Cuando el gobierno pierde la vergüenza, el pueblo pierde el respeto

Mario Di Costanzo*

No cabe la menor duda que el título de este artículo refleja fielmente lo que sucederá en el país si el llamado gobierno de la estabilidad y el empleo insiste, con la complacencia del PRI y de algunos “progresistas” del PRD, en continuar con su desastroso proyecto económico.

Un proyecto que evidencia tan magros resultados en el año que concluye, que no sólo provoca inciertas proyecciones sobre el ambiente económico, social y financiero para el que iniciará en un par de días, sino que además demuestra que el gobierno ya ha contaminado al propio Estado mexicano y a sus instituciones.

Así, por ejemplo, mientras que en el año que iniciará las personas con ingresos por salarios o por honorarios de hasta 25 mil pesos mensuales verán incrementado hasta en 100 por ciento el pago de sus impuestos, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en su Programa Anual de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios 2008 (PAAAS-08) publicado en su página de Internet proyecta adquirir entre otras cosas un extenso surtido de materiales y suministros para el trabajo, donde destacan los siguientes artículos: aspirinas, Melox, Alka Seltzer, Neomelubrina, Desenfriol, así como otros muchos antigripales y ungüentos para torceduras como Lonol.

A lo anterior se añaden cafeteras, ollas, cacerolas, abrelatas, ralladoras, batidoras, rebanadoras, platos, cubiertos, así como vasijas de porcelana y barro.

Además de balones de futbol, pelotas de tenis y ligas cortas y largas para practicar Pilates… hasta “caminadoras con inclinación”.

También artículos y prendas de vestir para caballero y dama, donde destacan los trajes sastre y el calzado, así como galletas, azúcar, café, té y refrescos.

Figuran igualmente lotes de productos alimenticios y gastos de alimentación para funcionarios, así como refrigeradores, hornos de microondas, aires acondicionados y ventiladores.

El llamado PAAAS-08 tiene previsto asimismo los pagos de tenencia y mantenimiento de vehículos oficiales, los viáticos, la adquisición de televisiones de plasma y la contratación de servicios de televisión privada como Sky, con sus paquetes Movie City y Fun.

Mientras tanto, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos –que por cierto recibirá un presupuesto para el año que iniciará de más de 35 millones de pesos– autorizó un incremento a los minisalarios de apenas 2.02 pesos, lo cual implica que una persona que recibe el salario mínimo y que en enero de 2006 tenía que destinar 1.54 horas de trabajo para adquirir un kilogramo de frijol, para enero de 2008 tendrá que destinar 2.74 horas de trabajo –con todo y su “jugoso” incremento– para lo mismo.

Claro que los diputados federales encargados, entre otras cosas, de revisar el “buen uso de los recursos públicos”, no pueden decir nada ante este tipo de situaciones, pues ahora se sabe que a principios de diciembre decidieron repartirse como “bono especial adicional” de Navidad más de 53 millones de pesos, producto del remanente del presupuesto que la Cámara de Diputados no gastó durante 2007 y que tenían obligación de reintegrar a la Tesorería de la Federación.

Mientras tanto, la fecha fatal del Tratado de Libre Comercio ha llegado: en dos días más habrán de liberalizarse las importaciones de maíz, frijol y otras muchas más; y el gobierno, a pesar de contar con alternativas, nada dice ni nada hace.

A este respecto, es justo recordar que México podría acogerse a los Acuerdos sobre Agricultura y sobre Subsidios de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y no menos importante es recordar que Estados Unidos es la nación que más subsidia a su agricultura.

Hay que recordar, además, que la propia OMC no habla en sus preceptos solamente de comercio, sino que también establece mecanismos sobre la seguridad alimentaria; para fomentar el desarrollo económico regional y la exportación; para mantener un equilibrio en las balanzas de pago e inclusive que, con base en ese acuerdo y el de subsidios, Brasil ya ganó un caso en la OMC contra el algodón de Estados Unidos y Canadá.

Sin embargo, el no decir y sobre todo el no hacer de nuestro gobierno demuestra que tanto éste como el Estado han perdido la vergüenza y el pueblo pronto, muy pronto, les perderá el respeto.

*Secretario de la hacienda pública del gobierno legítimo

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