martes, junio 12, 2012

España y su rescateproa

Doloroso, pero necesario
El Fobaproa de Rajoydillo

Carlos Fernández-Vega / México SA


Rescate a España, titula la prensa de aquel país, y sanseacabó: asunto resuelto, sin humillaciones y sin condiciones. Cien mil millones de euros para zanjar el asunto, para que los barones financieros sigan hinchando sus alforjas, que para eso está la prole. Esa es la feliz versión del gobierno derechista de Mariano Rajoy, quien tan preocupado está por el sufrimiento adicional que para los españoles implica este nuevo atraco, que se fue a Polonia a ver el partido España-Italia (1-1), donde compartió ánimo y porras con el príncipe Felipe y Letizia, también atentos al resultado (del futbol, claro está).

Pues bien, en realidad el tan celebrado rescate es al capital financiero, porque España (léase los españoles) pagará con hambre y sangre la multimillonaria inyección de recursos al sistema bancario, cuyos dueños e intereses permanecen intactos. En cambio, los de a pie pagarán con creces la voluminosa factura. Para los mexicanos no es sorpresa este tipo de atracos, pues acumulan 17 años (y les falta otro tanto, cuando menos) pagando puntualmente, quiéranlo o no, los 120 mil millones de dólares del Fobaproa que rescató a la banca mexicana, que hoy es mayoritariamente trasnacional y ordeñadora.

Tal y como hizo Ernesto Zedillo en 1995, ahora el despreocupado presidente español Mariano Rajoy, no sólo presume el logro obtenido (“es un paso en buena dirección), sino que se pavonea: los socios europeos no han presionado (a su gobierno) para conseguir este acuerdo, que no implica condiciones sobre la política macroeconómica, es decir, sin ajustes, recortes sociales o subidas de impuestos; el que he presionado he sido yo. Palabras más o menos, es la redición de lo dicho por Zedillo 17 años atrás, cuando aseguró que el paquete de ayuda otorgado por Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional era incondicional y libre de cualquier compromiso. Poco después se conocieron los detalles, entre ellos la factura petrolera como parte de las garantías ofrecidas por el gobierno mexicano.

Ahora Rajoy dice lo mismo: los 100 mil millones de euros de rescate se han otorgado sin condiciones sobre la política macroeconómica, sin ajustes, sin recortes sociales sin subidas de impuestos, es decir, sin todo lo que el gobierno español ya hizo para que el dinero fluyera. Me voy a la Eurocopa tras haberse resuelto la situación, y se quedó tan fresco. De todo se liberó España, dice el tal Mariano, y sólo habrá que seguir algunas recomendaciones de los socios del eurogrupo (con la batuta de los alemanes, desde luego). Nada sorprendente en esta época: gobiernos descaradamente cínicos y mentirosos (sólo hay que revisar las promesas de campaña hechas por este personaje, que más tardó en pronunciar que en incumplir, llegado a La Moncloa) que negocian alegremente en lo oscurito y le pasan la abultadísima factura a sus supuestos gobernados.

Es el viejo truco neoliberal de las medidas dolorosas, pero necesarias que íntegramente paga la población, mientras los voraces cuan intocados barones financieros continúan amasando fortunas, el gobierno entregado a los intereses de aquellos y saqueando a los de a pie. Como México, España cuenta con una autoridad reguladora y supervisora del sano funcionamiento del sistema financiero, y en ambos casos falló estrepitosamente (aunque en realidad siempre ha sido cómplice de los bancos). Ambas autoridades conocían la verdadera situación bancaria, la voracidad y los excesos de los barones del dinero (en el caso mexicano y en el español), pero ninguna metió la mano ni contuvo la rapiña). Ahora los que nada tienen que ver con la quiebra de la banca de nueva cuenta son los que deben pagar las consecuencias del festín.

El ministro español de Economía, Luis de Guindos (quien entre sus gracias cuenta haber sido consejero asesor para Europa del estadunidense Lehman Brothers, institución financiera que con su quiebra derramó el vaso en el crac bancario de 2007-2008) fue el encargado de informar públicamente sobre el rescate, al que se negó calificar como tal: es un préstamo, y para obtenerlo no se ha cedido soberanía, según dijo. Y lo mejor: los dineros se utilizarán para tener unas entidades financieras más solventes, en disposición de dar crédito a las familias y las pequeñas y medianas empresas españolas, lo mismo que dijo el gobierno mexicano 17 años atrás.

La crónica del corresponsal de La Jornada en España, Armando G. Tejeda, es espléndida: “España está oficialmente rescatada. La Unión Europea, a través de los ministros de Finanzas, aprobó un ‘préstamo’ de 100 mil millones de euros para amparar la quiebra del sistema bancario, plagado de ‘productos tóxicos’ fruto de la burbuja inmobiliaria y el modelo económico neoliberal que asumió el país durante tres décadas. El crédito pasará a formar parte de la ‘deuda del Estado’, es decir, de todos los contribuyentes y ciudadanos españoles. El presidente del gobierno, el conservador Mariano Rajoy, no compareció ante los medios para dar la mala noticia, y mantiene su agenda intacta, que pasa por viajar este domingo a Polonia para ver jugar a la selección española de futbol. Finalmente se cumplieron los vaticinios, filtraciones y rumores que el gobierno español negó por sistema, a pesar de las evidencias que advertían de la inminencia del rescate”.

La banca rescatada, mientras la tasa de desempleo supera el 24 por ciento de la PEA (5.6 millones de españoles), la economía en recesión desde el primer trimestre del año y los índices de pobreza en aumento, mientras el Estado, con durísimos recortes y ajustes presupuestarios, es cada vez más débil y atiende menos a los más desfavorecidos, apunta Tejeda. España, pues, rescatada y Rajoy en el futbol (remember Calderón en Sudáfrica).

Las rebanadas del pastel

Deja un tiradero atroz, pero al inquilino de Los Pinos se le cuecen las habas por dejar la mesa servida y cumplir con sus verdaderos compromisos: Pemex presentó el viernes pasado la versión final del contrato modelo para que el capital privado (trasnacional fundamentalmente) le clave el diente al negocio petrolero, constitucionalmente reservado al Estado. Tal contrato será por 30 años y la paraestatal asumirá todos los riesgos en que incurra el contratista particular, incluso el daño ambiental. Y por mera casualidad la española Repsol y la francesa Dowell Schlumberger son las dos principales contendientes, entre un total de 17 consorcios, para ganar la licitación por los seis bloques de campos maduros en la región norte, para la exploración, desarrollo y producción de crudo (La Jornada, Israel Rodríguez). México, pues, rescatado.

No hay comentarios: