LOS PRECIOS AL MES DE OCTUBRE REFLEJAN YA EL GASOLINAZO DE NADA SIRVIO QUE CALDERON LO POSPONGA HASTA ENERO DE 2008: EL IMPUESTO SE DEBE DEROGAR
Mario Di Costanzo
De acuerdo con datos obtenidos por la Secretaria de la Hacienda Pública del Gobierno Legitimo de Andrés Manuel López Obrador, se observa que la evolución de los precios de 42 productos que componen la canasta básica revela que el crecimiento de los precios durante los primeros 10 meses del año fue de 34.6%, sin embargo el de los alimentos que forman parte de la canasta básica fue aún mayor, ya que se ubicó en casi 36.7%.
Así mientras que en enero de 2006 para adquirir éstos 42 productos básicos una persona que percibía un salario mínimo tenía que realizar un gasto de $ 740.44 pesos, para el mes de diciembre de 2006, el gasto necesario para adquirir esos mismos productos se ubicaba en $ 818.44 pesos.
Sin embargo en julio de este año, cuando ya se hablaba del gasolinazo, la canasta se ubico en 1,045.15 pesos y para la primera quincena del mes de octubre, ascendió a 1,102.28 pesos, cuando se oficializo la entrada en vigor del nuevo impuesto a la gasolina a partir del próximo mes de enero.
Es claro que tan sólo entre el mes de julio y la primera quincena del mes de octubre, el crecimiento en costo de esta canasta básica registró un incremento de 5.46% muy similar al incremento total que tendrá la gasolina gracias al impuesto propuesto por Acción Nacional y avalado por Calderón.
Cabe destacar que con base en el salario mínimo mensual el costo de estos productos pasó de representar el 50.8% del ingreso total de un trabajador en enero de 2006, a casi el 73% para la primera quincena del mes de octubre del presente año.
Sin embargo esta situación se ha visto recrudecida en el caso de los productos alimenticios que forman parte de la canasta básica, así por ejemplo se observa que el costo de los alimentos que integran una canasta básica pasó de 485.4 pesos en enero de 2006, a 540.46 en diciembre de 2006 y a 735.10 pesos en la primera quincena de septiembre de 2007, y a 738.90 para la primera quincena del mes de octubre, cifra que representa un incremento de 51.43% con respecto a enero de 2006 y un crecimiento de 36.7 % en lo que va de este año.
Es importante destacar que en el caso de los alimentos, prácticamente todos los productos que integran la canasta básica han registrado incrementos muy superiores al incremento del salario mínimo, así con respecto al mes de diciembre del 2006, así tenemos que el crecimiento de los precios de los siguientes productos ha sido: fríjol, lenteja (122.7%) salchicha (61%), leche condensada (73%), leche en polvo (55%), mantequilla (54%), el arroz (47%) y huevo (60%).
Finalmente es importante señalar que con respecto al mes de julio del presente año, también se observaron incrementos que reflejan ya el impuesto a la gasolina, así por ejemplo el frijol pasó de $16.0 a $20.0 el kg, la lenteja de 7.90 a 8.91 la bolsa de 500 grs, el paquete con 12 huevos de $14.70 a $ 16.0, el pan de caja bimbo de $18.90 a $ 20.0, el kilogramo de pollo entero pasó de $23.95 a $ 26.00
Esto quiere decir que mientras que en enero de 2006, un obrero requería de 15.24 días de trabajo (jornada laboral de 8 horas) percibiendo un salario mínimo, para adquirir 42 productos de la canasta básica, para la primera quincena del mes de octubre del presente año requiere de 21.7 días de trabajo, para adquirir la misma canasta de productos.
Lo anterior significa que en la actualidad un obrero que percibe el salario mínimo tiene que destinar casi 22 días de trabajo para poder obtener una canasta de 42 productos básicos, por lo que con lo que le resta (8 días de trabajo) tiene que hacer frente a los costos de transporte, vestido y vivienda, lo cual resulta prácticamente imposible, ya que el incremento del salario mínimo en 2007 fue de sólo 3.9%.
Así por ejemplo, un obrero que percibe el salario mínimo requería en enero de 2006 de 9.55 horas de trabajo para adquirir un kilo de bistec, de 6.59 horas de trabajo para adquirir un kilo de carne molida, de 0.82 horas de trabajo para adquirir un kilo de tortilla o de 2.47 horas de trabajo para adquirir 2 kg de azúcar.
Sin embargo para la primera quincena de 2007, el mismo obrero percibiendo un salario mínimo requiere en la actualidad de 11.5 horas de trabajo para adquirir un kilo de bistec, 10.7 horas de trabajo para adquirir un kilo de carne molida, 1:27 horas de trabajo para adquirir un kilo de tortillas.
Es importante señalar que el sólo anuncio del incremento que tendrá la gasolina y diesel, aunque sea hasta enero del 2008, ya empieza a reflejarse en los incrementos en los precios de prácticamente todos los productos, ya que esta situación es una cuestión de expectativas del publico en general ya que quienes perciben que en algún momento del tiempo, los precios se incrementaran, prefieren adelantarse y llevar a cabo el ajuste de inmediato, por ello, “los comerciantes y productores de servicios, se previenen incrementando los precios hoy, y no hasta mañana.”
Por esta razón, diversos productos alimenticios, como la carne, el huevo, la leche y el pan bolillo, ya aumentaron y de seguro volverán a incrementar su precio en diciembre o en enero, esto a pesar de las absurdas declaraciones del Gobernador del Banco de México, de los legisladores del PRI del PAN y de algunos integrantes de la corriente de “nueva izquierda” que han llegado a señalar que “solo es necesario un incremento al salario”, por lo que es cuestión de negociarlo.
Esta situación sugiere, además que el seguimiento de los precios que realiza el Banco de México, para obtener la inflación o el crecimiento de los precios en la economía, ya no refleja la realidad de el poder adquisitivo de las familias, esto debido a que la ponderación que realiza el Banco Central para calcular el crecimiento de los precios, contiene sesgos que tienden a subestimar el crecimiento de los precios.
Finalmente se debe decir, que la cifra que se recaudará durante el próximo año debido al impuesto a la gasolina (8,000 millones de pesos) es equivalente al gasto del gobierno por concepto de seguro de gastos médicos mayores para funcionarios de alto nivel, al gasto en seguro de separación individualizada para funcionarios de alto nivel, y al gasto en servicios de accesoria que tendrá el gobierno federal, por lo que resulta estos ingresos podrían ser compensados con un programa de austeridad.
De acuerdo con datos obtenidos por la Secretaria de la Hacienda Pública del Gobierno Legitimo de Andrés Manuel López Obrador, se observa que la evolución de los precios de 42 productos que componen la canasta básica revela que el crecimiento de los precios durante los primeros 10 meses del año fue de 34.6%, sin embargo el de los alimentos que forman parte de la canasta básica fue aún mayor, ya que se ubicó en casi 36.7%.
Así mientras que en enero de 2006 para adquirir éstos 42 productos básicos una persona que percibía un salario mínimo tenía que realizar un gasto de $ 740.44 pesos, para el mes de diciembre de 2006, el gasto necesario para adquirir esos mismos productos se ubicaba en $ 818.44 pesos.
Sin embargo en julio de este año, cuando ya se hablaba del gasolinazo, la canasta se ubico en 1,045.15 pesos y para la primera quincena del mes de octubre, ascendió a 1,102.28 pesos, cuando se oficializo la entrada en vigor del nuevo impuesto a la gasolina a partir del próximo mes de enero.
Es claro que tan sólo entre el mes de julio y la primera quincena del mes de octubre, el crecimiento en costo de esta canasta básica registró un incremento de 5.46% muy similar al incremento total que tendrá la gasolina gracias al impuesto propuesto por Acción Nacional y avalado por Calderón.
Cabe destacar que con base en el salario mínimo mensual el costo de estos productos pasó de representar el 50.8% del ingreso total de un trabajador en enero de 2006, a casi el 73% para la primera quincena del mes de octubre del presente año.
Sin embargo esta situación se ha visto recrudecida en el caso de los productos alimenticios que forman parte de la canasta básica, así por ejemplo se observa que el costo de los alimentos que integran una canasta básica pasó de 485.4 pesos en enero de 2006, a 540.46 en diciembre de 2006 y a 735.10 pesos en la primera quincena de septiembre de 2007, y a 738.90 para la primera quincena del mes de octubre, cifra que representa un incremento de 51.43% con respecto a enero de 2006 y un crecimiento de 36.7 % en lo que va de este año.
Es importante destacar que en el caso de los alimentos, prácticamente todos los productos que integran la canasta básica han registrado incrementos muy superiores al incremento del salario mínimo, así con respecto al mes de diciembre del 2006, así tenemos que el crecimiento de los precios de los siguientes productos ha sido: fríjol, lenteja (122.7%) salchicha (61%), leche condensada (73%), leche en polvo (55%), mantequilla (54%), el arroz (47%) y huevo (60%).
Finalmente es importante señalar que con respecto al mes de julio del presente año, también se observaron incrementos que reflejan ya el impuesto a la gasolina, así por ejemplo el frijol pasó de $16.0 a $20.0 el kg, la lenteja de 7.90 a 8.91 la bolsa de 500 grs, el paquete con 12 huevos de $14.70 a $ 16.0, el pan de caja bimbo de $18.90 a $ 20.0, el kilogramo de pollo entero pasó de $23.95 a $ 26.00
Esto quiere decir que mientras que en enero de 2006, un obrero requería de 15.24 días de trabajo (jornada laboral de 8 horas) percibiendo un salario mínimo, para adquirir 42 productos de la canasta básica, para la primera quincena del mes de octubre del presente año requiere de 21.7 días de trabajo, para adquirir la misma canasta de productos.
Lo anterior significa que en la actualidad un obrero que percibe el salario mínimo tiene que destinar casi 22 días de trabajo para poder obtener una canasta de 42 productos básicos, por lo que con lo que le resta (8 días de trabajo) tiene que hacer frente a los costos de transporte, vestido y vivienda, lo cual resulta prácticamente imposible, ya que el incremento del salario mínimo en 2007 fue de sólo 3.9%.
Así por ejemplo, un obrero que percibe el salario mínimo requería en enero de 2006 de 9.55 horas de trabajo para adquirir un kilo de bistec, de 6.59 horas de trabajo para adquirir un kilo de carne molida, de 0.82 horas de trabajo para adquirir un kilo de tortilla o de 2.47 horas de trabajo para adquirir 2 kg de azúcar.
Sin embargo para la primera quincena de 2007, el mismo obrero percibiendo un salario mínimo requiere en la actualidad de 11.5 horas de trabajo para adquirir un kilo de bistec, 10.7 horas de trabajo para adquirir un kilo de carne molida, 1:27 horas de trabajo para adquirir un kilo de tortillas.
Es importante señalar que el sólo anuncio del incremento que tendrá la gasolina y diesel, aunque sea hasta enero del 2008, ya empieza a reflejarse en los incrementos en los precios de prácticamente todos los productos, ya que esta situación es una cuestión de expectativas del publico en general ya que quienes perciben que en algún momento del tiempo, los precios se incrementaran, prefieren adelantarse y llevar a cabo el ajuste de inmediato, por ello, “los comerciantes y productores de servicios, se previenen incrementando los precios hoy, y no hasta mañana.”
Por esta razón, diversos productos alimenticios, como la carne, el huevo, la leche y el pan bolillo, ya aumentaron y de seguro volverán a incrementar su precio en diciembre o en enero, esto a pesar de las absurdas declaraciones del Gobernador del Banco de México, de los legisladores del PRI del PAN y de algunos integrantes de la corriente de “nueva izquierda” que han llegado a señalar que “solo es necesario un incremento al salario”, por lo que es cuestión de negociarlo.
Esta situación sugiere, además que el seguimiento de los precios que realiza el Banco de México, para obtener la inflación o el crecimiento de los precios en la economía, ya no refleja la realidad de el poder adquisitivo de las familias, esto debido a que la ponderación que realiza el Banco Central para calcular el crecimiento de los precios, contiene sesgos que tienden a subestimar el crecimiento de los precios.
Finalmente se debe decir, que la cifra que se recaudará durante el próximo año debido al impuesto a la gasolina (8,000 millones de pesos) es equivalente al gasto del gobierno por concepto de seguro de gastos médicos mayores para funcionarios de alto nivel, al gasto en seguro de separación individualizada para funcionarios de alto nivel, y al gasto en servicios de accesoria que tendrá el gobierno federal, por lo que resulta estos ingresos podrían ser compensados con un programa de austeridad.
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FMI: el peor castigo
Tres problemas mancharon la reunión anual del Fondo Monetario Internacional el fin de semana pasado en Washington. El primero se relaciona con su incapacidad para detectar y mitigar la crisis del mercado de crédito hipotecario en Estados Unidos. Esa crisis estalló en el centro del mundo desarrollado, poniendo en evidencia que la inestabilidad sigue siendo un rasgo dominante del sistema financiero mundial. La crisis obligó al FMI a ajustar a la baja su pronóstico del crecimiento de la economía mundial de 5.2 por ciento a 4.8, un telón de fondo nada agradable para la reunión.
El segundo problema es que la magnitud de los flujos de capital y las asimetrías en la economía mundial han convertido al FMI en un juguetito que nada tiene que hacer en la cancha de los grandes. El colmo es que hoy muchos países están liberándose de la carga de tener que lidiar con el Fondo: desde Venezuela y Ecuador, hasta Argentina y Brasil. El mensaje que envían apunta hacia la irrelevancia del organismo. Esto es importante en el contexto actual, porque en estos dos últimos años los países subdesarrollados han sido el motor del crecimiento, y sus economías son las que han tenido que compensar el colapso en la demanda agregada mundial.
La tercera mancha es que el avance en el plan de reformas del FMI es insatisfactorio. El temor de que el Fondo se debilite empujó a Estados Unidos e Inglaterra a promover algunas reformas. Pero en lugar de fortalecer la legitimidad del organismo y promover mayor equidad, el paquete de reformas propone ampliar la representación sólo para los países subdesarrollados de más rápido crecimiento. El G-24 ya lo ha dicho: esas reformas son poca cosa y llegan demasiado tarde.
Muchos analistas consideran que tanto los países en vías de desarrollo, como los industrializados, tienen un claro interés en llevar a cabo reformas más significativas en los próximos meses. Desde esta perspectiva, el nuevo director gerente, Dominique Strauss-Kahn, tendría una buena oportunidad para comenzar su mandato introduciendo los cambios exigidos por los países pobres desde hace dos décadas.
Pero hay nubarrones en el horizonte. Uno es el lento crecimiento de la economía mundial, que fortalecerá las reticencias de los países europeos para reformar el status quo. Otro obstáculo es que a finales de 2007 se divulgará la información sobre la contabilización del PIB de los países miembros utilizando el criterio de la paridad del poder de compra. Eso va a aumentar el tamaño del PIB de las dos más grandes economías asiáticas, con serias implicaciones para la distribución de cuotas y votos en el seno del Fondo. Es probable que Estados Unidos y Europa resistan un plan de reformas sustantivas bajo estas condiciones.
¿Qué le espera al Fondo? Se ha dicho que debería seguir siendo el prestamista de última instancia, un papel parecido al de cualquier banco central, pero aplicado a la economía mundial. Pero aunque ese organismo desempeña algunas funciones parecidas a las de prestamista de última instancia, hay grandes diferencias con las funciones de un banco central. Por ejemplo, el FMI no puede aumentar la oferta monetaria y por lo tanto no es el agente que permitiría salir adelante en una crisis de liquidez sistémica. En su tiempo, los derechos especiales de giro fueron una respuesta limitada a la falta de liquidez, pero su alcance fue limitado. El volumen de recursos de que dispone el FMI hoy en día es pequeño: sus fondos utilizables ascienden a 252 mil millones de dólares, cantidad realmente reducida (para comparar, las reservas brutas de la India ascienden a 220 mil millones de dólares). En todo caso, la fuente de liquidez proviene hoy de los fondos de inversión y hasta de economías como la de China, que presta a diestra y siniestra.
En última instancia, la amenaza mortal sobre el FMI es resultado de su proclividad a imponer un paquete de política macroeconómica en todos los países a los que pudo dominar en los últimos 20 años. Imponer el modelo neoliberal no era la misión del FMI (ciertamente no está considerada en el convenio constitutivo del organismo) y es lo que ha socavado las bases del organismo. El modelo neoliberal es intrínsecamente inestable y los programas de ajuste estructural del Fondo han dejado una economía mundial en profundo desarreglo. Desde esa perspectiva, es posible argumentar que el FMI ha sido su propio peor enemigo.
Casi nadie se imaginó llegaría el día en que la agencia calificadora Standard and Poors reprendiera al FMI por el mal manejo de sus finanzas. Pero en septiembre la calificadora reveló que el Fondo había perdió 110 millones de dólares en el último ejercicio fiscal, porque sus ingresos por intereses se desplomaron (consecuencia de la presencia de otras fuentes de crédito). Pero esa no es la única humillación para el Fondo en el crepúsculo de sus días. Lo peor que le va a pasar es que se va a convertir en algo irrelevante antes de desaparecer.