Frivolidad del Gobierno

Eduardo Ibarra Aguirre

Seis días antes del lunes negro que estremeció a las bolsas y al sistema financiero global, colocó al peso arriba de los 12 por dólar, incrementó las dificultades de la mayoría de las 500 empresas mexicanas más grandes y estrechó el poder de compra de los consumidores, Gerardo Ruiz Esparza dio cátedra al país sobre los alcances y fines de la tarea gubernamental en el sexenio en curso, al sentenciar:

“Tomar medidas extraordinarias sería anticiparnos a algo que todavía no pasa. Si se toman medidas será hasta ver cuál es el impacto del sistema financiero americano ( sic ) en los bolsillos.”

El novel secretario de Economía por obra y gracia de su jefe y amigo Felipe de Jesús Calderón Hinojosa , de quien fue coordinador de Administración y Finanzas en la polémica campaña de 2006 y forma parte del círculo presidencial íntimo, no hizo más que aplicarse en darle continuidad a la línea inaugurada por Agustín Carstens Carstens . El súper secretario de Hacienda tras fungir como subdirector gerente del Fondo Monetario Internacional, sostuvo el 26 de septiembre la siguiente tesis hilarante de no mediar los grandes costos a pagar, como siempre por las mayorías nacionales, a las que presuntamente gobiernan:

“En el pasado a Estados Unidos le daba un catarro y a nosotros pulmonía. Hoy se puede decir lo inverso: a Estados Unidos le dio pulmonía y nosotros estamos con un catarro”.

Catarro seguramente es el desplome –el lunes negro -- de la mezcla mexicana de petróleo por abajo de los 80.3 dólares por barril, establecidos en la Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos para 2009, entregados hace justamente un mes por el Ejecutivo federal, por medio del frívolo pero costoso titular de Hacienda al Congreso.

No se diga la caída de las remesas en 12.6 por ciento con respecto a 2007, de acuerdo a los cálculos optimistas de Ernesto Cordero Arroyo , amigo y paisano de Calderón Hinojosa. La gripe mexicana provocará el retorno de 200 mil paisanos durante 2008, por el agudo desempleo estadounidense, si nos atenemos a las estimaciones de Javier Lozano Alarcón , frívolo sobresaliente en el grupo gobernante, pero muy serio y eficaz para defender los intereses patronales de los gigantes frente a cualquier exigencia de aumento salarial de emergencia o en defensa de la autonomía e independencia sindicales.

Cuando la tempestad por la crisis financiera y ahora también de confianza transita sus primeros y costosos días, es difícil localizar el país que el 30 de septiembre diagnosticaba el triunfalista titular de Hacienda: “Por el momento podemos afirmar que México está bien preparado para enfrentar esta situación inesperada en los mercados.”

Declaraciones irresponsables aparte --como si la nación les pagara por inyectarle el optimismo sin fundamento del michoacano de Morelia--, llegó la hora de afrontar la realidad, después del niño ahogado como siempre, y los frívolos funcionarios podrían empezar por leer y releer las conclusiones de Robert Bruce Zoellick , presidente del Banco Mundial, una de las instituciones clave del capitalismo salvaje, es decir: uno de los suyos, como una suerte de jefe y guía espiritual. “El sistema ya no funciona”, reconoció. Y llamó: “La cruda realidad es que los países en desarrollo deben preparase para una disminución del comercio, los flujos de capital, las remesas, la inversión interna, así como una desaceleración del crecimiento”.

Es de esperarse que las fuerzas políticas, los agentes económicos y sociales impulsen en el Congreso de la Unión un programa anticrisis, ahora que se debaten los criterios de política económica para 2009, pues como advierten legisladores: la SHCP no tiene claro el tamaño del ajuste y sacrifica las necesidades de las mayorías.

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