FRANCISCO RODRÍGUEZ, Índice Político
SOBRE LAS ESPALDAS de los contribuyentes recaen los fracasos y corruptelas de los gobiernos y, peor aún, los de sus alianzas con los empresarios que sufragan sus campañas políticas.
No hay distingos de partidos o de ideologías. El poder, ese poder que corrompe, los iguala.
Da igual si han sido priístas que ahora panistas. A final de cuentas, es la misma cosa.
Porque, sin decir agua va, sin consensuar con la ciudadanía, el señor Felipe Calderón se saca de la chistera otro golpe a los exangües bolsillos de los mexicanos: anuncia que va a reprivatizar las carreteras de cuota.
Sí, esas mismas vías a todas luces mal construidas que la administración de Ernesto Zedillo "rescató", cuando sus constructores y concesionarios dieron una muestra más de su proverbial ineficiencia e ineficacia. No pudieron más, el gobierno entró al quite.
Eran empresas consentidas de Carlos Salinas quien en su momento alentó este tipo de inversiones. Con Zedillo las recuperaron "copeteadas".
Y de nuestros recursos, los contribuyentes entregamos a esos "empresarios" casi 160 mil millones de pesos, y seguimos pagando cuotas cada vez más altas en esas pésimas autopistas.
Lo explicó técnicamente Mario Di Constanzo, secretario de la Hacienda Pública del gabinete sombra que encabeza el señor López Obrador, entrevistado en la versión radiofónica del Índice Político:
"Durante la construcción de diversas autopistas de cuota, quienes las recibieron en concesión enfrentaron importantes incrementos en los costos de construcción, que se combinaron con las sobreestimaciones de aforo vehicular que habían proyectado inicialmente, dando como consecuencia problemas en la operación, el mantenimiento y en la amortización de los créditos contratados con la banca. En razón de lo anterior, el gobierno federal decretó el 27 de agosto de 1997 el rescate de las carreteras concesionadas, mediante el pago de Pagarés de Indemnización de Carreteras (PICS) y de la asunción de una deuda de los concesionarios por 58 123 mdp.
"El instrumento para llevar a cabo el rescate fue la constitución de un fideicomiso en Banobras denominado FARAC, donde la institución actúa como fideicomitente y fiduciario. Entre 1997 y 2002, el FARAC emitió PICS y asumió pasivos bancarios avalados por el gobierno federal, que a diciembre de 2002 sumaban 143 mil 442 mdp (los cuales no fueron revelados en la Cuenta Pública 2002), y a marzo del 2005, 165 mil 000 millones de pesos".
Reveló Di Constanzo, además, que en ese fideicomiso de Banobras, del cual Calderón fue director general en el sexenio anterior, hay severos problemas de rendición de cuentas, pagos extemporáneos de funcionarios de la anterior gestión en la SCT y…
Vamos pues a seguir pagando esas ineficiencias y corruptelas.
Van a entregarles, otra vez, las autopistas a quienes ya demostraron no poder con ellas.
Y nos van a cobrar más caros los peajes.
Gracias, señor Calderón. No tantas, eso sí, como las que deben darle aquellos que patrocinaron su campaña.
SOBRE LAS ESPALDAS de los contribuyentes recaen los fracasos y corruptelas de los gobiernos y, peor aún, los de sus alianzas con los empresarios que sufragan sus campañas políticas.
No hay distingos de partidos o de ideologías. El poder, ese poder que corrompe, los iguala.
Da igual si han sido priístas que ahora panistas. A final de cuentas, es la misma cosa.
Porque, sin decir agua va, sin consensuar con la ciudadanía, el señor Felipe Calderón se saca de la chistera otro golpe a los exangües bolsillos de los mexicanos: anuncia que va a reprivatizar las carreteras de cuota.
Sí, esas mismas vías a todas luces mal construidas que la administración de Ernesto Zedillo "rescató", cuando sus constructores y concesionarios dieron una muestra más de su proverbial ineficiencia e ineficacia. No pudieron más, el gobierno entró al quite.
Eran empresas consentidas de Carlos Salinas quien en su momento alentó este tipo de inversiones. Con Zedillo las recuperaron "copeteadas".
Y de nuestros recursos, los contribuyentes entregamos a esos "empresarios" casi 160 mil millones de pesos, y seguimos pagando cuotas cada vez más altas en esas pésimas autopistas.
Lo explicó técnicamente Mario Di Constanzo, secretario de la Hacienda Pública del gabinete sombra que encabeza el señor López Obrador, entrevistado en la versión radiofónica del Índice Político:
"Durante la construcción de diversas autopistas de cuota, quienes las recibieron en concesión enfrentaron importantes incrementos en los costos de construcción, que se combinaron con las sobreestimaciones de aforo vehicular que habían proyectado inicialmente, dando como consecuencia problemas en la operación, el mantenimiento y en la amortización de los créditos contratados con la banca. En razón de lo anterior, el gobierno federal decretó el 27 de agosto de 1997 el rescate de las carreteras concesionadas, mediante el pago de Pagarés de Indemnización de Carreteras (PICS) y de la asunción de una deuda de los concesionarios por 58 123 mdp.
"El instrumento para llevar a cabo el rescate fue la constitución de un fideicomiso en Banobras denominado FARAC, donde la institución actúa como fideicomitente y fiduciario. Entre 1997 y 2002, el FARAC emitió PICS y asumió pasivos bancarios avalados por el gobierno federal, que a diciembre de 2002 sumaban 143 mil 442 mdp (los cuales no fueron revelados en la Cuenta Pública 2002), y a marzo del 2005, 165 mil 000 millones de pesos".
Reveló Di Constanzo, además, que en ese fideicomiso de Banobras, del cual Calderón fue director general en el sexenio anterior, hay severos problemas de rendición de cuentas, pagos extemporáneos de funcionarios de la anterior gestión en la SCT y…
Vamos pues a seguir pagando esas ineficiencias y corruptelas.
Van a entregarles, otra vez, las autopistas a quienes ya demostraron no poder con ellas.
Y nos van a cobrar más caros los peajes.
Gracias, señor Calderón. No tantas, eso sí, como las que deben darle aquellos que patrocinaron su campaña.
Comentarios