Finanzas Perniciosas para El Desarrollo

Taller de Economía Social y Políticas Públicas

Las grandes crisis económicas de la década de los 90' en México, Rusia y Brasil, así como la enorme quiebra que cada día va aumentando en Estados Unidos, tienen como factor común al Sistema Financiero . La explicación de cómo un problema específico en la economía se va generalizando a otros sectores o países se describe a partir de un efecto denominado multiplicador , el cual está fuertemente presente en el Sistema Financiero . El multiplicador describe las interacciones entre personas o empresas e indica como, la simple compra de un producto en el mercado, desencadena una serie de acciones económicas vinculadas, que finalmente magnifican la operación inicial.

Cuando una persona realiza una compra, se identifican dos procesos. El primero se presenta cuando el comprador adquiere la mercancía, lo que constituye una venta para la empresa; y el segundo se muestra cuando a cambio de la mercancía el comprador paga por ella, dicho pago representa un ingreso para el empresario, que en parte destina para el pago a los trabajadores y a los proveedores. En este punto es donde inicia la operación del efecto multiplicador. Derivado de la venta de las mercancías y de su correspondiente desprendimiento de los pagos a sus participantes, trabajadores y empresarios, se realizan nuevas compras, lo que se traduce en una rotación del capital; por lo tanto, cuando los particulares realizan compras, cuando el gobierno ejerce el presupuesto público o cuando las empresas realizan inversiones, en cada uno de estos casos, operan efectos multiplicadores que activan muchos procesos económicos y, a través de ellos, se logra un mayor crecimiento de la producción.

En la actividad financiera también existen muchos participantes y en los más recientes instrumentos financieros la red de interacciones es bastante amplia. Consideremos dos posibles situaciones. En una tenemos a un banco que financia la comercialización de un nuevo medicamento, pero resulta que es un fracaso, que las ventas no alcanzan a cubrir los costos, no se puede pagar el crédito y la nueva empresa cierra ¿Quiénes van a perder su dinero? En la segunda tenemos el mismo medicamento y la misma empresa pero ahora la inversión se financia, no a través de un banco, sino a través de un mecanismo financiero que consiste en recolectar fondos entre personas que lo consideren un buen negocio, en este caso el multiplicador será mayor, y si corriera el mismo destino, las pérdidas serían compartidas por todos los inversionistas.

Cuando un banco da un financiamiento y resulta que la inversión no es rentable, entonces las pérdidas las tienen que absorber los dueños del banco, desde luego tratarán de compensar sus pérdidas, cobrando más intereses a sus clientes, aumentando sus comisiones, o, probablemente vendiendo las garantías, casas u otros bienes, que hayan comprometido los empresarios. Pero cuando el financiamiento de una actividad productiva se realiza por medio de un grupo de inversionistas, entonces al haber pérdidas en un proyecto donde se esperaban ganancias, los efectos negativos se observarán en muchos más ámbitos de la economía.

Cuando hay pérdidas los financieros tienden a preguntarse si otras inversiones no resultarán también con pérdidas, y tratan de vender los documentos que les permitirían cobrar las ganancias que esperaban por haber financiado nuevos productos, pues de no vender los documentos tendrían que asumir las pérdidas, pero los posibles compradores desconfían dado que conocen el riesgo existente. Las expectativas de ganancia y el riesgo, son dos factores de incertidumbre, que hacen tomar determinado tipo de acciones. Esta descripción se amplía en ocasiones fuera del país y esta desconfianza puede ser generalizada, especialmente cuando las empresas financiadas son muy grandes o muy antiguas, como ha sido el caso actual en Estados Unidos donde se registran bancarrotas en empresas de casi 200 años de existencia y con grandes montos por ventas, siendo estas empresas, supuestamente, las más sólidas y de mayor experiencia económica. Pero, si así les va a las grandes empresas ¿qué se podrá esperar de las pequeñas? Desde luego no se trata de falta de conocimiento sino de las malas prácticas empresariales que se aplican para generar altas tasas de ganancia en el menor tiempo posible.

El panorama se complica más dado que algunos financieros compraron seguros que podrían cobrar en caso de que sus inversiones resultaran con pérdidas. Ante los grandes problemas económicos de Estados Unidos se anuló la posibilidad de cobrar estos seguros, lo que significa que las aseguradoras están en quiebra y también los financieros. La respuesta que trata de dar el Gobierno de George Bush es ya conocida por los mexicanos, se trata de un rescate tipo FOBAPROA incluyendo la impunidad para quienes hacen malos manejos de las inversiones. Claramente Bush solicita 700 mil millones de dólares para el Proceso de Rescate al Sistema Financiero , pidiendo para quienes utilicen estos recursos que no haya ningún tipo de auditorias ni de llamados para explicar lo que se haga con dichos fondos.

El resultado es claro las ganancias que se generan en el Sistema Financiero, se destinan a los hombres con más millones en el mundo, pero si sus negocios van mal, entonces se venden las empresas quebradas a los gobiernos y se paga con impuestos, siendo que los dineros públicos deben destinarse a programas públicos para el desarrollo social. Las condiciones económicas en la actualidad dan la oportunidad para reabrir el caso FOBAPROA-IPAB en México que aún sigue vigente, ya que lo seguimos pagando los contribuyentes, pues durante todos estos años han salido millones del presupuesto de Hacienda hacia los bancos, en otras palabras, aún hoy seguimos pagando los malos manejos de empresarios y políticos.

Son muchos los temas que saltan con el manejo de la crisis económica, uno de ellos es el de las inversiones que las AFORES realizan en los sistemas financieros de México , de Estados Unidos y de otros países con dinero de los trabajadores. Los ahorros para el retiro son vitales para que una economía vaya por buen rumbo, la población mexicana sigue envejeciendo y a mayor edad resulta más difícil contratarse, es necesario garantizar que la población pueda obtener recursos para solventar su sobre vivencia. Las AFORES han reportado minusvalías por 63 mil millones de pesos en los últimos cinco meses, lo cual debe dimensionarse considerando cuantas familias podrían vivir con esos recursos.

Dicen, los financieros, que las minusvalías no son pérdidas, que cuando las cosas vayan mejor en el sector financiero vendrán los rendimientos positivos. Y se asevera que no son pérdidas ya que en el futuro se podrán recuperar esos 63 mil millones. Es un absurdo, claramente son pérdidas dado que se trata de un rendimiento negativo ¿Acaso alguien esperaba que le mandaran del banco o de su afore su estado de cuenta diciendo hoy tiene menos dinero que ayer ? Pero no son pérdidas, no se preocupen se llaman minusvalías.

* Taller de Economía Social y Políticas Públicas de la Facultad de Economía de la UNAM.

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