financiar procesos productivos va a provocar una disminución sustantiva en los mismos y aún peor, el riesgo (casi inminente) de entrar al juego de lo que denominó “economía del casino”, donde los Estados comienzan a apostar con dinero que no es el propio sino del erario público y lo pueden perder en un tiro de dados.

Cooperativismo Reconstructor de la Economía Social

Durante el desarrollo de las plenarias, las mesas de trabajo y las relatorías se llegaron a diferentes conclusiones, tal vez la más importante y que incluso pareciera evidente es la de que la organización cooperativa se perfila (y siempre se ha perfilado) como base de una economía fuerte, con vías a reestablecer el equilibrio económico que ha tratado de romper el sistema capitalista (y que lamentablemente ha logrado en muchos sectores).

Hay que voltear nuevamente a ver el cooperativismo como una alternativa en la que se toman los recursos al servicio de una mejor calidad de vida y no como la posibilidad de explotación que devasta esos insumos.

El cooperativista no sólo se forma en la práctica cotidiana sino que también es formador de nuevos cooperativistas a los que debe transmitir su experiencia y la concepción de que la economía social no es algo de bajo rendimiento que sólo sea para los ‘pobres' o que es una economía informal sino que el reto del cooperativismo en el mundo es organizar bajo el paradigma de la equidad social económica y de la repartición no de ganancias, sino de lo que cada uno contribuyó equitativamente para generar aquello que se produce.

¿No será eso parte de la justicia?

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