Francisco Rodríguez / Índice Político
Presidente que devalúa, se devalúa
José López Portillo
UNA DE DOS: O el señor Felipe Calderón es un optimista irredento. O carece de formación e información económica, no obstante que ostenta una maestría en la materia. Su reciente llamado a "aprovechar" la devaluación de nuestra unidad monetaria, presentando a la derrota del peso como un triunfo o una ventaja suena incongruente o desfondada.
Lo aprecia así un antiguo y fiel lector de este espacio, don César Augusto Espinosa Ledesma, catedrático de la Universidad de Quintana Roo, quien la mañana del más reciente sábado me hizo llegar un mensaje electrónico que a la letra dice:
"El motivo del presente correo es para comentar con usted sobre la ‘burrada’ que declaró el presidente Felipe Calderón con respecto a la devaluación del peso, nuestra moneda de curso legal:
"‘… me atrevo a decir que durante años y por las razones que se quiera, han tenido que enfrentar un tipo cambiario notablemente apreciado, que dificultaba la competitividad de los exportadores’", dijo Calderón el 24 de octubre, en Aguascalientes, a un grupo de empresarios.
"Al respecto –continúa Espinosa Ledesma--, Felipe Calderón, émulo de Fox, ignora que, para que los industriales del país sean competitivos, no se tiene que depreciar la moneda nacional, y aquello de ventajas comparativas y/o absolutas en el comercio mundial está fuera de todo contexto en un entorno de globalización y neoliberalismo económico.
"Con un ejemplo simple, sencillo, ‘facilito’, le explicaré al presidente de todos los mexicanos (¿todos?) y a los ‘chiquiillos’ y ‘chiquillas’ que estudian actualmente la primaria --digo, si con esto no entiende don Lego, que diga, don Felipe, al menos tengo la esperanza de que los estudiantes del nivel básico sí me puedan entender--.
"El sector exportador mexicano produce en pesos y vende en dólares. Al darse una depreciación, ahora damos más de nuestras mercancías y recibimos la misma cantidad de dólares que cuando no se devaluaba el peso. ¿En dónde está la ventaja? Para que el sector exportador mexicano (me refiero a las empresas nacionales) sea competitivo , requiere incrementar su producción o bajar sus costos, no esperar a que se devalúe la moneda.
"Señor Don Lego, que diga, Felipe Calderón, ¿le han dicho sus asesores que, al devaluarse la moneda (en lo que va del mes ha perdido su valor aproximadamente un 25%), la deuda contraída con el exterior, sea privada y/o pública, se incrementa con el subsecuente empobrecimiento del país y la disminución del gasto social? Con una devaluación se incrementa el desempleo, la inflación, y suben las tasas de interés.
"Como diría El Innombrable: ‘no se hagan bolas’. Con la devaluación del peso pierde la población en general y se benefician aún más los mismos de siempre.
"Espero amigo don Paco que los alumnos del sistema básico sí hayan entendido para que le expliquen a don Lego y a su gabinete el quebranto que sufre el país por la devaluación de nuestra moneda…", concluye el maestro Espinosa Ledesma su lección.
Una lección que, creo yo, sí habrán entendido los niños, pero ¿y el señor Calderón?
Presidente que devalúa, se devalúa
José López Portillo
UNA DE DOS: O el señor Felipe Calderón es un optimista irredento. O carece de formación e información económica, no obstante que ostenta una maestría en la materia. Su reciente llamado a "aprovechar" la devaluación de nuestra unidad monetaria, presentando a la derrota del peso como un triunfo o una ventaja suena incongruente o desfondada.
Lo aprecia así un antiguo y fiel lector de este espacio, don César Augusto Espinosa Ledesma, catedrático de la Universidad de Quintana Roo, quien la mañana del más reciente sábado me hizo llegar un mensaje electrónico que a la letra dice:
"El motivo del presente correo es para comentar con usted sobre la ‘burrada’ que declaró el presidente Felipe Calderón con respecto a la devaluación del peso, nuestra moneda de curso legal:
"‘… me atrevo a decir que durante años y por las razones que se quiera, han tenido que enfrentar un tipo cambiario notablemente apreciado, que dificultaba la competitividad de los exportadores’", dijo Calderón el 24 de octubre, en Aguascalientes, a un grupo de empresarios.
"Al respecto –continúa Espinosa Ledesma--, Felipe Calderón, émulo de Fox, ignora que, para que los industriales del país sean competitivos, no se tiene que depreciar la moneda nacional, y aquello de ventajas comparativas y/o absolutas en el comercio mundial está fuera de todo contexto en un entorno de globalización y neoliberalismo económico.
"Con un ejemplo simple, sencillo, ‘facilito’, le explicaré al presidente de todos los mexicanos (¿todos?) y a los ‘chiquiillos’ y ‘chiquillas’ que estudian actualmente la primaria --digo, si con esto no entiende don Lego, que diga, don Felipe, al menos tengo la esperanza de que los estudiantes del nivel básico sí me puedan entender--.
"El sector exportador mexicano produce en pesos y vende en dólares. Al darse una depreciación, ahora damos más de nuestras mercancías y recibimos la misma cantidad de dólares que cuando no se devaluaba el peso. ¿En dónde está la ventaja? Para que el sector exportador mexicano (me refiero a las empresas nacionales) sea competitivo , requiere incrementar su producción o bajar sus costos, no esperar a que se devalúe la moneda.
"Señor Don Lego, que diga, Felipe Calderón, ¿le han dicho sus asesores que, al devaluarse la moneda (en lo que va del mes ha perdido su valor aproximadamente un 25%), la deuda contraída con el exterior, sea privada y/o pública, se incrementa con el subsecuente empobrecimiento del país y la disminución del gasto social? Con una devaluación se incrementa el desempleo, la inflación, y suben las tasas de interés.
"Como diría El Innombrable: ‘no se hagan bolas’. Con la devaluación del peso pierde la población en general y se benefician aún más los mismos de siempre.
"Espero amigo don Paco que los alumnos del sistema básico sí hayan entendido para que le expliquen a don Lego y a su gabinete el quebranto que sufre el país por la devaluación de nuestra moneda…", concluye el maestro Espinosa Ledesma su lección.
Una lección que, creo yo, sí habrán entendido los niños, pero ¿y el señor Calderón?
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