Alfredo Jalife-Rahme
La confiable publicación europea GEAB, no. 28 (16/10/08), de LEAP/E2020 –que ha sido la más acertada en sus pronósticos sobre el tsunami financiero estadounidense, en medio de la vulgar desinformación de los multimedia anglosajones diseñados para engañar a tantos tontos, neófitos y cándidos–, se arriesga a vaticinar la “bancarrota (¡supersic!) del gobierno de Estados Unidos (EEUU) antes del verano de 2009” con el fin de “evitar pagar a sus acreedores (tenedores de los Bonos del Tesoro y las acciones de Fannie Mae y Freddie Mac, etcétera)”, lo que afectará negativamente a quienes posean “activos en dólares”.
Durante este perturbador periodo el gobierno de EEUU instituirá un “nuevo dólar” (con el fin de “remediar el problema de la bancarrota y la masiva fuga inducida de capitales de EEUU”).
¿Será el clandestino amero mediante el cual EEUU garantizaría su emisión con los hidrocarburos de México y Canadá?
A juicio de GEAB, la “bancarrota” y la emisión del “nuevo dólar” (¿el amero?) serían resultado de cinco factores:
1. El alza artificial y antigravitatoria del dólar “es una consecuencia directa y efímera del colapso de los mercados bursátiles”. No lo dice GEAB, pero tal elevación insostenible, en vísperas de la elección presidencial en EEUU, ha servido a la “guerra financiera” global que el régimen torturador bushiano ha declarado al mundo para no desplomarse solo en su desgracia y que pretende llevarse entre las piernas a otras divisas competitivas, como el euro, y, con particular dedicatoria, al petróleo (el “síndrome Sansón”). Puntualicemos que, en este periodo de la ya inexorable decadencia y decrepitud de EU, sigue vigente la ecuación en la que el dólar y el petróleo cotizan en forma inversamente proporcional, como detectamos a partir de marzo de 2004 cuando afloró la catastrófica derrota militar de EEUU en Irak.
2. “El euro, gracias a su reciente bautizo político, se ha vuelto un refugio seguro y creíble de valor”, así como una “alternativa frente al dólar durante la crisis”. A nuestro juicio, aquí se desprende la feroz batalla, una “guerra financiera” que no se atreve a pronunciar su nombre, que se libra entre el dólar y el euro justamente para atraer los pletóricos capitales en búsqueda de una divisa segura –que paradójicamente no abunda en el planeta–, y que se han ido a refugiar al oro y a la plata que han mantenido relativamente confiable su cotización, en espera de su inminente disparo.
3. “La deuda pública de EEUU se ha hinchado en forma incontrolable”. A nuestro juicio y sin contar los “derivados financieros” virtuales y antigravitatorios que ascenderían a un cuatrillón, la deuda de EEUU es sencillamente impagable cuando sus “hogares” (constituidos por tres personas, de acuerdo con su usanza estadística), ingresan un promedio de 50 mil dólares al año y adeudan entre medio millón y un millón de dólares (dependiendo de quien realice los artilugios contables).
Cuando los países serios del mundo huyen de sus tenencias en dólares (con la excepción demencial del masoquista Banco de México, en la etapa aciaga del jihadista neoliberal Ortiz Martínez, especialista en dilapidar las reservas), el gobierno de EEUU enfrenta dos opciones: elevar considerablemente los impuestos (en particular, a su insolente e insolvente plutocracia especializada en evasión fiscal) y/o imprimir más papel chatarra (“el modelo Bernanke” y su célebre “helicóptero” desde donde lo distribuiría masivamente), lo que desembocaría en una hiperinflación y un mayor desplome del dólar, lo cual tendría como único efecto benéfico solventar su deuda que sería reducida a su mínima expresión. Quizá en la fase ulterior aparezca mágicamente el “nuevo dólar” (¿el amero?).
China ha descubierto el diabólico juego financiero bushiano que pretende desplomar el valor del “viejo dólar” para pagar menos deuda y exportar más: “EEUU continúa su objetivo de largo plazo de devaluar el dólar”, según un editorial del People’s Daily (7/10/08) que expresa que el “rescate Paulson sumerge al mundo entero en una ola fresca (sic) de crisis financieras” debido a la “inundación de papel dólar que forzará la inflación en los precios de las principales materias primas”, por lo que aconseja sabiamente la “unificación de los esfuerzos de los gobiernos para combatir la crisis financiera y empujar las reformas en los sistemas financiero y monetario internacionales con el fin de doblegar la hegemonía ejercida por los dólares en la economía mundial”. ¡De acuerdo!
4. “El colapso en curso de la economía real (sic) de EEUU previene encontrar una solución alternativa a su bancarrota”. Además del contagio global de la toxicidad de EEUU (el país más irresponsable del mundo), aquí radica, a nuestro juicio, el mayor escollo, por lo que urge instituir un “nuevo Bretton Woods” multipolar.
Y 5. “La única pregunta que queda es si EEUU sufrirá una fuerte inflación o una hiperinflación”.
GEAB pone en evidencia el “desacoplamiento” entre EEUU y “Eurolandia y el resto del mundo, que parecen determinados a ejercer sus propias opciones”. ¡Ojalá! Aventura el escenario de que “Eurolandia, Asia y los productores de petróleo, así como los ciudadanos de EEUU, descubrirán una mañana del verano de 2009 que, después de un largo fin de semana o un receso bancario en EEUU, sus Bonos del Tesoro y sus dólares solamente valen 10 por ciento (¡supersic!) de su valor debido a que un nuevo dólar ha sido impuesto”. Advierte contra la insanidad de invertir en EEUU en instrumentos en dólares, cuando la Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE, por sus siglas en inglés) revisó recientemente todos sus umbrales de circuitos electrónicos como resultado del colapso de las cotizaciones (NYSE/Euronext, 30/09/08).
Llama poderosamente la atención la coincidencia del recalentamiento del proyecto del amero: la divisa común tripartita entre EEUU, Canadá y México presuntamente acordada en forma secreta por Baby Bush, el premier Paul Martin y el locuaz Fox en Waco (Texas) el 23 de marzo de 2005, como extensión del TLCAN y el ASPAN (Drake Bennett, IHT, 25/11/07) –a los que habría que agregar la implementación de la Iniciativa Mérida (Plan Colombia) y el proyecto de incorporación de México al Comando Norte y a la Defensa Nuclear en el Espacio de América del Norte (NORAD, por sus siglas en inglés), con bendición calderonista-beltronista.
El diseño del amero fue realizado por Daniel Carr, mientras el polémico Hal Turner, anterior locutor de radio despedido de su puesto, asevera en un video público que el Departamento del Tesoro ha pasado a la etapa de acuñación masiva al grado de haber enviado algunas muestras a China (Youtube.com, 9/10/08).
¿Los hidrocarburos de México y Canadá para rescatar de su bancarrota a EEUU y a su “viejo dólar” mediante el amero?
La confiable publicación europea GEAB, no. 28 (16/10/08), de LEAP/E2020 –que ha sido la más acertada en sus pronósticos sobre el tsunami financiero estadounidense, en medio de la vulgar desinformación de los multimedia anglosajones diseñados para engañar a tantos tontos, neófitos y cándidos–, se arriesga a vaticinar la “bancarrota (¡supersic!) del gobierno de Estados Unidos (EEUU) antes del verano de 2009” con el fin de “evitar pagar a sus acreedores (tenedores de los Bonos del Tesoro y las acciones de Fannie Mae y Freddie Mac, etcétera)”, lo que afectará negativamente a quienes posean “activos en dólares”.
Durante este perturbador periodo el gobierno de EEUU instituirá un “nuevo dólar” (con el fin de “remediar el problema de la bancarrota y la masiva fuga inducida de capitales de EEUU”).
¿Será el clandestino amero mediante el cual EEUU garantizaría su emisión con los hidrocarburos de México y Canadá?
A juicio de GEAB, la “bancarrota” y la emisión del “nuevo dólar” (¿el amero?) serían resultado de cinco factores:
1. El alza artificial y antigravitatoria del dólar “es una consecuencia directa y efímera del colapso de los mercados bursátiles”. No lo dice GEAB, pero tal elevación insostenible, en vísperas de la elección presidencial en EEUU, ha servido a la “guerra financiera” global que el régimen torturador bushiano ha declarado al mundo para no desplomarse solo en su desgracia y que pretende llevarse entre las piernas a otras divisas competitivas, como el euro, y, con particular dedicatoria, al petróleo (el “síndrome Sansón”). Puntualicemos que, en este periodo de la ya inexorable decadencia y decrepitud de EU, sigue vigente la ecuación en la que el dólar y el petróleo cotizan en forma inversamente proporcional, como detectamos a partir de marzo de 2004 cuando afloró la catastrófica derrota militar de EEUU en Irak.
2. “El euro, gracias a su reciente bautizo político, se ha vuelto un refugio seguro y creíble de valor”, así como una “alternativa frente al dólar durante la crisis”. A nuestro juicio, aquí se desprende la feroz batalla, una “guerra financiera” que no se atreve a pronunciar su nombre, que se libra entre el dólar y el euro justamente para atraer los pletóricos capitales en búsqueda de una divisa segura –que paradójicamente no abunda en el planeta–, y que se han ido a refugiar al oro y a la plata que han mantenido relativamente confiable su cotización, en espera de su inminente disparo.
3. “La deuda pública de EEUU se ha hinchado en forma incontrolable”. A nuestro juicio y sin contar los “derivados financieros” virtuales y antigravitatorios que ascenderían a un cuatrillón, la deuda de EEUU es sencillamente impagable cuando sus “hogares” (constituidos por tres personas, de acuerdo con su usanza estadística), ingresan un promedio de 50 mil dólares al año y adeudan entre medio millón y un millón de dólares (dependiendo de quien realice los artilugios contables).
Cuando los países serios del mundo huyen de sus tenencias en dólares (con la excepción demencial del masoquista Banco de México, en la etapa aciaga del jihadista neoliberal Ortiz Martínez, especialista en dilapidar las reservas), el gobierno de EEUU enfrenta dos opciones: elevar considerablemente los impuestos (en particular, a su insolente e insolvente plutocracia especializada en evasión fiscal) y/o imprimir más papel chatarra (“el modelo Bernanke” y su célebre “helicóptero” desde donde lo distribuiría masivamente), lo que desembocaría en una hiperinflación y un mayor desplome del dólar, lo cual tendría como único efecto benéfico solventar su deuda que sería reducida a su mínima expresión. Quizá en la fase ulterior aparezca mágicamente el “nuevo dólar” (¿el amero?).
China ha descubierto el diabólico juego financiero bushiano que pretende desplomar el valor del “viejo dólar” para pagar menos deuda y exportar más: “EEUU continúa su objetivo de largo plazo de devaluar el dólar”, según un editorial del People’s Daily (7/10/08) que expresa que el “rescate Paulson sumerge al mundo entero en una ola fresca (sic) de crisis financieras” debido a la “inundación de papel dólar que forzará la inflación en los precios de las principales materias primas”, por lo que aconseja sabiamente la “unificación de los esfuerzos de los gobiernos para combatir la crisis financiera y empujar las reformas en los sistemas financiero y monetario internacionales con el fin de doblegar la hegemonía ejercida por los dólares en la economía mundial”. ¡De acuerdo!
4. “El colapso en curso de la economía real (sic) de EEUU previene encontrar una solución alternativa a su bancarrota”. Además del contagio global de la toxicidad de EEUU (el país más irresponsable del mundo), aquí radica, a nuestro juicio, el mayor escollo, por lo que urge instituir un “nuevo Bretton Woods” multipolar.
Y 5. “La única pregunta que queda es si EEUU sufrirá una fuerte inflación o una hiperinflación”.
GEAB pone en evidencia el “desacoplamiento” entre EEUU y “Eurolandia y el resto del mundo, que parecen determinados a ejercer sus propias opciones”. ¡Ojalá! Aventura el escenario de que “Eurolandia, Asia y los productores de petróleo, así como los ciudadanos de EEUU, descubrirán una mañana del verano de 2009 que, después de un largo fin de semana o un receso bancario en EEUU, sus Bonos del Tesoro y sus dólares solamente valen 10 por ciento (¡supersic!) de su valor debido a que un nuevo dólar ha sido impuesto”. Advierte contra la insanidad de invertir en EEUU en instrumentos en dólares, cuando la Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE, por sus siglas en inglés) revisó recientemente todos sus umbrales de circuitos electrónicos como resultado del colapso de las cotizaciones (NYSE/Euronext, 30/09/08).
Llama poderosamente la atención la coincidencia del recalentamiento del proyecto del amero: la divisa común tripartita entre EEUU, Canadá y México presuntamente acordada en forma secreta por Baby Bush, el premier Paul Martin y el locuaz Fox en Waco (Texas) el 23 de marzo de 2005, como extensión del TLCAN y el ASPAN (Drake Bennett, IHT, 25/11/07) –a los que habría que agregar la implementación de la Iniciativa Mérida (Plan Colombia) y el proyecto de incorporación de México al Comando Norte y a la Defensa Nuclear en el Espacio de América del Norte (NORAD, por sus siglas en inglés), con bendición calderonista-beltronista.
El diseño del amero fue realizado por Daniel Carr, mientras el polémico Hal Turner, anterior locutor de radio despedido de su puesto, asevera en un video público que el Departamento del Tesoro ha pasado a la etapa de acuñación masiva al grado de haber enviado algunas muestras a China (Youtube.com, 9/10/08).
¿Los hidrocarburos de México y Canadá para rescatar de su bancarrota a EEUU y a su “viejo dólar” mediante el amero?
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